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6 abr 2019

Conceptualización sobre el populismo


John Judis, periodista vinculado al New York Times, afirma en su libro “La explosión populista”, que, hay partidos populistas de derechas, de izquierdas y de centro. No es una ideología, sino una lógica política: una manera de pensar acerca de la política. Los populistas de izquierdas defienden al pueblo frente a una élite o al estabishment, y la suya es una política vertical que se despliega desde la base y el centro hasta la cima. Los populistas de derechas defienden al pueblo frente a una élite a la que acusan de mimar a un tercer grupo que puede constar, por ejemplo, de inmigrantes, islamistas o activistas afroamericanos. El populismo izquierdista es diádico, mientras que el de derechas es triádico, respeta, pero también desprecia a un grupo ajeno.

Los populistas de centro acuden al populismo constitucional, es decir, a ofrecer desarrollar lo que no se ha cumplido por falta de leyes que materialicen la ampliación de los derechos sociales reconocidos en la norma superior. Las tres formas de populismo, izquierda derecha y centro se comportan agitando al pueblo no representado en ningún partido, o excluidos por los partidos, o reciclados de otras campañas electorales, o abortados y utilizados en procesos electorales anteriores.

Las tres formas se comportan tratando de no desbordar las hormas de la Democracia, haciendo uso de los mecanismos institucionales de participación, de competencia y acceso al poder, por una razón: el populismo no pretende subvertir el orden estatal sino ganar espacios para obtener el poder dentro de ese Estado. El populismo no agencia la revolución, solo agita a las masas y amplia los espacios democráticos y se acomoda, o altera ese “orden”; y los dirigentes se instalan en los aparatos de dirección gobernando hasta que se enredan con la maraña jurídica que les impide transformar el aparato de Estado, si llegare a avanzar una especie de populismo radical.

Existe un populismo de extrema derecha como el encarnado por Bolsonaro que, no altera la institucionalidad y los privilegios de las élites, pero altera los principios generales del derecho, recorta o angosta la parte dogmática de las constituciones y promueve el nacionalismo económico, el soberanismo patriótico, convocando a las clases bajas al chauvinismo y al reclamo del trabajo interno por la recuperación económica de la nación; y declara como factor perturbador a los inmigrantes, alienta la xenofobia, el racismo y ataca las religiones contrarias a la tradición judeo cristiana; el orden y la legalidad lo promueven con el uso extremo de la fuerza pública, o sea con el uso del terror estatal, insuflan la seguridad nacional, y conducen esa política pública por la vía del nacionalismo hirsuto agenciando las actitudes antiglobalización para proteger la economía interna, esto explica por qué los populistas de extrema derecha europeos son anti Unión Europea, como quienes jalonaron el Brexit en el Reino Unido.

 Este populismo de extrema derecha afecta la pluralidad étnica porque llega a exaltar la supremacía racial blanca. Esta forma de populismo le permitió a Donald Trump llegar al poder, y a Jair Bolsonaro, también. Un teórico de este tipo radical de populismo es el neofascista Steve Bannon, exasesor de Trump y artífice de la estrategia electoral montada con bulos o noticias falsas. Bannon ha permanecido por temporadas asesorando a gobernantes populistas como Viktor Orban en Hungría; Mateo Salvini, en Italia; Bolsonaro en Brasil; y a políticos en ascenso como la señora Le Pen en Francia. El populismo de extrema derecha denosta, ataca, arremete contra el socialismo, entonces para granjearse a las bases populares nacionales hablan de un capitalismo popular. Existen otros populistas de derecha que seguramente Steve Bannon buscará para asesorar, a miembros del Partido Popular Danés(DF), en Dinamarca; a Norbert Hofer, en Austria, a miembros del Partido Popular Suizo(SPV); al Partido del Progreso (FrP) noruego; y a Geert  Wilders en Holanda.

Para explicar el “capitalismo popular”, según el pensamiento retorcido de Steve Bannon, en entrevista concedida al chileno Axel kaiser, afirmó, “Lo que los trabajadores quieren es un día de pago honesto para un día de trabajo honesto, no una transferencia del gobierno. No quieren que el mundo compita con ellos por su trabajo, sino un sentido de nacionalismo económico donde el Estado prioriza su bienestar, no mediante subsidios masivos, sino a través de la habilidad de tener trabajos mejor pagados. Adicionalmente quieren tener acceso a capital para desarrollar emprendimientos”. Y cínicamente asegura que el populismo de derecha se trata de capitalismo para todos.

John Judis, apoyándose en Ludwig Wittgenstein sobre el uso del lenguaje político, dice que, “no existe un conjunto de rasgos que defina exclusivamente a las personas, los movimientos y los partidos llamados populistas. Los distintos partidos y personas denominadas populistas presentan parecidos familiares entre sí, pero no existe una serie de características exclusivamente comunes a todos ellos”. (Judis, 2018)

 El populismo es un término polisémico, utilizado para evaluar y comprender algunos fenómenos en América Latina, y otros países, caracterizado en los medios de comunicación por su tenue o vacío rigor académico, sin embargo, en materia de teoría política ha sido un concepto abordado con un análisis minucioso por académicos que trascendieron por su conceptualización y anclaje a la ciencia política. Este es el caso de Ernesto Laclau, que logró realizar un trabajo académico en torno al populismo como realidad y enfoque teorizado, también, es una de las referencias constantes en la mayoría de los estudios sobre el término.

Ernesto Laclau planteaba que: “El populismo consiste en la presentación de las interpelaciones popular democráticas como conjunto sintético-antagónico respecto a la ideología dominante.” Esto en cuanto a la consistencia del término, después habría de formular que el populismo como definición de la siguiente manera: “Aquella dimensión de ciertos discursos políticos que los construye sobre la base de dicotomizar ciertos espacios sociales […]”. Estas dos frases se encuentran en sus textos titulados, Política e ideología, y en la obra Populismo y transformación.

En estos dos conceptos formulados por el teórico se expresa tácitamente la caracterización del mismo a través de la formulación de un antagonismo, que además se profundiza con la articulación de una identidad política y que excluye al adversario que sería el enemigo o cómo explicaría más claramente después en su texto publicado en el 2005 llamado “La Razón Populista” la dicotomía: Nosotros/Ellos.

La búsqueda de Ernesto Laclau en el desarrollo de la política y lo político como dimensiones convergentes, pero diferentes, lo político y la política, en la que se reserva el primer término para referir a una lógica de producción del orden social (una función instituyente, aunque también destituyente) y el segundo como un campo o sistema encargado de gestionar el orden (como un ámbito instruido), así lo expone Claude Lefort.

Laclau en el libro Hegemonía y estrategia socialista escrito en 1985 crítica el determinismo socialista: El sujeto del cambio político es el proletariado. Esa idea fracasó en el siglo XX, entonces replanteó y hace un intento por teorizar una nueva formulación que acerque a sectores que no se pueden representar bajo las lógicas del determinismo económico. Tener presente las nuevas ciudadanías, los sectores ambientalistas, estudiantes, la comunidad, Lgtb, etc.

Es una crítica entonces a la incapacidad de la izquierda de pensar sin el determinismo económico y el reformismo que tiene una nostalgia  por el pasado al creer que todos tienen que ser ilustrados. Laclau y Mouffe aciertan al concluir que la política no tiene que ver con una racionalidad pura, sino con una amalgama de afectos, sentires, valores y tradiciones que hacen parte de un trabajo bajo el concepto de hegemonía profundizado por Gramsci.

El momento Populista: Este será siempre un periodo de crisis, de inestabilidad política donde no se logra suplir las necesidades económicas e intereses de la sociedad. Hoy estamos viviendo debido a la economía global profundamente desigual y el cambio del locus de la política un momento populista.

Bibliografía:
 Judis John. “La explosión Populista”. Libro de ediciones Deusto, editorial Planeta, primera edición 2018.

(*) Con especialización en Derecho Constitucional de la Universidad Libre Seccional Cali; Magíster en Ciencia Política (Universidad Javeriana); Doctorado  en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España).

Por: Alberto Ramos Garbiras (*)   y  Alejandro López Lasso (**) |  (**) Este artículo se elaboró con la cooperación, discusión y aportes de Alejandro López Lasso, abogado de la Universidad Libre, monitor de la cátedra de derecho internacional, Investigador social, miembro del Grupo Republica, sobre temas de derecho público, en la misma universidad.