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15 sept 2017

Integración musulmana y terrorismo coexistente

El atentado terrorista el 15 de septiembre en Londres, dentro de un vagón del metro a la altura de la estación Parsons Green, afectó a la ciudad entera por el pánico que genera aunque solo resultaron 29 personas heridas por la expansión de la bola de fuego. El grupo terrorista ISIS o estado islámico se atribuyó el hecho, esto lleva otra vez a la reflexión sobre la seguridad de la Unión Europea

La población musulmana en general ha sufrido la estigmatización por la radicalización del terrorismo islamista /yihadista; quienes no distinguen entre árabes, musulmanes seguidores del islam e islamistas, se van por el camino fácil de la homogenización o calificación con el mismo rasero de terroristas a todos los musulmanes. Si todos los musulmanes fueran terroristas habría 1.500 millones de terroristas en el planeta tierra. Y esto es un imposible.

Esos estigmas se han producido en diferentes épocas por otras circunstancias. Donald Trump utilizó por miopía esa homologación y poco después de haberse posesionado prohibió el ingreso a EEUU de musulmanes provenientes de 6 países. Un juez federal se opuso y desde el Congreso senadores centristas incluidos republicanos, le replicaron. Igual sucedió desde la ONU y la Unión Europea, los pronunciamientos de Antonio Guterres, nuevo Secretario General, le hicieron moderar su postura.

Pero los musulmanes trasladados hace décadas a vivir en Europa y los llegados en recientes migraciones siguen teniendo desencajes en la integración. Y qué decir de los refugiados, aherrojados de sus países y forzados a buscar amparo en otros estados. La falta de una integración adecuada a las sociedades europeas facilita que unos pequeños sectores de musulmanes ingresen al islamismo y se comiencen a radicalizar, se afilian a la yihad por una de las varias formas de reclutamiento o adscripción. Las variadas exclusiones los arrinconan y la suma de eventos hace prevenir más el racismo latente llegando a la xenofobia en crecimiento.

 Carmen González, investigadora de la UNED afirma que este es un resultado específico de la globalización y el tránsito de personas a nivel planetario. A la par que muchos musulmanes se integran con dificultad y hacen parte de la población inmigrante, unos pocos se radicalizan y se transforman por el fundamentalismo religioso, afectando a los que viven normalmente, esto no lo tienen claro o no lo quieren tener claro algunos dirigentes europeos xenofóbicos, nacionalistas, u otros neonazis. Angela Merkel si lo entiende y ello le ha traído oposición férrea de sectores ultraderechistas.

Treinta actos de terrorismo han sufrido Europa desde el año 2014. Al Qaeda en el 2004 seleccionó a Madrid que sufrió el brutal golpe en Atocha, y luego en el 2005 a Londres. En los últimos 4 años ISIS o estado islámico se ha empecinado con Francia, Bélgica, Inglaterra por participar en la coalición que los ataca desde el aire y alienta a la  OTAN. Paralelo a la llegada de refugiados de varias guerras y conflictos insolubles, dentro de los cuales puede haber colados que afectan a víctimas en busca de ayuda humanitaria, se registra el adoctrinamiento de lobos solitarios o de miembros de células terroristas que según los estudios de sociólogos tienen familias provenientes de marruecos, Pakistán o Argelia y no han encajado plenamente en las ciudades europeas por exclusiones de diferente naturaleza.

 Fernando Reinares, estudioso del fenómeno terrorista adscrito al Real Instituto Elcano, refiriéndose a reiterados hallazgos y detenciones de activistas del islamismo radical en España que, operan en cercanía a Barcelona dice que, “Este componente autóctono tiene su principal foco en Ceuta y Melilla, las dos ciudades españolas con amplias segundas generaciones, descendientes de inmigrantes marroquíes, en el seno de colectividades musulmanas inusualmente extensas. En conjunto, sin embargo, Barcelona y su entorno constituyen el principal escenario del fenómeno yihadista en nuestro país. Aunque sigue siendo un fenómeno dominado por varones jóvenes y con ascendientes familiares o culturales musulmanes, habitualmente casados, cuyos procesos de radicalización yihadista son ahora más rápidos —debido a la incidencia de Internet y las redes sociales—, entre los detenidos en España a lo largo de los tres últimos años son inusitadamente significativos los porcentajes de mujeres, al igual que de conversos”.

Por: Alberto Ramos Garbiras.