Por:
Alberto Ramos Garbiras (*)
El
gobierno central madrileño se ha excedido en todo al impedir la votación del
referéndum independentista, influir sobre el Tribunal Constitucional y tratar
de convertir en delincuente al presidente de la Generalitat catalana, Carles
Puigdemont, indagar a los alcaldes, congelar las cuentas, cerrar parte de las
escuelas donde funcionarían los puestos de votación y demás actos de
interferencia. Habría sido preferible dejar votar a los catalanes y así no se
hubiera despertado el nacionalismo que la represión desató. Estuve durante el
mes de julio en España y los días que permanecí en Barcelona percibí que la gente
pedía más autonomía, pero no simpatizaban con la corriente independentista, ni
con las posturas de los tres partidos regionales que la animaban.
Entonces, negar un mecanismo de participación
popular que la Democracia proporciona fue cerrar los espacios que la misma
constitución tiene. Retirar las urnas con la Policía Nacional y la Guardia
Civil, provocó la reacción de la gente que, incluso muchos habían ido a dormir
desde dos días atrás, a las escuelas donde se programaron los puestos
electorales: la represión hizo ocurrir algo surrealista. La utilización de la
fuerza pública fue extralimitada porque el independentismo que se reclama es un
derecho parecido a la consulta y de manera electoral. Una arbitrariedad
mayúscula como sacaron a la gente con desdén como si fueran basura,
arrastrándolos del cabello, tirándolos como objetos inservibles, o a punta de
empujones. Que imágenes tan dolorosas hemos visto en los videos. Es un absurdo
que golpeen a los ciudadanos que van a votar desarmados. No consideraron que la
gente fue a votar en calma, sin agresión, sin armas: No a la manera Etarra, que
lo hacían con terrorismo. Los catalanes están reclamando su independencia.
Paradójicamente la solicitud de más Democracia llevó a una alta tensión.
Adela Colau, alcaldesa de Barcelona fue muy
objetiva y ponderada al reconocer claramente que ningún elector o votante
llevaba armas. Más sin embargo, no los
dejaron votar y perturbaron más de 400 puestos electorales. La violencia fue de
la policía nacional y la guardia civil. Se evidenció la desproporcionalidad,
entonces la gente solo salió a votar y a participar. Y los violentaron, esa
represión hizo abstenerse a muchos, interfiriendo el proceso democrático. El
resultado habría sido otro. Mi hijo Roger, catalán de nacimiento y de madre
catalana me dijo decepcionado, vía WhatsApp, “Yo siempre había tenido una
postura más central e imparcial. Como Catalán me identifico con la cultura y
tradición de aquí, pero nunca he pedido la independencia de forma abierta, yo
quería seguir perteneciendo a España. Me han perdido a mi y a mucha gente que
era como yo. Desde el domingo han cambiado las cosas, se ha roto algo que ya no
tiene retorno. Y he hablado con muchísima
gente que se siente igual…para que de verdad construyamos un nuevo país
con otros fundamentos de base”.
Ha
dicho el Presidente Rajoy que hará respetar la Constitución y la Ley. Es mera
retórica. Los miembros del Partido Popular (PP) encausados judicialmente llevan
violando la Constitución y las leyes más de 20 años con todos sus actos de
corrupción. Mariano Rajoy encontró en el referéndum catalán una excusa para
distraer todas las denuncias de corrupción desatadas en los últimos meses, para
posar de puro y demócrata. Esa actitud represora lo va a desmoronar más de lo que
estaba. Despertó un nacionalismo extensivo y va a hacer radicalizar a la gente
que incluso están presionando para que la policía nacional se retire. Ocurrió
todo lo contrario de lo que pensaba en Madrid la cúpula del PP. Se destapó una
caja de Pandora nacional e internacional. En lo nacional otras autonomías están
pensando en más reclamos al gobierno central sobre los traslados fiscales, y en
lo internacional otras regiones reflexionan sobre intentos y reclamaciones
secesionistas adormilados.
Esta situación no es igual al Brexit del
Reino Unido porque Cataluña no ha dicho que se retirará de la Unión Europea
(UE). Si se independizan buscarían entrar cono nuevo Estado a la Unión Europea.
Y han pedido su mediación, gran parte de los países de la UE se pronunciaron
por el diálogo y la vía pacífica antes que la polarización se extreme. Rajoy
negó el dialogo lo cual cierra la única salida razonable. Lo que puede venir ahora es un choque de
decisiones jurídicas proferidas por las instituciones, desde Barcelona para
desconocer el centralismo y hacer valer el autonomismo que, de no lograrse,
termina en la secesión.
El quiebre de la legalidad en Cataluña
imputado o señalado por el Gobierno de Rajoy se debe al quiebre de la legalidad
en Madrid producto de todas las actuaciones de corrupción comprobadas a
miembros del Partido Popular (PP) y la pérdida de transparencia por la forma
como han gobernado, inclusive, corrupción extendible a socios de la coalición,
miembros del PSOE , incursos en delitos . La ilegalidad desde la administración
produce desazón en la ciudadanía y por lo crónico de los hechos (en la última
fase desde 2013 con los papeles de Bárcenas y la contabilidad B); produjeron el
efecto de pérdida de legitimidad del Gobierno reelecto con precaria y difícil
coalición lograda para formarla. O sea, estamos ante el choque de dos Gobiernos
a quienes se les puede señalar cometen ilegalidades, el Gobierno nacional, la
corrupción sistemática; y al Gobierno autonómico de la Generalitat,
desobediencia e incumplimiento del Estatuto catalán, e incumplimiento de la
sentencia del Tribunal constitucional: un empate de ilegales que lleva a la
desobediencia civil. La ciudadanía
catalana prefirió participar a riesgo de porrazos porque quieren librarse de la
corrupción crónica que inclusive calcó el Gobierno de Jordi Pujol. Un amplio
sector de catalanes decidió la vía nacionalista para buscar la verdadera
autonomía que es la independencia.
Entonces, el resultado de la votación
declarada no válido por el Tribunal Constitucional español, y el gobierno
central, es considerado válido por el Gobierno autonómico y lo puede incorporar
e implementar el parlamento catalán por lograr la mayoría absoluta de los votos
depositados, máxime si no existe el voto obligatorio. El choque de decisiones
llevará a la aceleración de la declaración formal/unilateral proclamando la
independencia el Parlament de Cataluña, como expresión originaria del pueblo
queriendo otro estado de cosas constitucional. Y comenzaría el corte de
relaciones, de tributación, de desconocimiento en lo administrativo para
configurar un Estado naciente. Y vendría pronto el pronunciamiento
internacional de los otros estados que reconozcan o no al nuevo Estado formado.
Para evitar este escenario, desde Madrid el
jueves 6 de octubre Impulsaron algo aberrante, anticipadamente declararon que
la próxima sesión del Parlament programada para el lunes 9 es inválida, sin
saber el orden del día ni los contenidos, o sea tratan de impedir la
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA con anticipación. Una aberración jurídica con
marcado autoritarismo. Han politizado desde el Gobierno al Tribunal
Constitucional. De esta manera sin acudir al dialogo nacional, en una fase
inicial seguiría el choque o contrapunto de decisiones desde Madrid y desde
Barcelona, para jurídicamente llevar en esta fase las reclamaciones de
soberanía.
Si se caldea la situación entre los entes
territoriales, habrá intentos de penetración con la fuerza pública estatal
madrileña, pero Cataluña tiene su propia fuerza armada, los Mossos de Escuadra
que serán reforzados con más conscriptos o reclutados; podría producirse un
belicismo por las soberanías que, de trascender o prolongarse desembocaría en
guerra interna entre dos entes estatales. En Colombia se produjo una guerra
civil de este tipo entre 1859 y 1862 cuando los gobernantes regionales, entre
ellos Tomás Cipriano de Mosquera, le reclamaban más autonomía y recursos al
gobierno nacional presidido por Mariano Ospina Rodríguez. Fue una guerra entre
los funcionarios públicos de los estados regionales contra el Estado central, y
reclutaron a ciudadanos ajenos a la disputa política y a despavoridos
campesinos desideologizados. Teníamos un federalismo maltrecho que terminó con
la evolución a un federalismo radical que duró desde 1863 hasta 1886.
El Rey
Borbón Felipe VI ha sido criticado por un pronunciamiento tibio sin invocar al
dialogo ni reconocer la equivocada represión del domingo electoral, como Jefe
de Estado debe mediar para buscar la unidad nacional, esto enfureció a los
catalanes y a otros segmentos de opinión que ya no gustan de la obsoleta
Monarquía, muchos expresan que no debieron resucitar a esa Monarquía borbónica,
pero lo dejó instalado el mismo General Franco que había sometido a todos por
las armas. Y empezó el juego de los partidos aprovechando la transición con
Adolfo Suarez que, desempeñó un papel decente en un período crítico. Hoy la mitad del PSOE esta con Rajoy y no
deberían estar, buscan mantener los privilegios logrados desde 1982. Pero hay
un PSOE decoroso que lidera otra vez Pedro Sánchez, así tenga un comportamiento
errático al perder la investidura de Presidente, como lo demostró el año
pasado. Por dudar dos veces en aliarse con los progresistas del partido
PODEMOS; ahora Sánchez parece encarrilarse ; mientras la gente del partido
CIUDADANOS, sus cuadros apuntalan el REGIMEN, han generado statu quo y
confusión; aparecieron triunfantes como nueva formación política amparados en una oleada de indignación,
y so pretexto de criticar la situación
compleja del 2014 hoy apuntalan al gobierno central corrupto y al sistema parlamentaro/monárquico.
(*) Magíster en Ciencia Política
Universidad Javeriana.