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17 oct 2016

Cómo destrabar el acuerdo de Paz

La Paz está firmada. Las dos partes que adelantaron el proceso se mantienen firmes en su voluntad de concluir y llevar a la  práctica lo acordado en seis ejes temáticos. El pueblo votante  quiere la paz como se vio en las urnas, la mitad de los asistentes al Plebiscito dijo que SI, se perdió por un estrecho margen producto de la manipulación y el fraude al elector, más el huracán que impidió la concurrencia en parte de la costa.

Los movimientos sociales, los sectores sociales, la gente, la sociedad civil, la sociedad política, están, saliendo a las calles masivamente expresando: queremos la Paz, y acuerdo Ya. La sociedad colombiana quedó entrampada en los tecnicismos jurídicos, se repite la historia de la Patria Boba. La Paz está firmada ante la comunidad internacional pero la implementación  se desmoronó por un plebiscito innecesario como lo expuse oportunamente (1), y por una sentencia que amarró la implementación al resultado de la votación. Esto debería causar vergüenza ante la faz de la tierra, un grupo que torció la transparencia de la elección entraba la paz y solicita reformas inconsistentes, y niegan cínicamente que desean la continuidad de la guerra para poder adelantar una campaña presidencial de cara al 2018 que los instale en el poder central.

Existen al menos 8 fórmulas, salidas o alternativas para destrabar la paz anhelada por todos, pero el problema principal es el tiempo, cualquier dilación en exceso llevara al reinicio de los ataques por un atentado, saboteo o error. Las alternativas son:
 1) El Presidente y el Congreso pueden utilizar la vía constitucional del Senado y la Cámara de Representantes para tramitar la implementación, esto llevaría más de dos años.

2) Adelantar más de 1.115 Cabildos Abiertos, en el mismo número de municipios, como sumatoria de la paz territorial, para configurar la refrendación, reemplazando al plebiscito viciado por el fraude, pero estos cabildos no implementan, el tiempo mínimo serían unos tres meses.

 3) Promover una Asamblea Constituyente como mecanismo de reforma a la Constitución que sirve a la vez de refrendación y de implementación total, la demora sería al menos de 15 meses; pero este procedimiento se desbordaría por naturaleza propia pues es la expresión del Constituyente primario y allí, colocarle límites o centrarla en los ejes de los 6 acuerdos no calza con la teoría constitucional de una Constituyente que es soberana y puede abordar todos los temas  estatales llegando incluso a desconocer lo pactado o crear otro tipo de Estado dependiendo de las fuerzas políticas y las mayorías que logren los escaños, o de las coaliciones que se formen. Una Asamblea Constituyente si se necesitará una vez se inicie la implementación prevista y se requiera dentro del desarrollo del postconflcito imprimirle un ritmo mayor a la implementación de los acuerdos que podrían extenderse inclusive a todo el gobierno siguiente.

 4) Hacer valer el Acuerdo de Paz como un acuerdo especial firmado bajo los parámetros del derecho internacional público y el derecho internacional humanitario que fue además depositado en Berna (Suiza) y tiene la categoría de tratado para sin necesidad de implementación empezar su ejecución sin retruécanos jurídicos  ni arandelas internas. Para eso Colombia hace parte de la ONU y hubo acompañamiento de ese organismo multilateral, se está además llevando a cabo la verificación del último punto con la presencia de ese organismo multinacional (Cese bilateral del fuego, dejación de armas y desmovilización), y el acto final se hizo en presencia del secretario general Ban Ki Moom. Este procedimiento sería inmediato.

 5) Que la Fiscalía General de la Nación sancione ejemplarmente el delito de fraude al elector que configuró un atentado contra el corazón de la Democracia porque enturbió todo el proceso y le hizo perder claridad y serenidad a los electores. El problema de nuestro país es que las instituciones no funcionan, ni el derecho tampoco.  La Fiscalía es un aparto que  se burocratizó y enredó desde hace muchos años. Ese delito confesado por el mismo Gerente del No (título estrambótico y macondiano), no necesita mayor instrucción pues la confesión es la prueba principal y se parece a un delito de flagrancia pues fue visible y palpable. Esa sanción según el artículo 388 del código penal permitiría proceder a la anulación del plebiscito con la intervención del Consejo Nacional Electoral y la Registraduría Nacional del Estado Civil.

6) Existen otras dos demandas, ante la Corte Constitucional, contra el plebiscito, instauradas por miembros del Centro Democrático (CD). Son demandas invocando la inconstitucionalidad de ese mecanismo de participación; una por la redacción de la pregunta; y la otra por la reducción del umbral, la supresión de la casilla en blanco, y por falta de financiación para las campañas del Si o del No. La Corte Constitucional podría aquí recuperar su majestad y el buen nombre que tuvo y gozó con las primeras cohortes de juristas ilustres. Podrían declarar con la facultad que tienen en el artículo 241  de la Constitución que, el plebiscito se declara no válido por la supresión de la casilla en blanco sobre la cual existe jurisprudencia destacando su importancia y necesidad. De esta manera se recuperaría las facultades extraordinarias del Presidente de la República para la implementación y las facultades del Congreso en la vìa fast-track.

 7) Podría producirse la repetición de las elecciones en 4 departamentos donde la gente no pudo votar por la rudeza y los estragos que ocasionó el huracán Mathew en la Guajira, Magdalena, Bolívar y el Atlántico. Según el comportamiento electoral de las últimas elecciones, en estos departamentos dejaron de votar 4.000.000 de sufragantes sin tener en cuenta la abstención tradicional; a muchos puestos de votación el material ni llegó; los jurados no asistieron en un 46% y los testigos electorales tampoco, así lo certifico la MOE como misión electoral de la OEA. Debido al fenómeno meteorológico debió haberse ampliado el plazo para cerrar las votaciones en algunas regiones, se comunicó a tiempo y el Consejo Nacional electoral no extendió la jornada. Existe una Tutela en trámite donde se solicita a la Registraduría Nacional del Estado Civil para que se convoque a nuevas votaciones en estos municipios de la costa. La razón de fondo es la fuerza mayor que según el código civil se produce cuando circunstancias y hechos incontrolables por el ser humano se producen y ocasionan obstáculos o incumplimientos y más en el contexto del cambio climático, hoy.

 8) Si ninguna de las alternativas anteriores procediera ,la otra opciòn que vislumbro en este escenario de crisis y frente al empantanamiento real a que estamos sometidos, es esta: Que el Presidente de la República y Nobel de la Paz, una vez èl y sus delegados en la mesa de La Habana hayan examinado con los delegados de las FARC las propuestas de modificaciones a los acuerdos redactadas por los voceros del NO (el Senador Uribe y sus adláteres, el ex Presidente Pastrana y su séquito, y el Ex Procurador Ordoñez y la pluma de los colados), hecha la evaluación y discutidas las pretensiones de modificación, incorporando lo razonable y viable; proceda el Presidente de la República con todas sus facultades, amparado en la legitimidad de su segunda elección presidencial respaldada por las mayoría para lograr la PAZ, acuda ante la plenaria del Congreso, con la presencia de la ONU y demás organismos internacionales a los cuales Colombia pertenece (OEA , UNASUR, Alianza del Pacífico, CAN, NOAL, e invitados internacionales),  invocando el bien supremo y general de la PAZ sin la cual no funciona la democracia, procediendo a  la votación la nueva firma  de los acuerdos revisados para que el Congreso depositario de la votación de todos los colombianos en la última elección (segunda vuelta electoral del año 2014), le apruebe el acuerdo definitivo , le restablezca  y reitere las facultades del marco jurídico del acto  legislativo para que selle la paz, por encima de tecnicismos , mezquindades y entrabamientos, en aras de evitar que volvamos a la guerra interna y se incendie la república. Esta es la fórmula para salir de la Patria Boba, versión siglo XXI.

Por|  Alberto Ramos Garbiras.

Abogado Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana.