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26 dic 2024

Autócratas minando la Democracia y prolongando el neoliberalismo.

Texto de Alberto Ramos Garbiras (*)

La Democracia ha “funcionado” con debilidades durante 235 años, desde el triunfo de la revolución francesa, por los aportes de la ilustración, el contractualismo y el constitucionalismo (teorizado por el Abate Sieyés en su libro El tercer Estado), se superó así a la Monarquía absoluta de los reyes únicos en cada Estado, iniciados desde Carlos V en 1519, y por ende se reemplazó a las monarquías dispersas del Feudalismo y a las formas despóticas del modo de producción esclavista bajo la coyunda del Imperio Romano; más sin embargo Aristóteles en la antigüedad, año 328 A.C., mencionó a la Democracia como una de las formas del Estado para desplegar un gobierno.

Luego la Democracia ha sido utilizada e implementada en estos 235 años, como un sistema político. Tiempo durante el cual ha sido reformada, cambiada, ajustada, remozada y transformada, en cada país a través de reformas constitucionales para que funcione mejor desde su base tripartita, las tres ramas del poder público: el Ejecutivo (con presidente o un primer ministro), el Legislativo (los congresos o los parlamentos), y la rama Judicial (los jueces y las altas cortes de casación y cierre a los litigios Inter partes). Y el Derecho constitucional dándole forma a las democracias con una arquitectura supra legal, derechos humanos, sociales, colectivos, y del medioambiente; orden territorial; organismos de control; Banco de la República, etc.

Pero la Democracia tomada por los partidos políticos para ubicar a sus élites, cúpulas directivas y adláteres en las posiciones importantes del Estado, ha sido manoseada por unos y otros, malformada, distorsionada y apropiada por esos partidos políticos y las facciones partidistas que se apoderan de parcelas o de la totalidad del Estado por períodos presidenciales (usualmente cuatrienios o sexenios), utilizando al pueblo que los delega, reciclando a los electores, adueñándose del Estado por partes o en su conjunto y disponiendo del presupuesto público; en conexión con los empresarios como correa de transmisión para que opera el latrocinio gradual que conforma la cleptocracia.

En los últimos 34 años, dentro de Colombia, comenzó a funcionar el neoliberalismo desembozado a partir del gobierno de César Gaviria, al ritmo del neoliberalismo en otros países que también habían pasado del liberalismo radical decimonónico a otras formas de gobernabilidad, y nosotros al conservadurismo bipartidista de La Regeneración y el republicanismo (1886/ 1930); para movernos luego bajo el alero del imperialismo en la tercera década del siglo XX; después dentro del desarrollo de la globalización  los neoliberales aparecieron con la teoría del Mercado como rector de la economía y la reducción del Estado (golpeando a las socialdemocracia y a los Estados del bienestar). Con el neoliberalismo se privatizaron o mercantilizaron los servicios públicos y los derechos sociales, permitiendo que los particulares de apoderaran del manejo de la energía, el agua, los alcantarillados, la telefonía, la educación, la salud, las pensiones, etc. (la reconversión de todos los derechos sociales dándoles un tinte económico). Así, el empobrecimiento fue mayor para las capas poblacionales subalternas. Y la cogobernabilidad entre clase política y empresarios casi que inescindible.

La PANDEMIA por el Covid-19 (2020/2021), una peste globalizada, desnudó a los neoliberales en todo el planeta tierra, y se vio claro el manejo del Estado con subgobiernos de empresarios neoliberales enquistados en los aparatos estatales actuando como correas de transmisión en cada área (salud, educación, transporte…), para saquear, horadar, robar, la hacienda pública. La pobreza se palpó y vio al descubierto, flotó y reflotó, la pobreza se vio de manera descarnada: Gentes sin ningún ingreso fijo y sin alimentación. Sin renta básica, con alto desempleo y sin subsidios reales, entonces sobrevino el estallido social que, no fue invento de ningún dirigente de izquierda, sino una reacción ciudadana liderada por los jóvenes hijos de padres excluidos, sojuzgados y marginados por décadas de funcionamiento de políticas del neoliberalismo (economía para beneficiar castas empresariales), y por acciones clientelistas como zaga de la corrupción bipartidista.

Las autocracias han minado a las democracias y se están convirtiendo en un sistema político. Los autócratas de derecha brotan de las democracias en descomposición; los autócratas de izquierda brotan del socialismo y del comunismo pervertidos por dirigentes que también burlaron al proletariado, al campesinado, a las etnias racializadas y a la pobrecía en general que les aportó el voto en medio del fragor de discursos populistas sin sustancia teórica. Los autócratas son exmilitantes de partidos políticos tradicionales, o populistas desviados del populismo puro, o son Outsiders osados y aventureros que aprovechan la descomposición de los partidos políticos; en cualquier caso los autócratas se elevan, se aúpan, y llegan al poder concentrando el mando y debilitando los controles de la Democracia; todo ello es posible porque están sustentados y apuntalados por los neoliberales agazapados o reencauchados que siguen manejando los grandes negocios de la Nación, las empresas engarzadas al derecho preexistente que les otorga reconocimiento y movilidad en todos los negocios frente al Estado. Su relacionamiento con el autócrata que asciende al poder, de esta manera cogobiernan como un poder oculto o subgobierno que codirigen. Igual sucede con las relaciones internacionales. Los autócratas tienen lazos y entronques con las multinacionales y el empresariado más pujante de la globalización mercantil.

Sobre el comportamiento del sionismo en Israel, frente a los islamistas, en el fondo subyace la ideología religiosa como cemento a estas conductas desviadas orientadas por un gobierno unipersonal en el mando (con un supuesto andamiaje democrático), pero manejados por intereses variopintos para socavar el presupuesto estatal. Allí está el detalle. Se envalentonan para matar envueltos en un ropaje religioso defendiendo como monoteístas un Dios que para cada uno es el verdadero. Según esa perspectiva, los demás siguen una religión equivocada con profetas falsos.

Anne Applebaum, dice en su libro de reciente circulación que, “Hoy en día, las autocracias no están gobernadas por un único hombre malo, sino por sofisticadas redes que cuentan con estructuras financieras cleptocráticas, un entramado de servicios de seguridad (militares, paramilitares policiales) y expertos tecnológicos que proporcionan vigilancia, propaganda y desinformación. Los miembros de esas redes no solo están conectados entre sí dentro de una determinada autocracia, sino también con las redes de otros países autocráticos y, a veces, incluso de las democracias. Las empresas corruptas controladas por el Estado de una dictadura hacen negocios con las empresas corruptas controladas por el Estado de otra”. (Applebaum,2024).

La Democracia no es perfecta y no se ha podido pulir para su definitivo encarrilamiento. Dejan lados oscuros y tienen flaquezas que aprovechan los cleptócratas y los clanes de saqueadores vestidos de políticos formales. Las autocracias de suyo son imperfectas y surgen de las democracias corroídas. El autócrata ejerce un poder unipersonal porque sin ser dictador desembozado desde que inicia su actividad política para ascender, llegan al poder de manera sinuosa, desmontando piezas institucionales. El poder unipersonal desplegado con el autoritarismo, lo sostiene porque alienta bandas de corruptos alrededor del Estado, facilitando las condiciones para que se apoderen de los grandes negocios: el Neoliberalismo redivivo. Los empresarios distribuyéndose el Mercado (la economía nacional), con la anuencia o autorización del autócrata a quien retroalimentan con los porcentajes de esos negocios.

Un aspecto grave de la situación nacional en Colombia es la articulación de las derechas para socavar un gobierno progresista a punta de golpes blandos, más de 30 actos emanados de funcionarios supérstites de gobiernos anteriores empotrados en la Rama Ejecutiva, en la Rama Judicial y en los organismos de control, todos imantados y atraídos aún por el imaginario uribista, su líder Álvaro Uribe Vélez, se comportó como autócrata durante 8 años (2002- 2010) y reeditó otro gobierno conduciendo a Iván Duque (2018- 2022). Esas derechas actúan desde varios grupos bipartidistas de derecha y ahora están articulados como ultraderecha; es fácil ver los efectos, con la conducta de la Sala de Consulta del Consejo de Estado que facilitó la actuación del Consejo Nacional Electoral, para hacerle un juicio al presidente Gustavo Petro, ambas entidades sobrepasándose las funciones que tienen en la Constitución y las leyes, coadyuvando así entre ambos para el golpe parlamentario. Para revisar como sobrepasan las facultades remito a dos análisis que hice para la Revista Sur, republicados en Google con estos títulos: “Los miembros del Consejo Nacional Electoral, no son magistrados” (23 de septiembre de 2024), y el otro, “Historia sobre la Sala de Consulta del Consejo de Estado” (21 de octubre de 2024), www.sur.org.co

Ante estos esguinces a las normas, dos entidades retorciendo el camino legal sobrepasándose las funciones que tienen en la Constitución y las leyes, para facilitar un golpe parlamentario y defenestrar a un presidente, alterando la Democracia; debería intervenir la OEA aplicando la Carta Democrática Interamericana, tratado internacional expedido por la Asamblea General de la OEA en el año 2001,así este organismo multilateral continental renovó los estatutos fundacionales de 1948 y estableció lineamientos para la defensa de la Democracia. Podría el presidente Petro actuar solo ante la OEA, o convocarla en grupo, acompañado por otros presidentes que respetan la institucionalidad democrática y también son progresistas, como: Lulla de Brasil, Boric de Chile, Claudia Sheinbaum de México, Xiomara Castro de Honduras. Una lectura de conjunto de los artículos 4, 17, 18, y 20 de la Carta Democrática Interamericana, permite apreciar que puede intervenir el Secretario General o el Consejo Permanente y ser debatida la situación irregular que se está presentando.

Artículo 4 / inciso 2. La subordinación constitucional de todas las instituciones del Estado a la autoridad civil legalmente constituida y el respeto al estado de derecho de todas las entidades y sectores de la sociedad son igualmente fundamentales para la democracia.

 Artículo 17/ Cuando el gobierno de un Estado Miembro considere que está en riesgo su proceso político institucional democrático o su legítimo ejercicio del poder, podrá recurrir al Secretario General o al Consejo Permanente a fin de solicitar asistencia para el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática.

 Artículo 18/ Cuando en un Estado Miembro se produzcan situaciones que pudieran afectar el desarrollo del proceso político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder, el Secretario General o el Consejo Permanente podrá, con el consentimiento previo del gobierno afectado, disponer visitas y otras gestiones con la finalidad de hacer un análisis de la situación.

Artículo 20/ En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente. El Consejo Permanente, según la situación, podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática. Si las gestiones diplomáticas resultaren infructuosas o si la urgencia del caso lo aconsejare, el Consejo Permanente convocará de inmediato un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que ésta adopte las decisiones que estime apropiadas, incluyendo gestiones diplomáticas, conforme a la Carta de la Organización, el derecho internacional y las disposiciones de la presente Carta Democrática.

Cita:

Applebaum Anne. “Autocracia S.A. Los dictadores que quieren gobernar el mundo”. Libro publicado por la editorial Debate. ¨Penguin Random House. Grupo editorial S.A.U. Primera edición, noviembre de 2024.

(*) Especialización en derecho constitucional de la Universidad Libre; Magíster en Ciencia Política de la Universidad Javeriana; PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España); estudios de actualización política en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesor de las cátedras: derecho internacional, ciencia política, derechos humanos, derecho constitucional y derecho ambiental, en  la Universidad Libre, Cali .