Afanosamente el centro político será
conformado entre el 12 de marzo y el 26 de mayo, lo trataran de armar cada uno
por su lado desde las campañas de Vargas Lleras, Fajardo y Humberto de la
Calle. Esa trifurcación hará imposible la construcción de un centro político
fuerte, por obvias razones: será una rapiña de votos para tres vertientes. El
centro político en esta elección está condenado a ser disuelto porque los dos
candidatos de los extremos, la derecha (Duque) y la izquierda (Petro), también
estarán al mismo tiempo atrayendo ese electorado.
Pero
ante la polarización desatada desde la campaña del NO para el plebiscito de
octubre 2016, el electorado con comportamiento concurrencial a las urnas ya
está dividido, agrandada la brecha por la seguidilla de ataques y
enfrentamientos del año 2017, con secuelas en la estima de las personas, el
orgullo y sentimientos de odio inyectados, una consecuencia nefasta que,
terminó por polarizar a amplios sectores de la población. Entonces, los
ciudadanos votantes polarizados o radicalizados, evitaran jugar a ser del
centro político, y apoyaran al más afín de los extremos del campo ideológico.
Como ninguno puede ganar en la primera vuelta
electoral (ni la derecha, ni el centro, ni la izquierda), los tres campos del
espacio político están fragmentados, entonces el mismo sistema electoral de dos
vueltas constitucionales (con 3 semanas de distancia), y en este caso
inevitables, hará que se anticipe la segunda vuelta desde la primera vuelta, en
el sentido de la toma de posiciones. Y en la segunda vuelta electoral se
repolarizarán. El centro político en esta ocasión solo servirá de abrevadero de
los protagonistas de la polarización agenciada por las élites, en virtud a las
posturas adoptadas sobre el proceso de paz.
El centrismo se presenta como una opción
moderada de hacer política, como los portadores del consenso y de soluciones
pactadas. Su inserción en el respeto a la institucionalidad hace a los
centristas adoptar actitudes reformistas, contemporizadoras y poco conformacionales.
De esta manera los militantes de izquierda ven a los centristas como tibios,
indecisos y pancistas: querer estar bien con todos. El centrismo lleva a una
mixtura ideológica entre la socialdemocracia, la tercera vía y la incorporación
de criterios liberales que no rompan con las tradiciones. Los partidos de
centro se alimentan de políticas progresistas, moderadas y dentro de los
mecanismos de participación establecidos convocan a las acciones menos
riesgosas para sus socios en el poder.
En Colombia para la coyuntura electoral 2018
frente a la primera vuelta electoral, después de los resultados de las
consultas del 11 de marzo, tres sectores políticos quieren mostrarse como del
centro político para ser competitivos respecto a la derecha política(encarnada
por el partido Centro Democrático), y la izquierda política (liderada por
Gustavo Petro, casi en solitario, no se puede decir encarnada por la UP o por
el MAIS o por el ASI, que lo acompañan);
esos tres sectores mencionados son : el Vargasllerismo, una parte del
liberalismo con De la Calle y Fajardo con tres formaciones políticas que lo
respaldan(la Alianza Verde, el Polo Democrático y una corriente llamada
Compromiso Ciudadano). La pregunta es esta: ´¿Por qué si existe el centrismo
solo ahora lo quieren mostrar ?. El centro político si existe en la práctica
debe actuar durante todo un Gobierno o un largo período, no se debe armar
artificiosamente y a la carrera para demostrar que existe.
El Polo Democrático es una confluencia de
movimientos políticos de izquierda que se desperfiló por la corrupción de un
sector de la ANAPO enquistada en ellos; La Alianza Verde es otra agrupación
variopinta con militantes de centro-centro, de
centro izquierda y trashumantes de otros partidos en disolución que,
viene actuando como partido político desde el año 2010 y no ha podido exhibir
el discurso verde, atomizados por infiltrados de otras formaciones que no
tienen pertenencia real al Partido Verde; y Compromiso Ciudadano, la otra
vertiente de Coalición Colombia, es un movimiento personalista de centro
derecha que ha apoyado a Sergio Fajardo
en sus postulaciones como Alcalde de Medellín y Gobernador de Antioquia; en varias ocasiones ha coqueteado
con el Partido Verde, pero nunca se ha comprometido de lleno. La falta de realidad
política respecto al momento histórico que vive Colombia les ha impedido armar
una verdadera Coalición Colombia que acerque a todos los sectores del
centrismo, de la izquierda y a los independientes excluidos de otras
confrontaciones electorales.
Algunos partidos buscan el centro político
por convicción ideológica con corrientes de pensamiento sobre los temas más
transcendentales de la sociedad (el ecologismo, el feminismo, la justicia
social, la legalización del consumo de las drogas, la eutanasia, el matrimonio
de homoxesuales, el respeto a las pensiones, etc…); otros buscan ser del Centro
Político como táctica electoral para atraer votos, evitar los debates con los
candidatos radicales, para eludir posiciones sobre aspectos que espantarían
votos (los impuestos, cargas tributarias, fijación del salario mínimo, etc.),
para no asumir criterios extemporáneos sobre temas como los derechos reclamados
por la comunidad LGTB, u otros.
Por
observación se podría afirmar que son verdaderamente centristas los partidos o
movimientos políticos que permanente y sistemáticamente defienden temas durante
todo el tiempo gubernamental de un gobierno o en sucesivos gobiernos, es decir
defensa de ciertas políticas públicas progresistas. Y, al contrario, quienes en
coyunturas electorales se presentan como del centro político, cacarean
pertenecer al centro a través de propaganda y medios de comunicación, sin tener
activismo en temas claves, están buscando tácticamente un provecho: atraer a
amplias capas electorales que se sientan embelesadas con ese discurso.
Los
centristas se dividen en tres ramas: centro derecha, centro-centro y centro
izquierda. En casi todos los países occidentales tratan de caracterizarse
actuando con posturas moderadas, por no correr riesgos respecto a la movilidad
social lograda, o ante los intereses económicos que han alcanzado. Los
centristas de derecha alimentan el discurso político tomando ideas de varias
ideologías, se inspiran en temas de ambos lados (derecha e izquierda)
atemperando o modulando las temáticas; son descubiertos por los observadores y
analistas debido el oportunismo que destilan; la radiografía final es la de:
políticos mutantes. El caso más visible hoy es el del español Albert Rivera,
líder del partido CIUDADANOS, a tal punto que ya quedó visualizado como el
apuntalador del Partido Popular, otra vez en el poder gracias a este partido
genuflexo que le facilitó nuevamente la investidura a Mariano Rajoy; ante la
profundización de las crisis estos centristas se inclinan definitivamente hacia
la derecha; no tienen sentido del momento histórico.
Los
centristas del centro-centro, acuden al autonomismo para afianzar sus
posiciones; son reformistas por inclinación, para evitar tomar posiciones
extremas; frenan los cambios más radicales con evasivas; invocan la concordia,
el consenso permanente y el dialogo para limar asperezas; se inclinan por
reconocimientos de mínimos vitales constitucionales, defienden ocasionalmente
los derechos de las minorías. El liberalismo, por ejemplo, es parte del
centrismo, solo en EEUU los liberales son considerados de izquierda por el
conservadurismo del partido republicano. Emannuel Macrom, nuevo presidente de
Francia pertenece al centro-centro, fundó el partido llamado Movimiento en
Marcha, emergió como funcionario del gobierno de Hollande y logró atraer a una
población desencantada. El PDCAT en Cataluña (España), evoluciono desde la
vieja formación Convergencia y Unión , un partido regional nacionalista de
centro que, contemporizó con todos los gobiernos después de la muerte del
dictador Francisco Franco; pero desde que Artur Mass, y luego Puigdemont,
agitaron el independentismo y el gobierno central se cerrara contra esta
especie de soberanismo desbordado, se agudizó la situación y el PDCAT pasó a
ser un partido de centro izquierda, han judicializado a sus dirigentes y están
al borde de ser vistos como un partido de izquierda, es decir un tema agitado
sistemáticamente y con profundidad puede hacer girar a un partido en el campo
político.
Los centristas de izquierda se caracterizan
por promover políticas de bienestar general, no son izquierdistas integrales,
son la cara opuesta de la derecha y del centro derecha, agencian un populismo
gradual. A los partidos políticos se les ubica por las políticas públicas adoptadas,
es necesario preguntarse, ¿a quién beneficia determinada política pública?, y
sopesar el carácter último del posicionamiento para ubicar a ese partido en el
campo político
Por: Alberto Ramos Garbiras | Magíster en Ciencia Política Universidad
Javeriana, PhD, Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de
Madrid (UNED- España); profesor de derecho internacional, Universidad Libre.