Texto de Alberto Ramos Garbiras (*)
Juan José Nieto, vivió en una época convulsa
y participó en 5 guerras, dos guerras civiles generales (la de los Supremos
1839/41, y la guerra por las soberanías 1859/ 1861), y tres guerras locales, la
guerra por la separación del Estado de Bolívar (1859), la guerra en Santa Marta
(1860), y la guerra contra Antioquía (1861) porque él columbró que serían
remisos para permanecer dentro d los gobiernos del Olimpo Radical (Jorge Isaac
en 1880 tuvo la misma convicción cuando invadió a Antioquia para impedir el
ascenso de Rafael Núñez a la presidencia). Nieto, descrito por Fals Borda como,
un mulato fornido, de
piel cetrina clara (o trigueña oscura), ojos zarcos verdosos, nariz recta y
amplia, labios finos, cejas arqueadas y cabello negro medio rizado. Un aspecto
que para nada le gustaba a la élite local que mantenía su admiración por el
legado blanco colonial español. Juan José Nieto, hizo su carrera política dentro de las etapas
del centralismo colombiano porque nació 14 años antes de la Batalla de Boyacá,
creció en la etapa de la Gran Colombia, siendo esos 11 años regido
nuestro país por el centralismo consagrado en la Constitución de Cúcuta (1821);
y al fallecer Simón Bolívar (1830), la reforma constitucional de 1832 reafirmó
el centralismo como República Granadina, extendida en la Constitución de
1843 hasta 1858 cuando aparece la fórmula de
Confederación Granadina, un híbrido entre centralismo y
federalismo que conllevó a la guerra por las soberanías (guerra entre
regiones estatales), para dar paso al Federalismo del Olimpo Radical
que, cambiará el nombre al Estado colombiano, bajo el título de los Estados
Unidos de Colombia (1863/ 1886).
Este explica , en parte, la postura de Juan
José Nieto, arrojado y con claridad, al inclinarse por el federalismo como
orden territorial, fue el primero que, se jalonó la separación estatal, desde
Cartagena, de la Confederación Granadina desde finales de 1859, tomando
al federalismo como bandera principal y animando a otros Estados para que
desconocieran al régimen conservador cuasifederalista. Su guerra local en
Bolívar sirvió para que otros se enfilaran por la secesión o separación, entre
ellos el Estado de Magdalena, lo hicieron antes de que T.C. de Mosquera
declarara la guerra al Estado central en mayo de 1860. El Federalismo, se impondría
en la Constitución de Rionegro (1863), Nieto Gil, se convertiría en 1861 en presidente
de la República, un momento decisivo de tránsito hacia el federalismo pleno,
siendo el primero, y hasta hoy, el único presidente de origen negro en la
historia de Colombia.
De esta manera, Juan José Nieto Gil, vivió
sus momentos más críticos al iniciarse la guerra de las soberanías,
1859. Se convirtió en diciembre en el Gobernador del Estado de Bolívar y había
sido o tenido similar cargo en 1851 como gobernante de la provincia de
Cartagena, año memorable porque el Presidente José Hilario López, aprobó la
libertad de los esclavos(represada desde 1821), y Nieto fue el primer
gobernante regional en exaltar esa manumisión, con un pronunciamiento donde
expresó: “Mis hermanos, desde hoy se acabaron los esclavos, y es
por eso que les saludo en este día, el más bello que ha traído la
República… Es el día en que ha desaparecido de entre nosotros el odioso
título de señor y esclavo, y en que ninguno de nuestros hermanos llevará
colgada en su cuello la poderosa, la negra cadena de la servidumbre”.
Juan José Nieto, apoyó al gobernante del
Cauca, T.C. de Mosquera, contra el presidente Ospina Rodríguez y firmó de
primero el Pacto de la Unión, documento preconstitucional que
posteriormente le dio paso a la Constituyente de Rionegro. Esta guerra civil conocida como la guerra
de las soberanías se realizó entre entes administrativos, entre
burocracias regionales, entre entes estatales, como aparatos armados. Se había
pactado que él sería el segundo a bordo de la liga Militar, ante los silencios
de Mosquera por sus refriegas contra el gobierno central, y ya vencido Ospina,
el vacío de poder lo asumió Nieto Gil. “Los Estados todavía fieles a Ospina
fueron sometidos en una campaña militar que demandó ingentes esfuerzos del
gobierno durante un largo período, pero que culminó con éxito entre finales de
1862 y comienzos de 1863. Los hechos acaecidos entre la fecha del pacto
suscrito entre el Cauca y Bolívar y el triunfo de la revolución hicieron
imprescindibles la renovación y la ampliación de las cláusulas originalmente
firmadas”. (Mejía
Arango, 2007)
Se firmó
inicialmente el Pacto de la Unión y luego el Pacto Transitorio. que produciría
la gran reforma Constitucional, la de Rionegro, Nieto había creído que sería
Cartagena, pero le cambiaron el sitio y no asistió por las pujas de poder con
Mosquera. El historiador Eduardo Lemaitre, nos dice que, “ En aquel momento
Juan José Nieto se hallaba en el ápice de su carrera pública. Casado con la
hija de un prócer ; presidente del Estado soberano de Bolívar; general de las
milicias de ese Estado y en vísperas de convertirse General en jefe del cuarto
ejército de la República; dueño(dominador), prácticamente de toda la costa
atlántica dese la Guajira hasta Urabá; y encima de todo, soberano gran
comendador de la Logia Hospitalidad Granadina”. (Lemaitre, 1983).
Nieto, este
hiperactivo personaje costeño ya había sido Diputado a la Cámara de la
Provincia de Cartagena en 1836; más adelante volvió a la Cámara en 1849; luego
gobernó a Cartagena desde 1851 hasta 1864, durante 9 años, desde diferentes
cargos con la interrupción de 1855 durante el gobierno de Manuel María
Mallarino. Nieto había sido elegido Gobernador en 1854 aprovechando la primera
elección popular de estos mandatarios, aprobada en la reforma constitucional de
1853, así repitió. Luego, Jefe Superior nuevamente dentro de la Confederación
Granadina, así se denominaron los gobernadores, luego presidente del Estado de
Bolívar, y separó a este Estado confederado del gobierno central con una guerra
local originada por la inconformidad con las leyes impulsadas por Ospina
Rodríguez, entre ellas la creación de Intendentes de Hacienda para vigilar las
aduanas, y otra donde el gobierno nacional podía intervenir en las elecciones
para Presidente de la República y miembros del Congreso, dos leyes de
intromisión una fiscal y otra electoral que, maniataba a los gobernantes
locales; más la disminución de la libertad de imprenta, el gravamen al consumo
de tabaco, el café y el caucho; todo esto motivó profunda inconformidad contra
la gobierno de la Confederación
Granadina, que en el fondo era un gobierno de hegemonía conservadora con la fachada
renovadora por la creación de Estados pero ligados al Estado de la unión sin
ninguna autonomía, sin soberanía territorial, esto dio pábulo o razones al
Estado de Bolívar para impulsar una rebelión liderada por Nieto desde junio de
1859 hasta diciembre ,derrocando al Gobernador Juan Antonio Calvo; fue Nieto,
el primero en alzarse en armas y el
primero el separarse del gobierno bogotano . Esta actitud de Nieto animó a
otros Estados para iniciar el desvertebramiento, se sumaron Magdalena, Cauca,
Boyacá, Santander y luego Tolima . No fue Mosquera el de la idea de romper la
estructura de este orden territorial del Estado, que tenía un remedo de
confederación, ya que los cambios consistieron en achicar provincias o
agrandarlas. Nieto inició las refriegas
para la secesión interna armada.
Un antecedente importante para resaltar es
este, cuando el presidente José María Obando, fue depuesto en 1854 por el
General Melo, apoyado por los artesanos y el ejército bolivariano supérstite,
un golpe de Estado que el mismo José María Melo, trató de evitar pues le
habían ofrecido a Obando que se revistiera de más poderes, a la manera de un
autogolpe para vencer en el pugilato entre proteccionistas y librecambistas que
estaba afectando a los artesanos por la apertura de las importaciones europeas
impulsadas por la burguesia comercial que se consolidaba, sobre todo con
mercancías inglesas. Cuando se coaligaron los expresidentes (Mosquera, Hilario
López, Ospina…) contra Melo; Juan José Nieto, asume un papel mediador y en el
fondo neutral para cubrir el error de Obando, tratando de evitar que lo
inculparan por no frenar el golpe de Estado que se precipitó. Juan José
Nieto, ya era una figura conocida por su participación en la guerra de los
supremos (1839/41), también como Obandista (una mácula viéndolo en
retrospectiva, pero fue su protegido/valido); esa guerra de los Supremos
insuflada por Obando buscaba el separatismo o fraccionamiento de Colombia en
varios estados, crear confusión para librarse Obando de un proceso penal por la
muerte de Sucre en Berruecos. Nieto Gil, había estado exiliado en Jamaica donde
se preparó más intelectualmente; se desempeñó como Diputado provincial de
Cartagena, y había producido tres novelas que le dieron realce:1) Rosina, o la prisión del castillo de Chágres, 2) Ingermina, o la hija de Calamar y 3) Los moriscos.
Muy poco se ha
tratado académicamente para visualizar a estos dos presidentes actuando en
direcciones parecidas, pero sin previa concertación entrambos. En el fondo
Nieto fue Melista en esa coyuntura de 1854; Nieto era hijo de artesanos y Melo
fue exaltado, animado por los artesanos que no querían ser arruinados por los
liberales Gólgotas/librecambistas. Melo fue apoyado por los liberales
Draconianos .Nieto era el Gobernador de Cartagena y al conocer los sucesos del Golpe
de Estado de Melo, respaldado por los artesanos y los militares, trató de
manejar la situación con mesura y cálculo, mientras se decantaban los
acontecimientos, pero con una simpatía interna que muchos notaron por Melo, al ver que era respaldado por los
militares que el Congreso quería achicar y romperles los beneficios que traían
desde fundada la República, por eso aplacó los ánimos encendidos del Capitán
Pío Ricaurte. Además, debió sentir una enorme contradicción frente a los
hechos: estaban derrocando a su amigo J.M Obando, pero el mismo Obando estaba
perplejo por no haber aceptado le autogolpe. Nadie columbró la reacción
de dos expresidentes reformistas, José Hilario López y Tomás Cipriano de
Mosquera que, terminaron apoyando a Obando, bajo el ropaje de
constitucionalistas, respaldando al vicepresidente Obaldía, escabullido y
“refugiado” en Ibagué. López el reformador que había nombrado a Melo, como jefe
Miliar de Cundinamarca en 1851, y a Nieto como Gobernador de la provincia de
Cartagena, en julio del mismo año, pero era también amigo de Obando pues le
había organizado la campaña a la presidencia; y eran conmilitones desde 1829
cuando exhibieron su antibolivarismo a dos manos para desestabilizar al
Libertador entre 1829 y 1830 insuflados por el General Santander (ya exiliado).
Y Mosquera enemigo acérrimo de Obando, en este momento de 1854 estaba
rechazando su defenestración, quedando en evidencia que estos dos reformadores
de la mitad del siglo XIX, cuando vieron que el ascenso al poder era netamente
popular, se alinearon con las élites criollas que habían manejado el aparato
del Estado desde que se desintegró La Gran Colombia.
Con siete años de diferencia, en la mitad del
siglo XIX Colombia tuvo a dos presidentes de etnias aherrojadas históricamente,
excluidas y menospreciadas por las élites de todos los gobiernos durante 203
años. Un Presiente de origen indígena (Pijao), de Chaparral, José María Melo,
en 1854; y Juan Jose Nieto, mulato de la costa atlántica (Sirbaco/Baranoa), en
1861, su padre era albañil, partero y fabricante de velas. Ambos presidentes
duraron poco tiempo en el poder, Melo un período de 8 meses, y Nieto 6 meses.
Ambos en circunstancias que tienen relación con guerras civiles bipartidistas,
ambos acosados por la cúpula del partido Liberal y sus fracciones, los dos
discriminados y subvalorados. Se llevaban 4 años de diferencia, prácticamente
pertenecieron a la misma generación, no fueron amigos cercanos, pero lograron
realizaciones similares, llegaron a la cúpula del poder central y representaron
con reciedumbre al pueblo ninguneado.
El
Cadáver de Melo sigue en México, donde luchó coadyuvando las revueltas que
inspiró Benito Juárez, ningún presidente ha reclamado debidamente la
repatriación de sus restos, el Presidente Petro está adelantando esa solicitud
ante el Gobierno de López Obrador; del otro lado, el retrato de Nieto nunca fue
colocado en la galería de los presidentes, primero trataron de blanquearlo y
luego lo relegaron hasta el año 2018 que el presidente J.M. Santos, autorizó
exhibir el retrato retocado, quien le siguió la huella al retrato fue el
periodista Gonzalo Guillén, impulso una acción popular y realizó el documental Historia
de un retrato, para explicar la infamia racista contra un Presidente
borrado y ocultado.
Tanto Melo como Nieto, presidentes
de breve duración por las razones descritas, debido a la inclinación
intelectual que mostraron y su afinidad por las ideas modernas en Europa,
contribuyeron al ingreso de corrientes renovadoras que llegaron a sembrar acciones
de cambio para salir de la estructura colonial que aún persistía en la conducta
de los grupos criollos cercanos al poder que apuntalaban la República
Señorial. Melo, como proteccionista aliado de los artesanos, y Nieto como
federalista, reclamando autonomía para las regiones; ya desde el segundo
Gobierno de Santander, después del exilio (1832/36) había propuesto un cambio
del orden territorial en ese sentido. Los dos pertenecieron a la masonería.
Ambos, Melo y Nieto, por diferentes vías de contactos, se acercaron al
socialismo utópico francés y nutrieron sus idearios para la acción política.
Ese mismo socialismo utópico había nutrido al hombre más preclaro, correcto y
justo de la mitad del siglo XIX, Manuel Murillo Toro, dos veces presidente en
el período del Olimpo Radical.
“La
logia masónica es una institución de origen burgués; la burguesía en su
confrontación con el clero feudalista utilizó la clandestinidad de la
organización masónica y sus fondos económicos que recogían como organización
secreta en la conquista de la independencia de América, sirviendo a los
intereses del capitalismo en la apertura de los mercados en las colonias en su
desarrollo y expansión. La masonería fue un fenómeno europeo a la que
pertenecían las castas oligárquicas y los criollos y, que fue utilizada
posteriormente en las guerras internas de la oligarquía por el poder político y
que se inscribe en la defensa de las nuevas fuerzas progresistas de la
burguesía que se opusieron a las órdenes religiosas reaccionarias”. (Acevedo, 2013)
La guerra a la
que Mosquera ingresó la empezó en mayo de 1860, meses después de haberlo hecho
Juan José Nieto, y dependió de Nieto que ya era el líder de toda la costa desde
la Guajira hasta Urabá, porque el Estado de Magdalena lo había secundado. Por
lo tanto, T.C de Mosquera dependía de ese apuntalamiento para proseguir las
batallas en el interior del país. Y Nieto fue presiente de la república en 1861
durante el primer semestre, gobernado desde Cartagena. Juan José Nieto se
autoproclamó y ejerció un gobierno provisorio ante el vacío creado por la
continuidad de la guerra de las soberanías y sus estertores. La caída
del gobierno de Ospina Rodríguez seguía su marcha (andaba escondiéndose) pues 5
Estados confederados se unieron, solo le quedaban cuatro Estados, dos de ellos
con dubitaciones (Antioquia y Panamá); entonces Nieto Gil, aplicó el Pacto
de la Unión firmado en septiembre de 1860, quedó facultado para tomarse el
poder y esperar la reaparición de T.C de Mosquera. Y así lo cumplió. Pero
Mosquera no fue agradecido, ni quedó satisfecho como lo demostró con la
interrupción de las revueltas contra Antioquia, invitando a ese Estado remiso
para que ingresara al Pacto Complementario, por ende, haciendo cesar los
combates. Después regreso a la presidencia de ese Estado ya federal y aspiró a
un período más por elección popular, cuando fue traicionado por sus amigos
cercanos que se volvieron mosqueristas desde Rionegro en 1863.
Tomás Cipriano de
Mosquera, se erigió como el supremo triunfador de la guerra después de las
batallas de Subachoque y Bogotá. Pero seguía siendo visto como un líder sin
muchos compromisos con el liberalismo que, mutaría al radicalismo. Mosquera fue
una figura camaleónica, primero bolivariano desde 1822, luego con dubitaciones
al final de La Gran Colombia (1829/30); posteriormente jugó al bolivarismo
supérstite dentro del gobierno de José Ignacio de Márquez; y al santanderismo
dentro del gobierno de Pedro Alcántara Herrán; como presidente sucesor de este
se comportó como conservador, ante sus ambiciones de poder siendo Gobernador
del Cauca, reta a este partido y se pasa al liberalismo, para más adelante ser
el guerrero transformador del Estado dentro de Olimpo Radical, pero primero
deseó fundar su propio partido el mosquerista, intentando un partido nacional,
mixto, con, liberales y conservadores. En el seno de la Convención de Rionegro,
Mosquera se transformó en un federal -radical, propenderá por la refundación de
La Gran Colombia y se convertirá en anticlerical extremo. Todas sus veleidades
y saltos ideológicos concluirán en su concentración para impulsar el
liberalismo radical que, lo hizo Presidente otras dos veces, completando 4
ascensos a la Presidencia de la República. Este fue el hombre que por celos
frenó el ascenso de la carrera política de Juan José Nieto.
Podría afirmarse que Juan José
Nieto, fue uno de los más activos federalistas desde el segundo gobierno de
Santander, siendo santanderista al asumir un cargo de almacenista en Cartagena
en 1835. No solo le envió una misiva al presidente Santander, sino que lo dejó
ver luego en sus escritos y novelas (escritas en Jamaica), donde cuestionó la
etapa de la Conquista española por los despojos y posteriormente la imposición
del régimen colonial con sus vejaciones. Juan José Nieto fue un republicano/federalista, consciente del antimonarquismo que dejó la
guerra de independencia, cuestionó los privilegios de la iglesia católica. Como
miembro de la masonería y gobernante le correspondió aplicar e implementar las
leyes reformistas de J. Hilario López, un paquete de reformas desde la libertad
a los esclavos, pasando por la sustitución del diezmo (gravamen rígido para
beneficio de la iglesia), que se sustituyó por una renta directa, y la elección
de los curas por los cabildos. El enfrentamiento con el obispo Torres y el
pleito jurídico para cesarlo en funciones levantó voces inconformes de la
población católica.
Bibliografía.
Acevedo
Antonio. Los principales masones de Colombia y qué es la
masonería. Columna publicada en la revista digital Las2Orillas.www.las2orillas.co
/ noviembre del año 2013.
Lemaitre
Eduardo. El General Juan José Nieto y su época. Libro publicado por
Carlos Valencia Editores. Talleres de la impresora grafica LTDA. Primera
edición, Bogotá, 1983.
Mejía
Arango Lázaro. Los Radicales. Historia política del radicalismo del
siglo XIX. Libro publicado por la Universidad Externado de Colombia.
Editorial Kimpres Ltda. Primer edición , Bogotá, año 2007.
(*) Abogado de la Universidad
Santiago de Cali (USC); especialización en derecho constitucional de la
Universidad Libre; Magíster en Ciencia Política de la Universidad Javeriana;
PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España);
ha sido profesor de las cátedras: derecho internacional,
ciencia política, derechos humanos y derecho ambiental, en la Universidad
Libre, Cali.