El 9 de abril se cumplieron 77 años del vil acto
criminal contra Jorge Eliecer Gaitán, líder popular colombiano que luchó para
cambiar las costumbres políticas en Colombia que, el país hasta el 9 de abril
de 1948 continuaba sin encontrar un rumbo para conducir la Democracia hacia
practicas sanas de funcionamiento institucional. El siglo XIX había sido
tortuoso desde el nacimiento constitucional del Estado (1821) hasta el fin de la
guerra civil de los mil días (1903), pues 8 guerras civiles y más de 35
guerras locales habían ensangrentado al territorio nacional; y los intentos de
orden territorial (Centralismo o Federalismo) fueron uno de los objetivos de las
disputas bipartidistas, que protagonizó
la oligarquía renovada con actores consanguíneos o entroncadas con élites de
poder sucesivas buscando acrecer y
afianzar los poderes regionales logrados desde gobiernos anteriores en
provincias, cantones, parroquias y municipios.
Los otros objetivos o factores de esas
guerras civiles fueron: No dejar liberar a los esclavos; continuar los
caudillos agrarios con los beneficios que traían desde la Colonia como criollos acomodados;
imponer la religión católica sobre los otros cultos; impedir el reparto de la
tierra, afianzar el poder regional de los supremos caciques y líderes agrarios;
invocar la soberanía de las regiones para manejar zonas enteras con intereses
económicos y de clase o castas; concentrar el poder de manera unipersonal apoyados
en un bipartidismo nuevo con el Partido Nacional en La Regeneración Nuñista
para manejar la contratación nacional bloqueando las autonomía que enarbolaba
el federalismo desde el Olimpo Radical. El siglo XX en Colombia arrastró los
vicios de ese bipartidismo amorfo y surgió El Republicanismo (1904-1930),
una fusión de liberales y conservadores como zaga de La Regeneración (1886-1903),
es decir otra etapa de conservatización de los dos partidos políticos, con los
gobiernos de Rafael Reyes, Ramón González Valencia, Carlos E Restrepo, José
Vicente Concha, Marco Fidel Suarez, Jorge Holguín Mallarino, Pedro Nel Ospina y
Miguel Abadía Méndez, todos se desempeñaron desde 1904 hasta 1930. Sumadas las
dos etapas de esta conservatización son 44 años de hegemonía conservadora
porque en ese trasegar Rafael Núñez se comportó como un conservador a la par
que todo lo fraguaba con Miguel Antonio Caro, el más derechista, deshonesto y
manipulador de todo el mosaico de presidentes de este período.
Gaitán nació en 1898 y desde los 14 años se
impactó al escuchar a Rafael Uribe Uribe, el intelectual, abogado y liberal
radical que hablaba del socialismo de Estado, participó en tres
guerras civiles para defender las ideas liberales, atacar el proyecto de Núñez
como traidor de su partido, impedir el desplome de la Constitución de Rionegro
y reclamar el respeto por el derecho a la participación, la reforma laboral y
la flexibilización en la tenencia de la tierra, entre otras proclamas. El padre
de Gaitán era un liberal radical supérstite, librero de oficio y lector
infatigable; le transmitió a su hijo la pasión por la lectura y le facilitó las
búsquedas de buenos autores para su formación. Gaitán estudio derecho en la
Universidad Nacional y se especializó la parte penal estudiando en Roma orientado
por un socialista de prestigio como Enrico Ferri.
En
1930 ganó las elecciones Enrique Olaya Herrera, un liberal boyacense, ex
ministro de dos gobiernos conservadores, que representó a su partido dejando la
Cancillería, para enfrentar las elecciones ante los conservadores Vásquez Cobo
y Guillermo Valencia, seleccionados o nominados por los párrocos de muchos
municipios, pero no logaron ponerse de acuerdo en un solo nombre. Después de 44
años de hegemonía conservadora surgió lo que luego denominarían La República
Liberal (1930-1946), 16 años con cuatro presidentes liberales: Olaya Herrera,
López Pumarejo, Eduardo Santos y Lleras Camargo. La actividad política de
Gaitán podemos enfocarla desde 1924. Se destacó como orador durante el debate
sobre la masacre de las bananeras (1828) y allí dejó ver su profunda pasión por
las causas populares la cual creció en la medida que se adentró en campañas
políticas y correrías en varias partes del país; desde la Cámara de
Representantes ya había demostrado capacidad legislativa y conocimiento de la
problemática del país. Como Alcalde de Bogotá, dejó su impronta para defender
los derechos sociales, inclusive en exceso pues fue objeto de burlas y sorna
por las medidas tomadas (desayunos escolares, alimentos para los indigentes,
calzado para los pobres, prohibir los avisos de los almacenes y tiendas en
inglés, uniformar a los choferes…), para ordenar la vida urbana en Bogotá, o
como Ministro de Trabajo demostró su versatilidad para avanzar n otros espacios
y materias del derecho
Según Antonio García Nossa, amigo y asesor
durante los últimos 5 años de su vida truncada a los 50, los objetivos de
Gaitán, entre otros aspectos, fueron 5 los básicos. 1). Modificar el Estado
de casta ensamblado por oligarquía, 2). Establecer un control estatal
sobre la economía de competencia, 3). Implementar un criterio socialista
para la distribución del ingreso, 4). Eliminación de los privilegios de
clase dentro de los partidos políticos, 5).Aplicación multidimensional
de la Democracia para obtener una democracia económica, democracia política y
democracia social. Gaitán no pretendió introducir abruptamente el socialismo
como sistema imperante, buscaba gradualmente cambios sociales, un estado de
justicia, de derecho y de servicios, que organizara las bases y educara
ideológicamente para un nuevo sistema de vida. Clamaba por trabajos justos y
contra la miseria. Sobre la salud Gaitán requería mayor atención a las
enfermedades, la maternidad y la vejez. Su aspiración era popular, nacionalista
y democrática. (García Nossa, 1954).
Gaitán, fue admirador de Manual Murillo Toro,
quien desempeñó la presidencia 2 veces en el siglo XIX y concibió una reforma
agraria que hiciera justicia con los desposeídos de la tierra, desconocidos por
hacendados y terratenientes que habían acaparado los mejores predios desde que
Colombia se independizó de los españoles. Gaitán, también exponía la necesidad
de una reforma agraria para utilizar mejor el campo y abrir sitios de trabajo.
Al mismo tiempo explicaba la necesidad de impulsar la industrialización de
Colombia porque de no ser así las ciudades no tendrían como recepcionar a los
migrantes internos y el repoblamiento de la ciudad, grandes no encontrarían los
productos agrícolas suficientes para ofrecerle al flujo de habitantes.
Jorge Eliécer Gaitán, criticaba a la
oligarquía concibiéndola como una casta de la burguesía que se dedicaba a
medrar alrededor del poder político, los veía como la perpetuación de una
dirigencia que se reproducía familiarmente o colateralmente por la identidad
con los intereses económicos que portaban, y siempre habían influido en todos
los gobiernos. No hacía diferencia entre las élites liberales y conservadoras
que dirigían el país, hablaba de la oligarquía liberal-conservadora y el pueblo
en otro lado utilizado por ellos. Esa oligarquía, por su origen humilde, lo
trataba de negro o de indio, o como un desclasado que había ascendido y
escalado por su volcánica voz de agitador de masas.
El trasegar político de Gaitán se produce
inicialmente en los últimos dos gobiernos de la hegemonía conservadora (1924-1930),
continua durante los gobiernos liberales(1930-1946), y los dos últimos años
como Jefe nacional del partido liberal. En 1933 fundó un movimiento político
llamado UNIR, el cual desmanteló en 1935, para reingresar al
liberalismo. Ese movimiento habría sido oportuno cuando atraía al pueblo
liberal y conservador, llenaba plazas y
la gente estaba enardecida por el exterminio de los líderes gaitanistas en los
municipios.
En
estos períodos o tiempos señalados sufrió varios entrampamientos para no
dejarlo ascender o para que se equivocará, o para impedir su brillantez que
opacaba a los tres mandatarios principales de menor perfil ante las bases del
partido liberal. Por eso se unieron López Pumarejo, Eduardo Santos y Alberto
Lleras, para impedir su candidatura única en 1946, dividieron al partido
liberal con la candidatura de Turbay Avinader. Le tendieron la trampa y en
efecto el liberalismo volvió a perder la presidencia como había ocurrido en los
44 años anteriores. Ante el crecimiento electoral de Gaitán, se convirtió en
una amenaza para la oligarquía que ya estaba otra vez en el poder (porque lo
estaban con azules o con rojos), habiendo elegido a Mariano Ospina Pérez, y se
desató una ola de asesinatos para extinguir a los líderes gaitanistas, 15.000
asesinatos en ciudades y campos de Colombia, un entrampamiento al elegirlo Jefe
del liberalismo, creyendo él que desde adentro del partido podría reformarlo.
Perdió la elección, pero se propuso ganar la presidencia en 1949. Laureano
Gómez, jefe conservador y mentor del presidente Ospina, era ya admirador de
Hitler, Mussolini y Franco, lideres totalitarios fascistas en Alemania, Italia
y España, fue embajador en Alemania. Laureano Gómez, extrapoló la violencia de
los franquistas contra los republicanos en España y extendió el odio contra las
bases populares contrarias a sus apetencias. A Gaitán solo faltaba asesinarlo y
así lo hicieron.
Cita bibliográfica.
García Nossa
Antonio. “Gaitán y el camino de la revolución colombiana”. Libro
publicado por ediciones Camilo. Talleres de impresos litográficos. Bogotá,
abril de 1974.