El atentado terrorista el 15 de septiembre en
Londres, dentro de un vagón del metro a la altura de la estación Parsons Green,
afectó a la ciudad entera por el pánico que genera aunque solo resultaron 29
personas heridas por la expansión de la bola de fuego. El grupo terrorista ISIS
o estado islámico se atribuyó el hecho, esto lleva otra vez a la reflexión
sobre la seguridad de la Unión Europea
La población musulmana en general ha sufrido
la estigmatización por la radicalización del terrorismo islamista /yihadista;
quienes no distinguen entre árabes, musulmanes seguidores del islam e
islamistas, se van por el camino fácil de la homogenización o calificación con
el mismo rasero de terroristas a todos los musulmanes. Si todos los musulmanes
fueran terroristas habría 1.500 millones de terroristas en el planeta tierra. Y
esto es un imposible.
Esos estigmas se han producido en diferentes
épocas por otras circunstancias. Donald Trump utilizó por miopía esa
homologación y poco después de haberse posesionado prohibió el ingreso a EEUU
de musulmanes provenientes de 6 países. Un juez federal se opuso y desde el
Congreso senadores centristas incluidos republicanos, le replicaron. Igual
sucedió desde la ONU y la Unión Europea, los pronunciamientos de Antonio
Guterres, nuevo Secretario General, le hicieron moderar su postura.
Pero los musulmanes trasladados hace décadas
a vivir en Europa y los llegados en recientes migraciones siguen teniendo
desencajes en la integración. Y qué decir de los refugiados, aherrojados de sus
países y forzados a buscar amparo en otros estados. La falta de una integración
adecuada a las sociedades europeas facilita que unos pequeños sectores de
musulmanes ingresen al islamismo y se comiencen a radicalizar, se afilian a la
yihad por una de las varias formas de reclutamiento o adscripción. Las variadas
exclusiones los arrinconan y la suma de eventos hace prevenir más el racismo
latente llegando a la xenofobia en crecimiento.
Carmen
González, investigadora de la UNED afirma que este es un resultado específico
de la globalización y el tránsito de personas a nivel planetario. A la par que
muchos musulmanes se integran con dificultad y hacen parte de la población
inmigrante, unos pocos se radicalizan y se transforman por el fundamentalismo
religioso, afectando a los que viven normalmente, esto no lo tienen claro o no
lo quieren tener claro algunos dirigentes europeos xenofóbicos, nacionalistas,
u otros neonazis. Angela Merkel si lo entiende y ello le ha traído oposición
férrea de sectores ultraderechistas.
Treinta actos de terrorismo han sufrido
Europa desde el año 2014. Al Qaeda en el 2004 seleccionó a Madrid que sufrió el
brutal golpe en Atocha, y luego en el 2005 a Londres. En los últimos 4 años
ISIS o estado islámico se ha empecinado con Francia, Bélgica, Inglaterra por participar
en la coalición que los ataca desde el aire y alienta a la OTAN. Paralelo a la llegada de refugiados de
varias guerras y conflictos insolubles, dentro de los cuales puede haber
colados que afectan a víctimas en busca de ayuda humanitaria, se registra el
adoctrinamiento de lobos solitarios o de miembros de células terroristas que
según los estudios de sociólogos tienen familias provenientes de marruecos,
Pakistán o Argelia y no han encajado plenamente en las ciudades europeas por
exclusiones de diferente naturaleza.
Fernando Reinares, estudioso del fenómeno
terrorista adscrito al Real Instituto Elcano, refiriéndose a reiterados
hallazgos y detenciones de activistas del islamismo radical en España que,
operan en cercanía a Barcelona dice que, “Este
componente autóctono tiene su principal foco en Ceuta y Melilla, las dos
ciudades españolas con amplias segundas generaciones, descendientes de
inmigrantes marroquíes, en el seno de colectividades musulmanas inusualmente
extensas. En conjunto, sin embargo, Barcelona y su entorno constituyen el
principal escenario del fenómeno yihadista en nuestro país. Aunque sigue siendo
un fenómeno dominado por varones jóvenes y con ascendientes familiares o
culturales musulmanes, habitualmente casados, cuyos procesos de radicalización
yihadista son ahora más rápidos —debido a la incidencia de Internet y las redes
sociales—, entre los detenidos en España a lo largo de los tres últimos años
son inusitadamente significativos los porcentajes de mujeres, al igual que de
conversos”.
Por: Alberto Ramos
Garbiras.