Texto de Alberto Ramos Garbiras.
Para
acudir a algunos aspectos comparativos, hace varios años escribí dos columnas
para el Diario Occidente donde narraba los efectos de la guerra de invasión que
los EEUU llevó a cabo en Irak, desacatando las evaluaciones que los inspectores
de la ONU en materia nuclear habían entregado. Pero los interesas por el
petróleo de Busch y Cheney, se aplicaron desobedeciendo las conclusiones que
afirmaban la inexistencia de armas nucleares en manos de Hussein.
Así como
sucedió después de la primera y segunda guerra mundial, ante la hecatombe y
desarreglo de las relaciones internacionales, los juristas se vieron compelidos
a diseñar nuevas instituciones para recomponer el orden mundial y mejorar la
relación entre los Estados; hoy tenemos que después de la invasión a Irak, a
espaldas del derecho internacional
público vigente; los países miembros de la ONU se vieron instados a
reordenar las instituciones multinacionales para evitar el desorden mundial, en
medio de una guerra internacional protagonizada entre el terror de estado de la
potencia hegemónica y el terrorismo globalizado de grupos coaligados.
Noam
Chomsky dijo que “una de las
consecuencias de la guerra contra el terrorismo es la resurrección de la guerra
fría, con más participantes que nunca en el club nuclear. También se han
ampliado los escenarios factibles de estallar en diferentes partes del globo”.
Ante la unificación del planeta tierra por la globalización de la economía, la
ONU como organismo multinacional compuesto de países grandes y chicos, se desfasó para
proporcionar un gobierno mundial. Los temas prioritarios de atención tocan a
varios países: el terrorismo, el calentamiento atmosférico (efecto
invernadero), el narcotráfico, la pobreza, el hambre, el desempleo y las
migraciones por falta de oportunidades, más los refugiados por el efecto de las
guerras de exterminio y otras causas, y
la ONU se queda corta para solucionarlos. Como lo expuso Emilio Lamo de
Espinoza, “el gran reto del siglo XXI es
generar una arquitectura política nueva que permita la gobernabilidad de la
humanidad finalmente existente como tal, como unidad”. De esta manera nos
encontramos ante un déficit de gobernabilidad mundial hoy desmoronada por las
autocracias y el despojo de tierras en guerras de invasión.
La
guerra de invasión Rusa vs Ucrania es desigual, asincrónica y pletórica de
mentiras, desinformación para cubrir las falencias del uno y del otro. El
armamento ucraniano es infinitamente inferior al de Rusia, y sin armas
nucleares desde el desastre de Chernóbil y la suspensión de las otras centrales
nucleares por los acuerdos de Minsk. Putin dentro de la amenaza nuclear ha
escalado el lenguaje para asustar y mantener inmóvil a la OTAN, buscando
neutralizar las ayudas que podrían entregarle
a Ucrania. La ocupación que Ucrania realizó en el territorio de Kursk,
hizo pensar que podría ser la oportunidad de Zelenski para entrar a solicitar
ayudas inmediatas en la Unión Europea (UE), creyendo se animarían a sostener la
avanzada ucraniana en territorio ruso y así evitar la continuidad del peligro
para la UE, pues de ganar Putín esta guerra quedaría abierta la puerta para más
intervenciones de ocupación; pero el territorio tomado se fue perdiendo otra
vez ante el refuerzo recibido por Rusia o la Federación, de tropas coreanas ,
como ejército de ayuda que a su vez era la demostración de un apoyo de otro
Estado nuclear. La tenencia de estas armas disuade, asusta y doblega a las
mismas tropas que se encuentran en los
frentes de batalla, por la contundencia del fuego demoledor que ello implica,
en casos de contraataque.
Con la
prueba nuclear realizada por Corea en octubre del año 2006 en la jurisdicción
de Punggye-ri, ejecutando una detonación subterránea, complementó las
demostraciones misilisticas que había llevado a cabo en julio 2006, se entendió
la clara intención de notificar abiertamente a los EEUU de la disposición y uso
del armamento nuclear; así quedó abierta una nueva página de la diplomacia
atómica que se debe desplegar para evitar una catástrofe de consecuencias
inconmensurables. Los misiles y las armas de destrucción masiva que no tenía
Irak, si las tiene Corea del Norte. Desde el año 2002, el régimen de
Kim-Jong-Il había expulsado a los inspectores de la OIEA organismo de la ONU, y
desde comienzos del 2003 anunciaron el retiro del Tratado de no Proliferación
Nuclear.
La
península coreana ya fue objeto de una invasión y una guerra prolongada, en los
cálculos de Kim-Jon- Un, deben estar los ataques preventivos copiando la
política exterior norteamericana, y exhibirse armado hasta los dientes para no
ser invadido. Los ánimos están alterados sobre todo en Japón y Corea del sur,
los territorios que podrían sufrir las primeras respuestas, no solo por ser
vecinos sino aliados del enemigo principal y lugar de emplazamiento de las
bases de contraataque.
Trump
ofreció solucionar la guerra en Ucrania en menos de tres días, en plena campaña
electoral para su reelección. Claro que era una añagaza para obtener votos, una
mentira fuera de contexto. El tema si lo ha tratado dialogando con Putín, no
aborda el asunto de Crimea, e inclusive zahiriendo a Zelenski solicitándole que
cedan las tierras a la Federación Rusa tomadas militarmente con mercenarios,
ejecutando voladura de infraestructuras utilizando drones y armas de gran
efecto destructivo, apoyado por los coreanos y usando una guerra sucia de
exterminio en poblados. Rusia insiste en proseguir, aunque ha perdido más de
150.000 soldados en esta guerra de desgaste y contumacia. Desde Kiev no
conciben entregar tierras ni admitir despedazar el país. La paz ahora más que
antes es urgente que se logre para evitar una conflagración mayor que tocaría
gran parte de Europa. Putin no quiere La Paz, Zelenski la volvió a colocar
sobre la mesa citando una reunión en Turquía para demostrar que no hay
voluntad, si Rusia no asiste. Desde Kiev solo acceden a un pedido de Trump,
permitirían como pago por las ayudas norteamericanas que los minerales sean
explotados por los EEUU para “recuperar”
la inversión de dineros durante el mandato de Joe Biden.
“Básicamente, el plan inmediato de Trump es congelar el conflicto entre Rusia y Ucrania y establecer una zona de amortiguación de 800 millas a lo largo de la línea de frente existente - Margus Tsahkna, el ministro de Relaciones Exteriores de Estonia, ya ha ofrecido "botas en el terreno". Se prevén contingentes bálticos, polacos, británicos, holandeses y nórdicos. Tenga en cuenta, sin embargo, que los mantenedores de la paz se convierten fácilmente en pacificadores: es decir, combatientes activos. Con los combates terminados, seguirán las negociaciones. Trump, nos dicen, insiste en que Ucrania tendrá que ceder Crimea a Rusia y, por lo tanto, permitirle el libre acceso a las cálidas aguas del Mediterráneo. Además de ese pedazo de bienes raíces en particular, el acuerdo bien podría obligar a Ucrania a conceder la totalidad o parte del Donbás. Eso o dar a los dos oblasts el estatus de autonomía dentro de Ucrania. Zaporizhzhia y Kherson también podrían ser cedidos, divididos o, concebiblemente, intercambiados a cambio del enclave de Kursk. También se habla de que Trump bloqueará la adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN, otra concesión estratégica a Rusia”. (Conrad, 2024)
Una
prueba irrefutable sobre la decisión de Putin para tomarse a Ucrania e
incorporarla a la Federación Rusa, absorbiéndose todo el territorio en los mal
calculados 3 días iniciales, está en la propuesta que Biden hizo de permitir a
los inspectores de la ONU que visitaran las instalaciones militares que EEUU
tiene en Polonia y Rumania, donde se ha afirmado existe un emplazamiento de
misiles tomahawks, a cambio de que Putin dejara inspeccionar las instalaciones
de Kaliningrado. No respondió e inició la invasión a finales de febrero del año
2022.
El
analista Ilya Matveev, que publica gran
parte de sus trabajos en South Atlantic Quarterly, Journal, afirmó, “A medida que transcurrió 2024, Alemania ha
acordado albergar tres tipos de misiles en su territorio, incluidos los infames
Tomahawks y el nuevo "Águila oscura" supersónico, que tiene un
alcance de 3.000 km, llegando a todas las regiones de Rusia central. Además,
Francia, Italia, Finlandia, los Países Bajos, Dinamarca y Polonia están
desarrollando sus propios misiles de rango medio o comprando misiles
estadounidenses”.
Como consecuencia
de esta invasión Europa se está rearmando al sentir la inferioridad militar de
la OTAN; Suecia y Finlandia ingresaron plenamente a esa organización militar
paneuropea; el despliegue de tropas es inocultable, las reuniones de la UE
sobre seguridad y defensa han crecido, los presupuestos militares en cada país
de la UE se han reforzado, es decir una situación de alarma cunde en medio de
esta zozobra.
Claudia
Cabaleiro, periodista adscrita a INFOBAE expone que, “según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de
la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), Rusia posee 5.977 ojivas nucleares,
la cifra más alta del mundo, aunque unas 1.500 son ojivas retiradas a la espera
de ser desmanteladas. Unas 1.588 están desplegadas, lo que significa que han
sido colocadas en misiles o se encuentran en bases con fuerzas operativas”.
Otra
información nos dice que, Rusia posee 5.580 ojivas nucleares de esta manera
amenaza, disuade y advierte para frenar acciones de la OTAN contra lo que hace
en Ucrania prolongando esta invasión con tácticas de aplastamiento. Estados
Unidos posee su propio arsenal de 5.044 ojivas nucleares y un presupuesto
militar que supera el de sus aliados y rivales. De otro lado, Gran Bretaña
tiene 225 ojivas nucleares y Francia 290 ojivas nucleares, Además, Rusia aliada
de China que dispone de 500 ojivas nucleares; e Israel tiene entre 90 y 400
ojivas nucleares. Así se puede observar claramente la inferioridad de la OTAN
como organismo de defensa múltiple para Europa, es inferior e insuficiente, y
lo más angustioso para ellos es la conducta de Trump aislándose del aliado
atlantista y dejándose llevar por las carantoñas y diplomacia falseada de
Putin. La OTAN sin los EEUU no vale nada, es una simple mascarada, empaque de
fuerza multinacional, pero sin poder atómico para enfrentar las arremetidas de
los adversarios en esta etapa de “guerra
inminente” a gran escala.
Citas:
Conrad Jack. “Algunas notas sobre la guerra de
Ucrania”. Columna de opinión publicada en la revista Sin Permiso (SP) de Cataluña,
España. www.sinpermiso.info, noviembre 29 del año 2024.