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25 jun 2023

Desintegración de la Gran Colombia

Texto de  Alberto Ramos Garbiras.

La Gran Colombia fue el nombre dado con posterioridad como República, a los territorios del viejo virreinato de la Nueva Granada que, se había conformado por la Corona española desde 1717 (Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá), para separarlo del Virreinato del Perú que había surgido en 1542, dos formas de ordenamiento territorial dadas por la Monarquía española para dominarnos, después de consolidada la Conquista en Suramérica; el primero y el segundo ya avanzada la Colonia con las instituciones que la integraron. Después de 50 años de expoliación, sometimiento y exterminio durante La Conquista, y 260 años de imposición colonial. La guerra de independencia se llevó a cabo en tres fases dentro del centro de la Nueva Granada: 1) desde 1810 hasta 1816, 2) desde 1816 hasta 1819 y 3) Para el proyecto de Simón Bolívar, por fuera de ese centro territorial, desde 1819 hasta 1824 (liberando a Ecuador y al Perú).

Simón Bolívar, después de la Batalla de Boyacá fue ratificado como presidente del naciente Estado en el Congreso de Angostura celebrado en diciembre de 1819, Estado en perspectiva de formación porque faltaba la liberación de Venezuela (batalla de Carabobo, 1821) y de Ecuador (batalla de Pichincha, 1822). Ya desde febrero del mismo año, en ese poblado de Angostura, se le había conferido título similar sin haber logrado el triunfo clave para independizar las tierras del Virreinato. Obtenida la victoria y antes de viajar hacia el sur, Bolívar designa como Vicepresidente a F.P. Santander, y como Jefe Militar de Venezuela a J.A. Páez.

Estuvo el Libertador Bolívar 5 años como presidente del Perú y fundó a Bolivia en 1826, en la región peruana del Alto Huallaga. Al regresar, transcurridos esos 5 años, Bolívar observó un doble distanciamiento y la falta de conciliación de los intereses personales, las ambiciones o ansias de escalamiento, de ascenso, de dos amigos (Francisco de Paula Santander y José Antonio Páez), aliados en la guerra de independencia; y desde 1827 se enfrió la amistad con el General Santander, estas rupturas se pueden tener como la raíz de la desintegración de un proyecto político-social- militar que, habían construido entre los tres, claro, apoyados por patriotas, criollos luchadores, líderes locales y las multitudes que los apoyaron: Pardos, mestizos, mulatos, campesinos, cuarterones, esclavos, indígenas, etc.

Desintegración o disolución ocasionada por el pugilato entre estos dos jefes político-militares que, no comprendieron la importancia de permanecer integrados. Bolívar al regresar en noviembre de 1826 traía la propuesta de sumarle a La Gran Colombia, los territorios del Perú y  Bolivia, todo se haría aplicando la misma Constitución que él había redactado para Bolivia, ya aprobada para el Perú; se trataba de reformar la Constitución de Cúcuta de 1821, para ello promovió la Convención de Ocaña, adelantándose el proceso constituyente de 1828, pero los disensos afloraron, las metas de los otros dos se afianzaron, y la oposición se endureció.

El Libertador concebía la construcción de un gran Estado a la manera de una Federación Andina, cada territorio tendría un Vicepresidente, de esta manera sería una región fuerte para sortear los asuntos internacionales en medio de dos gigantes, Brasil y los EEUU. Ya había concebido la liga de países con la convocatoria del Congreso Anfictiónico de Panamá, en 1826 para confederarlos a manera de organismo multilateral, o sea, concibió para la política exterior común, una especie de organismo como lo es hoy la OEA. Le escribió una carta a Páez en 1827 porque había declarado nula y sin valor la Constitución de 1821, reseña Gerhard Masur, le reclamaba no el respeto a esa Constitución sino el reconocimiento de su autoridad y superioridad personal, “mi único pensamiento es ahora la gran Federación entre Perú, Bolivia y Colombia”, en su programa seguía figurando la prevención de una guerra civil, la convocatoria de una asamblea nacional constituyente, que los tres estados se unieran con una Constitución para crear la Federación de los Andes. “Ese sueño de grandeza indujo a Bolívar a creer que Páez llegaría a ser involuntariamente su partidario. Pero Bolívar no realizó su sueño remoto y glorioso, y con su política puso en peligro lo que ya se había ganado: La República de la Gran Colombia”. La aparente reconciliación entre Bolívar y Páez le costó tener que hacer frente a un enemigo más fuerte e inteligente. Una trágica disensión iba a producirse entre Santander y Bolívar. (Masur, 1984)

 Después del atentado septembrino en Bogotá, se presentó como repercusión negativa protagonizada por dos desleales en Popayán, José María Obando y José Hilario López, que habían entrado tarde, en 1822, a engrosar el ejército vencedor de Boyacá, pues habían ayudado a  los realistas desde 1818; se convirtieron en republicanos como oportunistas, y en octubre de 1828 se levantaron como sediciosos desconociendo la autoridad de Bolívar, como si fueran un brazo armado de los conspiradores, es decir eran santanderistas agazapados. Entre José María Córdoba, atacando en Popayán,  y Antonio José de Sucre, atacando en Tarqui, lograron vencerlos, pero ya habían ocasionado graves disturbios. De manera torticera Obando había insistido a los peruanos que desconocieran la autoridad del Presidente para desvertebrar el proyecto bolivariano de la unión que, en otra, fase Bolívar pensaba sacar adelante después de la disolución de la Convención de Ocaña, promoviendo otra reforma constitucional en Bogotá, para enero de 1830.

 Y de otro lado Agustín Gamarra había alterado e indispuesto la situación en Bolivia, hasta expulsar las tropas colombianas. Lo más grave ocurrió en 1829 mientras se dedicaba a solucionar un impasse sobre los hechos registrados en el Perú, cuando el General La Mar, había ordenado a través de la flota peruana el bloqueo de los puertos de Colombia en el Pacífico y emplazó 4.000 unidades en la frontera ecuatoriana. En la práctica Bolívar tuvo que sortear 4 rebeliones en el Sur, entre octubre de 1828 y abril de 1829, por esa razón viajó desde diciembre para personalmente enfrentar lo causado, después de que Córdoba y Sucre le ayudaron militarmente.

En Bogotá ya se había esparcido la idea de que el Libertador estaba pensando en establecer una Monarquía de estirpe inglesa para evitar la disolución de estos territorios liberados, instalando a un descendiente del Rey, y él ejercería un protectorado. Ideas de otros, aduladores y arribistas que lo habían propuesto o insinuado, pero los desoyó. Esta idea absurda que empezó en una discusión del Consejo de Ministros, por una intervención errada de su amigo el general Rafael Urdaneta, se esparció y convirtió en calumnia que fue difícil contener y disolver, la mentira la volvieron realidad por los comentarios, y las publicaciones de periódicos o folletines locales. Una especie absurda que el Libertador había rechazado, cómo iba a admitir restablecer una Monarquía o algo similar, sobre todo él que, había derrotado y expulsando a los españoles en todo el Virreinato y los había perseguido en los reductos donde se habían acantonado.

 Las camarillas de aduladores, ad-aláteres, políticos en ascenso, criollos ambiciosos, fueron rodeando a los dos personajes (Santander y a Páez), para insinuarles la separación de Colombia de Venezuela, desprendiéndose del gran país concebido por Bolívar. En Ecuador, conducido por Juan José Flórez, quien fue leal, al final de 1829 también ya empezó a concebir la separación. Los resultados futuros lo probaron. Flórez fue el primer presidente de Ecuador; Páez fue presidente de Venezuela tres veces; y Santander regresó al país en 1831 después del destierro por traición (acusado de instigar el atentado a muerte de la noche septembrina), y fue nuevamente presidente entre 1832 y 1836, pretendiendo dejar instalado un sucesor santanderista: José María Obando. Este alentó dos guerras sucesivas para derrocar al vencedor, José Ignacio De Márquez: La guerra de Los Conventos (1839) y la Guerra de los Supremos (1840 / 1841).

Gerhard Masur, un investigador alemán, a quien considero uno de los mejores biógrafos de Bolívar(sin dejar de mencionar a John Lynch), expresó Masur que, al final de La Colonia se observaba como la única producción fabril, la de los textiles, lo otro eran manufacturas de taller producidas por los artesanos. Textiles protegidos con la prohibición de importaciones que hacia La Corona española para competir con Francia e Inglaterra. Luego de iniciarse la época de la República se abrieron las importaciones. Mientras tanto la agricultura sufría por falta de carreteras y medios de transporte. Las tres regiones (Venezuela, Colombia y Ecuador) habían vivido sin intercambios económicos e intelectuales durante casi 300 años, por consiguiente, cada unidad política de la administración colonial se sentía independiente y autárquica.

Bibliografía:

Lynch John. Simón Bolívar. Biografía publicada inicialmente por  Yale University Press (2006), edición posterior de la Editorial Crítica S.L., Barcelona, España, 2008.

Masur Gerhard. Simón Bolívar. Biografía publicada por el Círculo de Lectores S.A. Editorial Grijalbo, Bogotá 1.984

 

(*) Abogado egresado de la Universidad Santiago de Cali (USC); especialización en derecho constitucional, Universidad Libre; magister en ciencia política de la Universidad Javeriana; PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España. Profesor de las cátedras: derecho internacional, y derechos humanos, Universidad Libre (Seccional Cali).