Buscar este blog

16 abr 2021

Devenir y porvenir del centro político

 Texto de Alberto Ramos Garbiras (*)

En la historia política de Colombia, el centro político no ha funcionado como un campo de acción o un eje efectivo, dentro de la oposición, ni dentro del poder. El bipartidismo ha opacado al centro político: En el siglo XIX el conservatismo fue la derecha del espectro, político con la iglesia como aliado, y el liberalismo fue la izquierda (el progresismo de mediados de siglo, luego los radicales del Olimpo, y después la lucha armada y congresional de Rafael Uribe Uribe). El supuesto centro político decimonónico lo construyeron Rafael Núñez Y Miguel Antonio Caro, al fundar el Partido Nacional (con liberales y conservadores), y se tomaron el poder, pero ese centro político fue una derecha reforzada (1886-1905); luego la misma fórmula se aplicó con el experimento del Republicanismo (1905-1930), o sea: dos frentes nacionales. Al regresar el partido liberal al poder en 1930 con Olaya Herrera, e inaugurarse la República Liberal, esos 16años se presentaron con un partido liberal ya no radical y de izquierda como el del sigo XIX, sino como un partido moderado y de avanzada (Olaya Herrera, López Pumarejo y Eduardo Santos). 

 Jorge Eliécer Gaitán pretendía con el populismo llegar al poder a través de la UNIR, regresó al liberalismo, este se dividió con la otra candidatura, la de Turbay Avinader. El asesinato de Gaitán acentuó la presencia del conservatismo en el poder, pero ya no como una derecha sino como la extrema-derecha de corte falangista, por el exterminio del opositor, desatando una guerra civil, mal llamada Violencia con mayúscula impersonal y abstracta. El Frente Nacional, una asociación de liberales y conservadores, so pretexto de conciliar a los dos partidos enfrentados en esa guerra bipartidista, los desperfiló, los desideologizó y los convirtió en un bipartidismo amorfo ideológicamente, se despojaron de los fundamentos ideológicos y se hermanaron en la burocracia, los contratos, el mal gobierno y las exacciones del erario público. Los dos partidos durante esos 16 años no ocuparon los extremos del espectro político, ni derecha ni izquierda, fueron una derecha acomodada, un centro-derecha, no se controlaron uno al otro, ninguno hizo oposición, y arrinconaron a los partidos alternativos o de terceras fuerzas: La ANAPO, El MRL y el Frente Unido. Y alentaron con la apropiación del aparato del Estado, a la creación de la oposición extraparlamentaria o armada (Las Guerrillas).

  Después de 1974, regresó el partido liberal al poder durante 5 periodos seguidos, excepto el interregno de Belisario Betancourt, y se comportó como un partido de centro derecha al entregarle en cada gobierno (López Michelsen, Turbay, Barco, Gaviria y Samper), la mitad del poder al conservatismo, generando una prolongación frentenacionalista que despersonalizó a los dos partidos políticos. Después de expedida la constitución de 1991, el pluripartidismo incorporado como norma constitucional (artículo 107) apareció como una pantomima con partidos políticos de fachada que eran bipartidistas en el fondo, aunque posaban de nuevos (Colombia Democrática, Alas Equipo Colombia, La U, Cambio Radical…) Y el centro político pretendieron coparlo ellos, sin ser un verdadero centro, sino partidos de derecha. La oposición la hizo la Alianza M-19, luego el Polo Democrático, y luego el Partido Verde. Entonces, el Centro Político no ha actuado como tal sino como imposturas de los que fingen ser del centro político. Colombia está en estos momentos en un proceso de polarización ante el fracaso de la implementación del proceso de PAZ y necesita que un verdadero Centro Político que convoque a la reconstrucción nacional.

 Ser ejercer y actuar como de centro no es ser indeciso ni tibio, ni eludir los temas (eso creen muchos). El campo de acción del centro debe ser la búsqueda de acciones y políticas públicas que mejoren los derechos sociales y los derechos colectivos; también velar por el respeto de los derechos humanos y garantizar la convivencia, dentro de todo lo que quepa para cumplir con el estado de derecho. Asimismo, evitar rupturas traumáticas con los sectores sociales, ser puente de dialogo con los movimientos sociales, hacer respetar la biodiversidad y el medio ambiente. Unas posturas de centro sirven para equilibrar los extremos, el problema es tratar de mantener un comportamiento equilibrado de sus aliados y componentes porque habrán de aparecer los oportunistas que quieran pactar con la derecha o con la izquierda para obtener beneficios momentáneos y rompan el equilibrio. Fernando Mires, Profesor emérito de la Universidad de Oldenburg, Alemania, expuso que, “Trasladando la opinión de Hirschman al plano político, podríamos afirmar que tanto pasiones como deberes transmutan energías bajo la forma de intereses y demandas, ideas e ideologías. Pero para que eso ocurra, se requiere de un espacio público de reflexión y debate. De acuerdo con Platón y Aristóteles, sin ese espacio público, el de la política, somos bárbaros. No obstante, ese espacio entre las pasiones y los deberes, sin una centralidad que permita a la sociedad “pensarse a sí misma” a través de sus contradicciones (no hay otro modo de pensar), puede ser destruido en cualquier momento. Los ejemplos históricos sobran” (Mires,2020).

 En Italia, dice Alfio Mastropaolo, el centro izquierda se formó en la década de los años 60s, ideado por De Gasperi para excluir del gobierno a la extrema izquierda, a los comunistas y socialistas ligados por el pacto de unidad de acción; y para excluir a la extrema derecha, neofascista y monárquica. El ciclo del centrismo se había iniciado en 1948 cuando la Democracia Cristiana logró la mayoría de los votos en el parlamento. De Gasperi, prefirió aliarse con los otros partidos menores de centro para equilibrar además de las posiciones parlamentarias de los extremos, las eventuales veleidades autoritarias, integristas y clericales que podían presentarse en el interior de su mismo partido.

 El centrismo quiere ocupar geométricamente el centro de la esfera política porque los polos están copados y la confrontación se ha vuelto híspida, acentuándose las posturas extremas en el lenguaje utilizado; agresiones, ataques indirectos que llevan a la violencia, descomposición de las formas de hacer política, con injurias, calumnias, mentiras en redes sociales, difamación, etc. La polarización, los señalamientos, llevan a la crispación total, a tal punto que afectan a la misma población: unos fanatizados, otros confundidos, y no ven opción de cambio. Generan además incredulidad contra toda la clase política indistintamente por la cantidad de ataques. Y acentúan la deslegitimidad institucional.

 La población puede hastiarse por la polarización extrema a la que se llega en un país, causando daño a las instituciones, a la economía, al desarrollo. Los partidos de centro tratan de acercarse para conformar una alianza amplia que les permita llegar a la conducción del Estado, ya que ninguno de esos partidos individualmente considerados puede alcanzar el triunfo (esto se da a veces cuando aparece un populista como outsider por fuera de los partidos), pero no es lo común, y ese populista aprovecha la crisis de los partidos y la ingobernabilidad ostensible en ese país.

 Es necesario diferenciar tres momentos de despliegue: El centro político como gobierno, el centro político como oposición, y el centro político en formación durante una campaña electoral. El caso italiano del centrismo en el gobierno durante muchos años liderados por la Democracia Cristiana, es muy ilustrativo de que si funciona este campo político. El centro político como oposición se presenta como un compás de espera mientras se registra una próxima elección buscando ser gobierno solos o con otra coalición. Y el centro político en formación es más un interrogante que una realidad porque aún no existe, se está creando y proyecta un mecanismo de selección (consulta, encuesta, convención, colegio electoral u otro) y apenas concibe un programa de gobierno conjunto para poder desplegarla campaña electoral. Pero impacta por la expectativa que genera.

 Actualmente dentro de la Unión Europea, el centro derecha tiene 10 gobiernos en Rumania, Países bajos, Lituania, Letonia, Irlanda, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia, Croacia, y Chipre. Los gobiernos de centro derecha, tienen la mayoría en el parlamento; regularmente acompañados de otros dos partidos, o tres, máximo. Pero no son coaliciones amplias. De otro lado, esto es muy diferente que tener al frente del gobierno a una derecha pura o extrema, como en Hungría con Viktor Orban, Bulgaria con Boyko Borisov, y Polonia con Mateusz Morawiecki, xenófobos, nacionalistas y autoritarios.

 Usualmente cuando gobierna el centro político se observan coaliciones presididas u organizadas por un partido grande de centro o por un líder independiente (outsider) que triunfó en una coyuntura particular. Algunos de esos gobiernos en manos del centrismo son de centro derecha, otros de centro izquierda y donde hay una gran coalición (a veces son de centro centro) como hoy en Australia, Bélgica, Francia y Luxemburgo. En otros países europeos, pero no miembros de la UE, hay seis gobiernos de centro, 3 de ellos de centroderecha (Montenegro, Noruega y Reino Unido), y 3 de centro izquierda (Albania, Kosovo y Macedonia). La izquierda como tal, gobierna sola en España y Moldova. En España está acompañado el PSOE con una formación socialista que tuvo origen en las potestas del 15M del 2011, y constituida en el año 2014 como partido político PODEMOS. Sé enfrentan a una oposición híspida, torticera y de extrema derecha como el partido VOX, al lado del PP que finge ser de derecha, pero ya llegó a la extrema derecha, entre ambos licuaron al partido CIUDADANOS que decía ser del centro político, pero perdió el rumbo y se fue diluyendo hasta volverse de derecha.

 En una anterior columna publicada en febrero titulada, “El centro político: confluencia de fuerzas y tendencias”, expresé que, “El centro político que se pretende coaligar para definir un candidato único en la consulta interpartidista de marzo 2022 tiene matices, corrientes, tendencias y expresiones diversas que en una primera etapa de confluencia no se pueden excluir porque no prosperaría el llamado al formar el centro. Aquí el pluralismo político debe aplicarse, ser tolerantes y empezar a definir puntos convergentes, a proponer ideas que conformarían la plataforma programática para tener un ideario que los acerque más o los purgue al ver algunos que no encuentran afinidades. Quienes no se encuentran cómodos en el espectro de la derecha, ni de la izquierda, y sean moderados de centro se acercarán en esa primera etapa, luego los que posan de centro, al ver que definitivamente no pueden escapar a los extremos de la órbita, buscaran los polos a los que pertenecieron o deben pertenecer para no divagar: retornaran a los extremos: Una auto purga o profilaxis. (Ramos Garbiras, 2021). Dentro de esas corrientes y tendencias hay líderes de gran prestancia y competitivos como Jorge Enrique Robledo, Humberto De la Calle, Juan Manuel Galán, entre otros.

 El centro político como coalición ha funcionado en muchos países, su presencia no es de larga duración en el poder porque sirve de colchón a partidos fuertes que retornan solos al mando del Estado, entonces ayudan a reencauchar ese partido fuerte, este los utiliza y el proyecto coalicionista concluye con el mandato, siendo los partidos minoritarios, volátiles y en un próximo período pueden aparecer en otra coalición o haberse disuelto. Las coaliciones políticas acuden a los partidos de centro (de izquierda o derecha) que usualmente son minoritarios ante los partidos fuertes. Un partido de centro se vuelve fuerte, por un período más largo, cuando logra nuclear a varios partidos pequeños de centro. Y algunos partidos de la izquierda, asumen el poder solos con escaso apoyo parlamentario como en Dinamarca, Portugal, España y Moldova, logran co-gobernabilidad con poliarquía y alcanzan una estabilidad que estaba perdida. O estas izquierdas jalonan el centroizquierda siendo mayoría en el parlamento, pero se apoyan en coaliciones reducidas con algunos pactos de gobernabilidad, como en Suecia, Checoeslovaquia, Malta, Finlandia y Dinamarca.

 (*) Especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España; ha sido profesor de derecho internacional y ciencia política en la Universidad Libre. Profesor de la cátedra derechos humanos, en la misma universidad.

 Bibliografía.

 Mastropaolo Alfio. Concepto de centrismo. Diccionario de política. Dirigido por Norberto Bobbio Siglo XXI editores. Impreso en México, página 242. Quinta edición en español 1987-

Mires Fernando. “Existe el centro político”. www.eltiempo.com, periódico El Tiempo, diciembre 5 de 2020.

Ramos Garbiras Alberto. El centro político: confluencia de fuerzas y tendencias”. Columna publicada en el semanario virtual, Caja de Herramientas, www.viva.org.co, edición número 718, febrero de 2021