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14 oct 2023

La PAZ mundial en vilo

Texto de Alberto Ramos Garbiras. (*)

Con el desenlace de la confrontación entre Israel y Palestina, la PAZ mundial quedó más amenazada, en vilo, porque se refuerza el problema que desde febrero del año 2022 venía sorteando el derecho internacional y los mandatarios de las grandes potencias después de enfrentar la pandemia que, dejó al desnudo todas las miserias y necesidades del mundo.  Como lo expresé en una columna reciente, el pasado 1 de abril, las acciones relámpago del ejército israelí son de aplastamiento para castigar a los palestinos que cometen algún acto terrorista, atacan, bombardean las viviendas que ellos georeferencian como moradas de los terroristas y las demuelen de forma implacable. De otro lado, en Ucrania, se desarrolla una una guerra binacional, convertida en guerra de invasión y pasó al aplastamiento, como lo hemos podido ver en las imágenes de los noticieros durante los último 17 meses, con edificios y viviendas derruidas, con ciudades desoladas.

Fuerza es el concepto constitucional que significa manejo y monopolio de las fuerzas armadas que el Estado dispone para asegurar el orden en una sociedad, y hacia afuera busca hacer valer el respeto territorial. Violencia es el concepto sociológico y politológico que significa uso de las armas por las personas y los grupos que, afectan el funcionamiento de la sociedad. Es necesario resaltar los binomios derecho y fuerza / derecho y violencia. La primera relación se lleva a cabo para conseguir con la fuerza hacer cumplir el derecho; y la segunda relación, con el derecho evitar o suprimir la violencia. Con los matices que existen entre una y otra, el derecho en ambos casos trata de ser funcional y en ambos fracasa cuando los intereses desbordan las normas del derecho. El exagerado ejercicio de la fuerza desespera a los gobernados, el Estado pasa a los excesos o al terror estatal. Cuando la violencia se extiende porque algunos miembros de la sociedad que deambulan en la extralegalidad, la anomia o en las rentas criminales, desconocen la autoridad porque estas entraron en el descrédito, la violencia desconoce el derecho, esto dentro de las relaciones societales o personales. En el plano internacional se trata de aplicar el derecho entre las naciones, que trata de regular la convivencia y hacer respetar las soberanías estatales; pero el derecho internacional no es respetado sino existe una autoridad supraestatal/ multilateral que controle el orden mundial para hacer cumplir el derecho que se puede volver írrito/inservible si las ambiciones geopolíticas de expansión no se controlan con una justicia internacional consensuada por todos.

Sigmund Freud, explicó que la violencia ejercida por los hombres primitivos, las hordas y los clanes era la reacción instintiva de respuesta a las agresiones o ataques de sustracción (robo) de los utensilios primarios y alimentos; siempre el más fuerte se impuso, y en el mundo animal, lo mismo. El descubrimiento y fabricación de armas en las diferentes etapas históricas (la antigüedad romana, persa, egipcia…, o dentro de los reinos medievales dispersos, y dentro del absolutismo monárquico), nos permite deducir que la tenencia y disposición de las mejores armas definen el poder territorial y el dominio sobre la comunidad. Dentro de la  modernidad mucho más por el uso de las armas modernas (entre ellas los drones y misiles estratégicos y las armas nucleares), se exhiben y despliegan para disuadir (amenazar), todos argumentan en el marco de la defensa de las soberanías estatales y formas de gobierno que buscan la defensa de su territorio, entonces se apoyan en las armas más contundentes, por lo tanto la fuerza excesiva y las guerras realizadas (sin descontar las iniciadas), han definido las cambios que ha tenido el derecho internacional, y las imposiciones, cambio de límites, reformulación de áreas geográficas, etc.; convirtiéndose la guerra en  la mayor fuente del derecho internacional.

Cuando el derecho internacional fracasa, y en algunas regiones o entre Estados la tradición acumulada en años registra múltiples confrontaciones, mientras el nacionalismo crece, ocurre que sin un aparato de justicia que infunda respeto, se desencadenan venganzas; así, ese intercambio de venganzas o cadena de retaliaciones, con el paso del tiempo si ninguno cede, mientras la acumulación y el perfeccionamiento de más armas acrece, la actividad del más fuerte llega a la invasión, la guerra se recrudece conduciendo al exterminio o aplastamiento.

Lamentablemente el Estado débil sigue siendo débil sino se dota de armas. En el plano individual lo mismo sucede entre las personas que ejecutan las violencias interpersonales o de grupos, en la clandestinidad y en las presiones diarias. Lo mismo ocurre con los Estados. Un Estado es indefenso ante otro Estado que si disponga de una Fuerza Pública grande con todos los componentes (naval, aéreo, armado de artillería, y toda clase de dispositivos letales). Desde la época de la barbarie primitiva, llegando a las múltiples guerras en el medioevo, luego alcanzándose un derecho mundial extendido desde el Tratado de Westfalia (1648); se pasó a los menores enfrentamientos entre los Estados republicanos (pero no exentos de guerras civiles), luego las revoluciones (la rusa, la mexicana…) de principios del siglo XX, llegando a la conflagración de la primera guerra mundial (1914/1918), con los Estados-Nación reglados por un orden mundial desde el Tratado de Versalles formando la Liga de las Naciones (1919), hasta los conflictos de la interguerras, y el desatamiento de la segunda guerra mundial, que generó la necesidad de un nuevo orden mundial, creándose la ONU en 1945. Desde esa fecha se han dado varias formas de asociación estatal, hasta perfilarse la Federación de Estados para socorrerse con países de ayuda y cooperación ante las agresiones: La OTAN, el Pacto de Varsovia, el TIAR, y otros.

Así, los Estados fuertes como potencias mundiales, se suponía, podrían ser sofrenados por la agrupación de Estados con pactos militares, para evitar el desconocimiento de los derechos de los Estados débiles. Pero cuando la gran Federación mundial o si se quiere, Confederación, la ONU, no tiene los instrumentos idóneos para con la fuerza evitar los desmanes y violaciones al derecho internacional, no pueden hacer valer las soberanías, entonces el derecho internacional se evidencia que no funciona; de esta manera la fuerza  Estatal irracional se desborda y el desorden mundial sobreviene, quebrándose el derecho de los más débiles (los desarmados) porque otros acumulan no solo la fuerza Estatal (toda clase de armas), sino que están en capacidad de desplegar el componente nuclear y hasta realizar una coalición de Estados nucleares. En eso estamos hoy. Claramente la paz mundial está en vilo y pende de un hilo o un botón nuclear.

Guerra entre Palestina e Israel.

El terrorismo también puede mirarse como una forma radical de hacer política extralegal porque al igual que las guerrillas no actúan dentro de los canales legales de participación, pero participan a la brava en el devenir político del país al que pertenecen, inclusive obligando a los mandatarios de turno a redireccionar ciertas políticas públicas para corregir. Con el curso de los hechos y el cambio de las circunstancias, ese mismo grupo terrorista que alteró “el orden” establecido, puede llegar a convertirse en partido político y luego en Gobierno, o parte de él, en cogobierno. Pará ilustrar miremos estos casos: la OLP y el Hamas en Palestina, luego fueron gobierno en las franjas ocupadas; el M-19 en Colombia, después de la desmovilización se convirtieron en Movimiento Político, y posteriormente, miembros a la manera de cogobierno nacional y elegidos en poderes locales (alcaldías o gobernaciones); la guerrilla del Farabundo Martí en El Salvador siguió el mismo curso. De otro lado, con la aplicación del terror estatal, también ocurre algo similar. Un gobernante ordena usar las armas del Estado desbordando su aplicación común, con el objeto de evitar que el contrincante armado y subversivo lo destrone o desestabilice; el uso del terror estatal en ese momento lo presenta el gobernante como parte de la política de seguridad nacional y en beneficio del orden público, así sea el gobernante un corrupto disfrazado de demócrata como el caso Fujimori en el Perú; un civil elegido pero apoyado en militares que lo convierten en un fantoche, como Bondaberry en Uruguay;  o un déspota-dictador, que trate de legitimarse con un plebiscito, como Pinochet (Chile), etc.

El terrorismo lo empezó a utilizar el grupo Al Fatah en Palestina para defenderse porque las milicias eran bombardeadas en sus campamentos, y luego ese terrorismo lo reeditó el grupo Hamas, más adelante convertido en partido político, también, pero con más radicalidad en su lucha buscando rescatar el territorio perdido. Este practica destructora del más “débil” por el más fuerte, y viceversa, marca la conducta de terroristas de izquierda y del terror estatal de las derechas.

 El Terror de Estado o terror estatal surge por la toma de decisiones de gobernantes que no agotan la vía diplomática, no acuden a los tribunales internacionales, o por el desespero de algunos gobernantes ambiciosos para mantenerse en el poder más tiempo. Los gobiernos teniendo armas y disponiendo de ellas por el monopolio congénito-constitucional, pero cuando el uso de la fuerza legal no les basta, porque se han debilitado o perdido legitimidad y calculan que los grupos insurgentes o terroristas con respaldo popular los pueden desbordar, derrocar y derrotar, ya no ven suficiente la fuerza pública común, deciden acudir al terror estatal. El Partido Likud utilizó el Terror de Estado durante toda la dirección gubernamental de Ariel Sharon, quien antes de su letal enfermedad fundó el Partido Kadima para competir electoralmente con política militar extrema. De manera similar sucede con el fenómeno del terrorismo global, los grupos terroristas dispersos de alían para enfrentar en el planeta tierra a los países o Estados coaligados con ejércitos institucionales propios y con intereses geoestratégicos. La otra faceta, la contracarátula es el uso de las armas nucleares, rompe todas las reglas porque sobrepasa la preponderancia de la concentración de las armas convencionales y dejan entrever el pandemónium.

 Ahora miremos esta explicación de otra manera. Hamas ya es un partido político palestino en el poder, gobernando la franja de Gaza, pero también es un grupo armado que antes de llegar al poder practicó el  terrorismo, así mismo lo hizo Al Fatah (por su embrión la OLP) con el liderazgo de Yasser Arafat; Hamas preside hoy una nación ubicada en una franja sin territorio autónomo que, busca el reconocimiento como Estado; se enfrenta a Israel que acude al Terror de Estado mal denominado terrorismo de Estado para acallar y aplastar las reclamaciones de los palestinos; desde Israel toman decisiones apoyados en los partidos políticos Kadima y el Laborista, apoyados por los partidos Likud y Kach, utilizan la fuerza aérea, la marina y todo el aparato militar con el pretexto también de conservar el territorio, se agrega a la conflictiva situación el ingrediente electoral para el posicionamiento de los líderes de los partidos en acción. Al proceso electoral le suman la intransigencia militar como asunto Estatal. Campaña electoral para conservar el poder o ascender en él. Con pujas o competencias como esta. La ministra de Relaciones exteriores Tzipi Livni, del Partido Kadima, aspiró al cargo de primer ministro de cara a las elecciones de febrero 2009 y compitió con dos figuras políticas fuertes Netanyahu y Saúl Mofaz: la Señora Livni no sólo aspiraba a ganar sino a recomponer la imagen de su partido político afectada por los actos de corrupción bajo el Ministerio de Ehud Olmer.

Desde el año 2007 Hamas como partido político ganó las elecciones en la franja de Gaza. Esta organización en el poder tiene varias milicias que hacen parte del brazo armado; milicias como Ezzedine Al Qassam que, actúan por fuera de la fuerza militar institucional del partido en el poder. La “lógica” es enfrentar a Israel como Estado agresor con acciones subrepticias; Israel con sus fuerzas armadas ataca también como si fueran “terroristas”, con el terror estatal(Ramos Garbiras, 2010).

 La cacería despiadada contra terroristas palestinos de Gaza mostró al mundo en el año 2011, la política de terror estatal de Israel, bombardeos implacables ataques aéreos de aplastamiento en el barrio Zeitum y la zona de Nusseirat, en respuesta a los ataques a dos buses en la jurisdicción de Eilat, en el sur de Israel, límites con Egipto. La conducta estatal israelí sin freno de la ONU, sin respeto a las reglas de la guerra ni de los tratados sobre el derecho internacional humanitario, se enfrenta a la conducta de milicianos terroristas enfrascados en una guerra irregular. El conflicto entre ambas naciones, una disputa por el territorio ha pasado por varias etapas de mediación y acercamiento diplomático, fracasan las conversaciones y aparecen los ataques con terror estatal desde Israel y con terrorismo desde Palestina. Benjamín Netanyahu, como primer ministro, es un continuador de la intransigencia y el estilo despiadado de Ariel Sharon. Las respuestas aéreas del 2011 fueron la continuación de la Operación Plomo Fundido de enero 2009 que se llevó a cabo para desarticular túneles, dañar puertos y afectar los cuarteles de Hamás. Y reaparecieron en este año 2023 con los ataques en Jenin y otras localidades.

 La reclamación palestina ha ocupado saltuariamente las páginas de los periódicos durante más de 70 años, después de los enfrentamientos de a pie como guerrillas, los palestinos al ver bombardeados sus campamentos y derrotados sus milicianos, crearon el terrorismo para poder enfrentar una lucha asimétrica, nació la OLP, después Al Fatah; posteriormente los enfrentamientos se produjeron en el contexto de una convulsión mundial por las revueltas árabes (2011), la guerra civil en Libia y la intervención de la OTAN creando la zona de exclusión; más la confrontación violenta en Siria.

Estos son los antecedentes más recientes a los hechos de este 7 de octubre 2023 con los ataques a la ciudad de Ashqelon, la acción terrorista de Hamas y la respuesta brutal de Israel contra la población civil en Gaza. Ambas partes violan el Derecho Internacional Humanitario (DIH), o sea, las reglas de la guerra son desconocidas. Este diferendo palestino-israelí en el fondo por las tierras que se reclaman ha generado 75 años de disputas, enfrentamientos, etapas de intifadas, guerras y vulneraciones. La guerra trae enfrentamientos armados esto es incontrovertible, pero el derecho internacional y el DIH han intentado colocar unas reglas (los 4 Convenios de Ginebra) porque lo mínimo es no involucrar a los civiles que no son combatientes, por ende, están desarmados, lo mismo las estructuras civiles, las viviendas, los puentes, las obras arquitectónicas etc. Allí es donde debe intervenir la ONU, pero con contundencia y no lo puede hacer porque las decisiones están bloqueadas, así el planeta tierra se encuentra sin gobernabilidad, volvimos al estado de salvajismo.

Desde un comienzo 1948 hasta 1950 debió haberse aceptado la tesis del Estado único palestino compartido con todas las religiones y subdividido el territorio para la convivencia. Luego, al menos la comunidad internacional (la ONU) que durante muchos años “propendió sin éxito” por la protocolización, en la formación y reconocimiento de los dos Estados, fracasó con esa tesis que todos llegaron a aceptar; implicaba ello el respeto de la soberanía, no invadir las tierras de Gaza y Cisjordania porque los habían achicado territorialmente, y que la ONU se levantara o apareciera definitivamente como autoridad mundial. Luego la situación se visualizó en tres Estados; uno prepotente y hegemónico, Israel, y los otros dos aislados, dos palestinas (Cisjordania y Gaza), Desde Tel Aviv alentaron la división y la radicalización de Hamas para que se desgastaran y debilitaran. Hoy seguimos sin la autoridad supraestatal internacional de la ONU. Esa es la raíz del desorden mundial. Con los hechos del 7 de octubre 2023 se abrió la puerta del infierno.

Cuando Irán entre en la guerra contra Israel, o al revés, quedarán dos focos de guerras binacionales/internacionales, entonces el paso siguiente sería la guerra mundial desde uno de esos dos focos (Ucrania es el otro), pero se delinearán las alianzas nucleares (ya Putin y Kim Jong Un, lo hicieron), se unirán Irán, Líbano y China.  EEUU se pronunció abiertamente por Israel, cuando había sido mejor jugar el papel mediador ante la ONU y los demás bloques de poder para resolver este diferendo sangriento. Del temor pasaremos al terror.

La invasión a Ucrania.

Al día siguiente de la invasión a Ucrania, el Consejo de Seguridad de la ONU examinó la situación para evaluar la amenaza a la Paz y determinó que Rusia debía retirarse, pero la votación fue truncada por el voto/veto. El voto aprobatorio de una decisión sobre asuntos de procedimiento es de 9 en el seno del Consejo de Seguridad, pero para asuntos sustanciales de fondo opera el veto, o sea que uno de los 5 miembros permanentes puede bloquear la aprobación, así se desprende del artículo 27 de la Carta fundacional. El Consejo de Seguridad tenía 11 miembros hasta 1965 y se modificó a 15 miembros a través de la Resolución de la Asamblea General del año 1991, modificando el artículo 23 de la Carta de San Francisco, pero de nada ha servido ese cambio. Todos los Estados miembros siguen aceptando las decisiones del Consejo de Seguridad, como lo estipula el artículo 25. La ONU ha alentado sanciones económicas contra Rusia, pero no ha podido aprobar la intervención militar multilateral por el veto de la misma Rusia y la “neutralidad” de China, pero no entendemos la falta de impulso para ordenar operaciones de paz con el fin de ir sofrenando las acciones bélicas.      

Como lo expresé en otra columna de este semanario, una reforma esencial de la ONU sería que la Asamblea General ante crímenes de agresión como lo es una invasión, asuma las decisiones de fondo con votación de mayoría simple entre todos sus miembros, esa es la multilateralidad que el orden mundial necesita para evitar esta crisis que se extendió al mundo entero por los efectos económicos que contiene. Con la actual carta del ONU, la Asamblea General, frente a unas violaciones flagrantes, actúa por convocatoria extraordinaria y puede aprobar operaciones de paz, pero estas decisiones no son vinculantes (obligatorias). La prueba de esta inutilidad se encuentra en este resultado negativo que decepcionó a todos los observadores:

El 1 de marzo de 2022, ante la inutilidad del Consejo de Seguridad por el veto, la Asamblea General, convocada por el mismo Consejo de Seguridad que no pudo, para que aprobaran una Resolución condenando la invasión de Rusia al violar el Artículo 2 de la Carta Fundacional, y se ordenó que Rusia cesara el uso de la fuerza contra Ucrania para que procedieran a retirar sus tropas y ejércitos del territorio de Ucrania dentro de sus fronteras y respetara su soberanía (una doble mascarada). No solo prosiguieron la invasión y los ataques violatorios del DIH, sino que Rusia envío un ejército de mercenarios (los Wagner) para reforzar las acciones bélicas. Veamos el complemento de la inocuidad o de lo inoficioso. Un miembro de la ONU que viole la Carta de San Francisco, y altere la paz mundial puede ser expulsado por la Asamblea General, sí, según el artículo 6. Pero solo con la aprobación complementaria del Consejo de Seguridad.

Los intentos diplomáticos para desactivar la guerra se estancaron por la falta de voluntad de Rusia o la no aceptación a las condiciones de la contraparte. La escalada militar ha originado más agresiones y más daños directos y colaterales. Existen varias propuestas de paz sin avanzar, por lo tanto, podemos visualizar algunos escenarios de solución o finalización de la guerra en Ucrania. 1). El triunfo militar de Rusia, 2). El triunfo militar de Ucrania, 3). El empate militar y negativo que lleve a una retirada de Rusia y a una cesión parcial de territorios de Ucrania, resultando, dos Ucranias, 4) la solución diplomática internacional con la aplicación de un proceso de paz combinando varias propuestas tomadas del Plan Chino, el Plan de Zelenski, el Plan de México, el plan del Vaticano (la Iglesia/el Papa), el Plan de la ONU, etc. .5) la guerra mundial, 6) la guerra nuclear.

Bibliografía:

Freud Sigmund. “Por qué la guerra. Sigmund Freud escribe a Albert Einstein”. www.es.unesco.org, 1932.

Ramos Garbiras Alberto. “Terrorismo Internacional y nuevo orden mundial”. Capítulo sobre Partidos políticos y terrorismo. Investigación publicada por la Universidad Libre. Grupo de investigación República. Diseño y diagramación, Artes Gráficas del Valle Ltda. Cali, primera edición, año 2010.

(*) Abogado egresado de la Universidad Santiago de Cali (USC); con especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; Ph.D en Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España. Profesor de las cátedras: derecho internacional, y derecho ambiental, Universidad Libre (Seccional Cali).