Buscar este blog

30 may 2016

Rebrotan las protestas

En Francia desde el primero de abril del año 2016 ha rebrotado la protesta social con una nueva expresión “La Nuit Debout” (noche de pie), cuestionando la reforma laboral o Ley Khomri; esta Ley facilita los despidos con el sofisma de promover nuevas contrataciones. Las nuevas generaciones, dice el analista Christophe Aguiton se preocuparon porque les puede ocurrir lo mismo, “al facilitar el despido, se dice a los jóvenes que la precariedad es su futuro permanente, en lugar de cualquier esperanza, lejana pero palpable, de conseguir un contrato protector de duración indefinida".   

Los jóvenes y otros manifestantes están protestando para reclamar mejores condiciones de seguridad, ambientales, contra los impactos por el proyecto de aeropuerto Notre-Dame-Des-Landes, contra la derechización del Gobierno, la crisis generada por la desatención a los refugiados, la renta básica incondicional. Desde lo laboral existen antecedentes con protestas contra el contrato del primer empleo (2006) y la reforma a las pensiones (2010).

Estos manifestantes son los más golpeados por la situación económica, por las condiciones de empleo temporal sin perspectiva y por la degradación de la política. El problema está en la falta de organización porque temen que un partido, un sindicato, u otra forma de organización se tome la dirección de los reclamos y desvirtué los objetivos. En esto se parecen a los indignados de las manifestaciones del año 2011.

El movimiento “Nuit Debout” ocupa plazas públicas de noche en París, Rennes, Nantes, Toulouse…, y trata de hacerlo sistemáticamente, así no perturba las calles y la protesta se conoce contra la falta de acciones gubernamentales. Y propugna por la toma de decisiones en las asambleas generales, una forma de Democracia directa para ejercer el poder con controles porque han concluido que en la democracia representativa los delegados no cumplen a satisfacción y se desconectan de la población.

Las protestas sociales en las plazas públicas han mostrado su efectividad y a diferencia de las huelgas de fábrica tienen la ventaja de la ampliación de los reclamos, no solo las mejoras puntuales de una convención. A las plazas públicas llegan manifestantes de diverso origen que no están subyugados a un patrón o dirección empresarial por lo tanto no se atemorizan por la pérdida del empleo, además de los que llegan a la plaza, la mayoría, no lo tienen. Desde la plaza y las calles se solidarizan con otros sectores sociales afectados que son susceptibles de aparecer en la resistencia civil.

Los participantes de “La Nuit Debout”, en su gran proporción son miembros del precariado y están resueltos a ser oídos, a que se les resuelva su situación de indefinición. Pertenecen a una nueva clase social en la cual no nacieron porque esa clase social no existía, tampoco ingresaron voluntariamente a ella, fue la situación económica la que los arrojó a esa nueva clase social al no tener estabilidad laboral y perder lo que tenían o les había proporcionado sus familias que, a muchos siguen sosteniendo como un gravamen familiar.

Con estas congregaciones nocturnas y la organización que se vayan dando, los precarios están creando un movimiento social en Francia que puede extenderse a varios países. El precariado por todas las carencias y sufrimientos que padecen son también indignados, menos politizados ideológicamente, el status económico de hecho los impele a protestar y se encuentran sin conocerse, per irán ideologizándose en la medida que se perfilen los conductores que los guíen. La rebelión del precariado debe ser atendida antes de que se mezclen otros ingredientes que los desvíen o se desfigure el sentido de sus reclamaciones.

El analista Noel Mameré dice, “no les atosigan las ideologías del pasado, los “ismos” diversos y variados que sin duda dieron un bagaje de carga política a las generaciones militantes posteriores al 68, pero que les separaron de la realidad. Los de la “Noche de Pie” no quieren hacer la revolución, pero se niegan para empezar que los de arriba sigan llenándose los bolsillos con la evasión de impuestos ilimitada; las jubilaciones blindadas, las remuneraciones indecentes, la especulación, las pequeñas y grandes comisiones a costa de los de abajo. Quieren otro mundo en el que la economía satisfaga las necesidades de la gente y respondan a los recursos del planeta, en lugar de buscar el máximo beneficio. (Mamaré, 2016).

El mismo Mameré expone que los miembros de la “Nuit Debout” muestran una voluntad claramente reformista y radical de cambiar las relaciones de producción y consumo, de poder y dominación. “Ante la precariedad sin salida están decididos a abrir las puertas, romper su aislamiento, para acabar su individualismo mortal. Para estos jóvenes la elección se hizo evidente. Vivir de pie día y noche en lugar de morir en la cama. La necesidad de autonomía, de empoderamiento, se ha convertido en una fuerza política en construcción”. 

En Brasil rebrotan las protestas, las manifestaciones se presentan de ambos lados con impulsores de la salida de la Presidenta Rousseff, y, al contrario, por los simpatizantes, más las bases de apoyo que ven la gestión social iniciada desde el Gobierno de Lulla como benéfica y no la consideran corrupta por los traslados presupuestales.

Las manifestaciones y protestas de los simpatizantes de ella y Lulla, saldrán a las calles, más los miembros del partido PT, segmentos populares y los integrantes de los movimientos sociales y sectores sociales que sienten un golpe bajo propiciado por la derecha enquistada en el partido PMDB y con aliados en otros partidos aliados de grupos descompuestos con asiento en el Congreso que,  insuflaron el impeachment  como un proceso con visos de legalidad cuando lo que tenían entre manos era un golpe de Estado revestido de juicio político. De unos 530 miembros del Congreso, al menos 330 están implicados en los escándalos de corrupción y quieren frenar las investigaciones que ella había admitido. El PMDB nunca ha obtenido el poder por la vía electoral sino por la vía necrofilia o por las destituciones de los titulares. El sr Temer se aprestó a asumir la Presidencia convirtiéndose en conspirador para salir de la zona gris donde se encontraba.

Todos los sectores que se beneficiaron durante los dos gobiernos de Lulla y el de Dilma rechazarán su apartamiento por 180 días del poder y la destitución que se vendrá encima porque tienen agradecimiento con ellos por las políticas de inclusión social que cubrieron necesidades en alimentación vivienda, salud, cubriendo a unos 40 millones de habitantes.

En Brasil va a ocurrir algo similar a lo sucedido en Egipto después del 3 de julio 2013 cuando el ejército defenestró al Presidente elegido, Morsi. Las calles se llenaron un día de manifestantes y protestas a favor del reintegro y otro día en contra, solicitando nuevas elecciones. La confusión puede extenderse para muchos desinformados porque las protestas en la calle enarbolan consignas y lemas que enredan a quien no tenga claridad. En Brasil la manipulación de los medios de comunicación pueden contribuir a esta confusión. Contra el atenazamiento que está padeciendo la Sra Rousseff de parte de las mayorías parlamentarias envueltas en la corrupción, el clamor popular y la constancia en los reclamos puede hacer reflexionar a otros medios y a la comunidad internacional para hacerle un seguimiento a este juicio político que durará 6 meses.

En Venezuela la oposición sale a la calle reclamando el trámite a un proceso de referéndum revocatorio como mecanismo de participación para enfrentar el aferramiento de Maduro al  poder y la instrumentalización de la rama judicial que nulita todas las actuaciones del legislativo. La OEA ha sido llamada para e aplique los contenidos de la Carta Democrática Interamericana, un instrumento que apareció en el año 2001 para dizque revitalizar a la OEA.

Hoy, en muchos países, las protestas populares sirven de indicador o medidor para conocer la intención social sobre el funcionamiento del mandato de los gobernantes. A veces son más certeras las protestas que las encuestas de opinión. En algunos casos van a la par. Son dos formas de medición, las protestas sociales permiten observar en vivo el malestar, en cambio, las encuestas solo a través de las estadísticas. La ventaja de las protestas sociales es la certeza de lo que está pasando, y la desventaja de las encuestas, es la posible manipulación de los datos si la empresa encuestadora no es honesta.

Las protestas en un país se pueden sopesar y medir por el número de habitantes que salen a las marchas, el número de ciudades donde se producen y los efectos del malestar creado en los medios de comunicación y las redes sociales. O por la duración de las protestas. En cambio, las encuestas diseñadas desde las oficinas, se hacen por teléfono o por internet o se aplican en las calles, pero sobre un reducido número de personas que se supone es significativa la muestra frente al universo de habitantes. Como se trata de una técnica y un método que se desprende de las matemáticas, las encuestas se suponen exactas, pero son aproximadas y si se hacen seriamente son acertadas. Pero corren el riesgo de ser hechas por mercantilistas al servicio de una campaña o de un Gobierno. Ese es el albur que se corre para desubicar a la población.

De otro lado, Las protestas sociales si se miran los guarismos reportados en cálculos de la gente que salió a la calle, o los videos y las fotografías de las marchas y plantones, también son una muestra del total de la población porque no toda la población nacional sale a las marchas o protestas. Miles de inconformes se quedan en sus casas porque no pudieron llegar. Pero son una muestra preocupante para los gobernantes porque es más difícil manipular la realidad de las protestas que las cifras recolectadas en una encuesta. La gente que sale a la protesta es de carne y hueso, no son figuras inflables aunque porten Dummies. Hoy es cada vez más difícil y costoso trastear manifestantes. Aunque continúe el trasteo de electores, son dos cosas distintas. En los países desarrollados no hay trasteo de electores.

Por| Alberto Ramos Garbiras.
Abogado titulado de la Universidad Santiago de Cali (USC), con especialización en Derecho Constitucional de  la Universidad Libre Seccional Cali; Magíster en Ciencia Política Universidad Javeriana, PhD, Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España).