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9 oct 2017

Independentismo en Cataluña

Por: Alberto Ramos Garbiras (*)
El gobierno central madrileño se ha excedido en todo al impedir la votación del referéndum independentista, influir sobre el Tribunal Constitucional y tratar de convertir en delincuente al presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, indagar a los alcaldes, congelar las cuentas, cerrar parte de las escuelas donde funcionarían los puestos de votación y demás actos de interferencia. Habría sido preferible dejar votar a los catalanes y así no se hubiera despertado el nacionalismo que la represión desató. Estuve durante el mes de julio en España y los días que permanecí en Barcelona percibí que la gente pedía más autonomía, pero no simpatizaban con la corriente independentista, ni con las posturas de los tres partidos regionales que la animaban.

 Entonces, negar un mecanismo de participación popular que la Democracia proporciona fue cerrar los espacios que la misma constitución tiene. Retirar las urnas con la Policía Nacional y la Guardia Civil, provocó la reacción de la gente que, incluso muchos habían ido a dormir desde dos días atrás, a las escuelas donde se programaron los puestos electorales: la represión hizo ocurrir algo surrealista. La utilización de la fuerza pública fue extralimitada porque el independentismo que se reclama es un derecho parecido a la consulta y de manera electoral. Una arbitrariedad mayúscula como sacaron a la gente con desdén como si fueran basura, arrastrándolos del cabello, tirándolos como objetos inservibles, o a punta de empujones. Que imágenes tan dolorosas hemos visto en los videos. Es un absurdo que golpeen a los ciudadanos que van a votar desarmados. No consideraron que la gente fue a votar en calma, sin agresión, sin armas: No a la manera Etarra, que lo hacían con terrorismo. Los catalanes están reclamando su independencia. Paradójicamente la solicitud de más Democracia llevó a una alta tensión.

Adela Colau, alcaldesa de Barcelona fue muy objetiva y ponderada al reconocer claramente que ningún elector o votante llevaba armas.  Más sin embargo, no los dejaron votar y perturbaron más de 400 puestos electorales. La violencia fue de la policía nacional y la guardia civil. Se evidenció la desproporcionalidad, entonces la gente solo salió a votar y a participar. Y los violentaron, esa represión hizo abstenerse a muchos, interfiriendo el proceso democrático. El resultado habría sido otro. Mi hijo Roger, catalán de nacimiento y de madre catalana me dijo decepcionado, vía WhatsApp, “Yo siempre había tenido una postura más central e imparcial. Como Catalán me identifico con la cultura y tradición de aquí, pero nunca he pedido la independencia de forma abierta, yo quería seguir perteneciendo a España. Me han perdido a mi y a mucha gente que era como yo. Desde el domingo han cambiado las cosas, se ha roto algo que ya no tiene retorno. Y he hablado con muchísima  gente que se siente igual…para que de verdad construyamos un nuevo país con otros fundamentos de base”.

 Ha dicho el Presidente Rajoy que hará respetar la Constitución y la Ley. Es mera retórica. Los miembros del Partido Popular (PP) encausados judicialmente llevan violando la Constitución y las leyes más de 20 años con todos sus actos de corrupción. Mariano Rajoy encontró en el referéndum catalán una excusa para distraer todas las denuncias de corrupción desatadas en los últimos meses, para posar de puro y demócrata. Esa actitud represora lo va a desmoronar más de lo que estaba. Despertó un nacionalismo extensivo y va a hacer radicalizar a la gente que incluso están presionando para que la policía nacional se retire. Ocurrió todo lo contrario de lo que pensaba en Madrid la cúpula del PP. Se destapó una caja de Pandora nacional e internacional. En lo nacional otras autonomías están pensando en más reclamos al gobierno central sobre los traslados fiscales, y en lo internacional otras regiones reflexionan sobre intentos y reclamaciones secesionistas adormilados.

Esta situación no es igual al Brexit del Reino Unido porque Cataluña no ha dicho que se retirará de la Unión Europea (UE). Si se independizan buscarían entrar cono nuevo Estado a la Unión Europea. Y han pedido su mediación, gran parte de los países de la UE se pronunciaron por el diálogo y la vía pacífica antes que la polarización se extreme. Rajoy negó el dialogo lo cual cierra la única salida razonable.  Lo que puede venir ahora es un choque de decisiones jurídicas proferidas por las instituciones, desde Barcelona para desconocer el centralismo y hacer valer el autonomismo que, de no lograrse, termina en la secesión.

El quiebre de la legalidad en Cataluña imputado o señalado por el Gobierno de Rajoy se debe al quiebre de la legalidad en Madrid producto de todas las actuaciones de corrupción comprobadas a miembros del Partido Popular (PP) y la pérdida de transparencia por la forma como han gobernado, inclusive, corrupción extendible a socios de la coalición, miembros del PSOE , incursos en delitos . La ilegalidad desde la administración produce desazón en la ciudadanía y por lo crónico de los hechos (en la última fase desde 2013 con los papeles de Bárcenas y la contabilidad B); produjeron el efecto de pérdida de legitimidad del Gobierno reelecto con precaria y difícil coalición lograda para formarla. O sea, estamos ante el choque de dos Gobiernos a quienes se les puede señalar cometen ilegalidades, el Gobierno nacional, la corrupción sistemática; y al Gobierno autonómico de la Generalitat, desobediencia e incumplimiento del Estatuto catalán, e incumplimiento de la sentencia del Tribunal constitucional: un empate de ilegales que lleva a la desobediencia civil.  La ciudadanía catalana prefirió participar a riesgo de porrazos porque quieren librarse de la corrupción crónica que inclusive calcó el Gobierno de Jordi Pujol. Un amplio sector de catalanes decidió la vía nacionalista para buscar la verdadera autonomía que es la independencia.

Entonces, el resultado de la votación declarada no válido por el Tribunal Constitucional español, y el gobierno central, es considerado válido por el Gobierno autonómico y lo puede incorporar e implementar el parlamento catalán por lograr la mayoría absoluta de los votos depositados, máxime si no existe el voto obligatorio. El choque de decisiones llevará a la aceleración de la declaración formal/unilateral proclamando la independencia el Parlament de Cataluña, como expresión originaria del pueblo queriendo otro estado de cosas constitucional. Y comenzaría el corte de relaciones, de tributación, de desconocimiento en lo administrativo para configurar un Estado naciente. Y vendría pronto el pronunciamiento internacional de los otros estados que reconozcan o no al nuevo Estado formado.

Para evitar este escenario, desde Madrid el jueves 6 de octubre Impulsaron algo aberrante, anticipadamente declararon que la próxima sesión del Parlament programada para el lunes 9 es inválida, sin saber el orden del día ni los contenidos, o sea tratan de impedir la DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA con anticipación. Una aberración jurídica con marcado autoritarismo. Han politizado desde el Gobierno al Tribunal Constitucional. De esta manera sin acudir al dialogo nacional, en una fase inicial seguiría el choque o contrapunto de decisiones desde Madrid y desde Barcelona, para jurídicamente llevar en esta fase las reclamaciones de soberanía.

Si se caldea la situación entre los entes territoriales, habrá intentos de penetración con la fuerza pública estatal madrileña, pero Cataluña tiene su propia fuerza armada, los Mossos de Escuadra que serán reforzados con más conscriptos o reclutados; podría producirse un belicismo por las soberanías que, de trascender o prolongarse desembocaría en guerra interna entre dos entes estatales. En Colombia se produjo una guerra civil de este tipo entre 1859 y 1862 cuando los gobernantes regionales, entre ellos Tomás Cipriano de Mosquera, le reclamaban más autonomía y recursos al gobierno nacional presidido por Mariano Ospina Rodríguez. Fue una guerra entre los funcionarios públicos de los estados regionales contra el Estado central, y reclutaron a ciudadanos ajenos a la disputa política y a despavoridos campesinos desideologizados. Teníamos un federalismo maltrecho que terminó con la evolución a un federalismo radical que duró desde 1863 hasta 1886.

 El Rey Borbón Felipe VI ha sido criticado por un pronunciamiento tibio sin invocar al dialogo ni reconocer la equivocada represión del domingo electoral, como Jefe de Estado debe mediar para buscar la unidad nacional, esto enfureció a los catalanes y a otros segmentos de opinión que ya no gustan de la obsoleta Monarquía, muchos expresan que no debieron resucitar a esa Monarquía borbónica, pero lo dejó instalado el mismo General Franco que había sometido a todos por las armas. Y empezó el juego de los partidos aprovechando la transición con Adolfo Suarez que, desempeñó un papel decente en un período crítico.  Hoy la mitad del PSOE esta con Rajoy y no deberían estar, buscan mantener los privilegios logrados desde 1982. Pero hay un PSOE decoroso que lidera otra vez Pedro Sánchez, así tenga un comportamiento errático al perder la investidura de Presidente, como lo demostró el año pasado. Por dudar dos veces en aliarse con los progresistas del partido PODEMOS; ahora Sánchez parece encarrilarse ; mientras la gente del partido CIUDADANOS, sus cuadros apuntalan el REGIMEN, han generado statu quo y confusión; aparecieron triunfantes como nueva formación política  amparados en una oleada de indignación, y  so pretexto de criticar la situación compleja del 2014 hoy apuntalan al gobierno central corrupto y  al sistema parlamentaro/monárquico.

 (*) Magíster en Ciencia Política Universidad Javeriana.