Texto de Alberto Ramos Garbiras.
Desde febrero del año 2022, la guerra
volvió a estar en la agenda de todos los países de Europa para reflexionar y
enfrentar la situación de la invasión a Ucrania, hasta hicieron el giro hacia
una economía de guerra; para la misma seguridad europea, la UE han fortalecido
el rearme parcialmente; se debate de manera monocorde sobre la
invasión a Gaza, pero no solidariamente, reconocen la intemperancia con
venganza ilimitada de Israel; se realizan reflexiones permanentes; se llevan a
cabo deliberaciones en las universidades, acampadas y participación con
incidencia estudiantil en la política interna de las naciones que, no critican
frontalmente al régimen israelí; algunos deciden dotar de armas a Ucrania pero
con límites en su uso (ayuda condicionada), en el fondo maniatándolos para que
no produzcan ataques en suelo ruso; entran entre los europeístas en
contradicciones, como lo recalca el presidente de Francia, Emmanuel Macrom y el
mismo Jens Stoltenberg, el noruego Secretario General de la OTAN, cuando expresan
que de perder Ucrania esta guerra se deja al descubierto toda la debilidad de
la seguridad europea.
Desde la más remota época histórica el más fuerte ha intimidado,
amenazado y vencido al más débil. Desde el hombre de las cavernas con garrote
hasta la era de los misiles y la bomba atómica. Pero el armamentismo nuclear
llegó demasiado lejos y los tratados de no proliferación fueron burlados. La
disuasión desde el final de la Segunda Guerra Mundial, como amenaza latente
durante estos 75 años ya llegó a disuasión agresiva, es decir se ataca con
armas estratégicas, drones y artillería área, pero el oponente o invadido sabe
que ese Estado tiene armas nucleares y esto lo empieza a doblegar, y los
vecinos del área se abstienen por la misma razón, entonces dejan de ayudarlo.
Lo vemos en estas dos invasiones, a Ucrania y a Gaza. “Es conocida la eficacia histórica de la disuasión
nuclear que Tertrais se encarga de analizar en profundidad. No ha habido guerra
entre grandes potencias desde 1945. Las guerras en las que han participado las
potencias nucleares se han limitado a geografía reducida, que solo desmentirían
un desbordamiento regional de las contiendas de Ucrania y de Gaza. Ninguna
potencia nuclear ha sido invadida ni tampoco objeto de ataques militares de envergadura.
Lo mismo ha sucedido con los países cubiertos por el paraguas nuclear de una
superpotencia”. (Bassets,2024)
La disuasión nuclear fue “efectiva” porque funcionaba esa amenaza
diplomática de fabricar armas nucleares para atemorizar a los otros Estados que
también las fabricaban pero que supuestamente no las usarían porque los
diferendos entre países se resolverían a través del derecho internacional, los
tratados y las formas de resolución de conflictos internacionales, o con
enfrentamientos de baja intensidad llegando a daños colaterales reparables, o
con nuevos pactos y alianzas. Pero estas dos invasiones en Ucrania y Gaza, más
las repercusiones regionales y los movimientos geopolíticos despertados, ya se
ha comprobado que, el derecho internacional no funciona, ni el respeto a los
derechos humanos. Ahora prima la incertidumbre nuclear por las amenazas cada
vez más frecuentes y el escalamiento de los dos conflictos.
Sobre los Estados nucleares expresé
en mi libro titulado “Terrorismo internacional y nuevo orden mundial”, que
estos, en medio de la globalización de la economía y del juego de los bloques
económicos regionales, cuentan con un arsenal pare defender su soberanía: forma
global de defensa autonómica. Los Estados Nucleares no son
muchos, pero definen la geopolítica mundial. Unos vienen haciéndolo desde que
terminó la Segunda Guerra Mundial, otros rebrotaron después de la caída del
muro de Berlín, otros se han reposicionado en medio de la guerra contra el
terrorismo. Los Estados Nucleares, entre otros, son:
EEUU, Rusia, Alemania, Francia, Israel, India, Pakistán, Irán y Corea del
Norte. Estos países se rearman soterradamente y en el fondo todos violan
disposiciones internacionales (…) El temor en la unión europea (U.E) ha sido
que, Irán logré construir un arma atómica a la par de Corea del Norte, a quien
le ven los mimos propósitos. Pakistán y la India también cuentan con programas
de energía nuclear. Previendo el desenvolvimiento de una crisis internacional
algunos se inclinaron por un pronunciamiento drástico del Consejo de Seguridad
de la ONU. La U.E invoca el cumplimiento del acuerdo de salvaguardas o
controles que contempla el Tratado de no Proliferación Nuclear, TNP. (Ramos, 2010)
“Hay mucha
mitología nuclear relacionada con el desarrollo y despliegue del armamento nuclear. El
difunto Bernard Brodie, el primer teórico nuclear, argumentó a finales de la
década de 1940 que las armas nucleares habían creado un equilibrio estable de
terror, lo que queda desmentido por la violencia de la posguerra. Teóricos
nucleares como Herman Kahn y Albert Wohlstetter argumentaron en la década de
1950 que el equilibrio era "precario" y que era esencial medir el
daño relevante que sufriría un bando u otro en un intercambio
nuclear. Henry Kissinger, de Harvard, tenía la teoría más obtusa de
todas, al creer que los usos "limitados" del armamento nuclear no se
irían de las manos. Estas teorías se utilizaron para justificar el
creciente desarrollo de armas nucleares que ha creado la situación de
"overkill" en los arsenales de Estados Unidos y Rusia. La
nueva doctrina y práctica nuclear de China producirá una capacidad adicional de
"overkill". Estados Unidos ha impulsado la carrera nuclear desde el
principio. El uso de bombas atómicas en Japón en 1945 fue un arma de
terror; la administración Truman creía que la muerte de civiles inocentes
presionaría a los líderes japoneses para que se rindieran. La
tecnología estadounidense también impulsó la carrera armamentística de la
Guerra Fría, en particular el desarrollo de los vehículos de reentrada múltiple
independiente (MIRV) que podrían haberse detenido en la década de 1970 si el
principal negociador de Washington, Henry Kissinger, hubiera estado dispuesto a
escuchar a la comunidad de control de armamentos”. (Goodman, 2024)
“Saber si nos estamos adentrando en una nueva
era nuclear y atisbar cuáles son sus características es la más acuciante de las
preguntas que plantea la existencia todavía de 10.000 armas nucleares,
mayoritariamente en manos de Estados Unidos y de la Federación Rusa, la próxima
incorporación de China al grupo de países en posesión de grandes arsenales, el
desarme en retroceso, la fragilidad de la política de no proliferación y, sobre
todo, la incorporación al universo de la guerra del ciberespacio, la
Inteligencia Artificial y la computación cuántica”. (Bassets,2024)
Como lo expuse narrando la impotencia
de la Corte Penal Internacional CPI para juzgar a los autócratas que acuden a
la guerra de exterminio, para expulsar a los otros de sus poblados con
“limpiezas étnicas”, o anexar territorios para el Estado que
agrede, lo hacen prevalidos de la superioridad militar que da la
disposición de armas nucleares, la capacidad atómica/nuclear de estas potencias
que respaldan esas acciones al borde del desatamiento de una tercera
guerra mundial, con componente nuclear, marchando sobre el desorden
mundial porque ya se fracturó el orden mundial surgido después de la segunda
guerra mundial. Hoy la relación de los países que integran la ONU se quedó sin
derecho internacional y sin penalización. Estas dos guerras (en Ucrania y en
Gaza), de exterminio y aplastamiento que dejaron inútiles los valores en los
que se sostenía la ONU (mantener la Paz, obtener la seguridad, hacer respetar
la soberanía de los Estados, evitar las intervenciones abusivas…), devolviendo
al planeta tierra al estado de barbarie, a la edad media a
la altura de 1648 cuando aparecía el primigenio derecho internacional. Estas
dos guerras de exterminio observadas por todos en parabólicas, cadenas de tv,
redes sociales y demás medios de comunicación; admitidas por varios Estados
cómplices, neutros o indiferentes y rechazadas por otros que no pueden
impedirlas, estas dos guerras nos colocan ante una realidad irrefutable: la
mayor fuente del poder son los arsenales nucleares. De esa detentación y
ostentación surgen las definiciones geopolíticas y los bloques territoriales
que se organizan para definir las condiciones de existencia de los otros
Estados.
Vladimir Putin
desde la intervención militar en Chechenia, luego en Georgia, en Siria, Nagorno
Karabaj, y Crimea, dejó ver la templanza y cambio de actitudes que
definitivamente desembozó con la invasión a Ucrania, exhibiendo concentración
del poder, autoritarismo y persecución a opositores como Anna
Politkóvskaya, Boris Nemtsov o Alexéi Navalni. Su permanencia
en el poder durante 24 años con proyección a 30 porque está empezando otro
período, ha degradado la Democracia Rusa que él mismo exhibía en el año 2006,
hoy con claros tintes autocráticos. Su meta es reconstruir el imperio, no dejar
soltar más regiones como se vio en la etapa postsoviética, contener a la OTAN
en los linderos que ya alcanzó, así ejerce el poder dentro de una autocracia
que desea recuperar un imperio, al menos en el marco de la Federación
Rusa. Hubo mucha desconfianza con estas elecciones del año 2024
donde resultó reelegido Putin, pero los opositores no pudieron frenar los
desafueros. El gobernante que las preside si quiere conservar la apariencia de
funcionalidad del sistema electoral, las deja realizar, pero las restricciones
y cortapisas se notan. Putin, mantiene preocupada a la Unión Europea y continúa
doblegando a Ucrania, convencido que debe prolongar esa guerra para quedarse con
los territorios donde ha tomado ventaja.
Benjamin Netanyahu, de político
derechista pasó ante las tres reelecciones como primer ministro, a convertirse
en un autócrata y a deformar la Democracia israelí. Varios gobernantes llegan
dentro de la Democracia al poder a través de elecciones, se van instalando y
prolongando sus tiempos, desmontan piezas y controles de la Democracia y mutan
hacia el autoritarismo que lleva a la autocracia. Su último periodo al frente
del gobierno empezó en diciembre de 2022, ya lo había ocupado de 1996 a 1999 y
de 2009 a 2021; ha sido miembro de la Knesset (Parlamento) y presidente del
partido Likud (partido de ultraderecha fundado por Menájem Beguín). Los
autócratas recortan libertades, persiguen a los defensores de los derechos
humanos, acorralan las ONG, persiguen la prensa independiente, a los líderes de
la oposición y acuden la desaparición de oponentes; cooptan a los empresarios
que adquieren medios de comunicación para desinformar, etc., en estas
circunstancias cuando enfrentan un reto mayor y están aupados en una ideología
supremacista, inclinándose por el vaciamiento de un territorio, ya rayan en las
operaciones militares a gran escala, y pasan a la guerra de
exterminio, al genocidio.
Quienes dirigen
estas dos guerras tienen diferente origen ideológico, Vladimir Putin, desde la
izquierda, luego se ha transmutado a nacionalista extremo con ingredientes
populistas autoritarios llegando a la Autocracia; Netanyahu, desde la derecha
hasta la ultraderecha, supremacista, llegando al culmen del sionismo formando
una Autocracia. Ambos han dado demostraciones de estar dispuestos a usar las
armas nucleares, con expresiones directas. Putin amenazando a Francia
recientemente por haber animado Macrom él envió de tropas de la OTAN a Ucrania;
Netanyahu contra el Líbano, Yemen e Irán, porque apoyan a Gaza, sobre todo
después del ataque contra su sede diplomática de Irán en Siria, que conllevó la
respuesta intensa de fuego iraní contra bases militares de Israel. Y dentro de
las tácticas de disuasión, Rusia envío 4 buques militares a Cuba por la bahía
de la Habana: Un buque cisterna petrolero Pashin, el remolcador Nikolai Chira,
la fragata Almirante Gorskov, y el submarino nuclear Kazán, portador de misiles
kaliv. Estas naves pertenecen a la flota del Norte, amenazan veladamente con su
presencia cerca a los EEUU para hacer una demostración de fuerza con maniobras
internacionales en el Caribe, una provocación para proyectar poder militar en
Occidente, confidencialmente durante los días de permanencia del canciller
cubano, Bruno Rodríguez, en Moscú. Se trata de una acción simétrica ubicando
naves a 160 kilómetros de la Florida, como respuesta a los despliegues
militares de EEUU en países de la OTAN. Y con ello retrotraen la mirada hacia
lo que significó la crisis de los misiles del año 1962, que conllevó al
forcejeo de Nikita Jrushchov con Jhon F, Kennedy.
Bibliografía
Bassets
LLuis. “La nueva era de la
disuasión nuclear”, columna de prensa publicada en la revista Política
Exterior. www.politicaexterior.com / abril del año 2024.
Goodman Melvin. “La incertidumbre
nuclear ha sustituido a la disuasión nuclear”. Columna periodística
publicada en la Revista española, SP Sin Permiso. www.sinpermiso.info // Barcelona (España),
mayo 12 del año 2024.
Ramos Garbiras
Alberto. “Terrorismo Internacional y nuevo orden mundial”. Libro publicado por la
Universidad Libre. Grupo de investigación República. Diseño y diagramación,
Artes Gráficas del Valle Ltda. Cali, primera edición, año 2010.