En
Francia desde el primero de abril del año 2016 ha rebrotado la protesta social
con una nueva expresión “La Nuit Debout” (noche de pie), cuestionando la
reforma laboral o Ley Khomri; esta Ley facilita los despidos con el sofisma de
promover nuevas contrataciones. Las nuevas generaciones, dice el analista
Christophe Aguiton se preocuparon porque les puede ocurrir lo mismo, “al
facilitar el despido, se dice a los jóvenes que la precariedad es su futuro
permanente, en lugar de cualquier esperanza, lejana pero palpable, de conseguir
un contrato protector de duración indefinida".
Los
jóvenes y otros manifestantes están protestando para reclamar mejores
condiciones de seguridad, ambientales, contra los impactos por el proyecto de
aeropuerto Notre-Dame-Des-Landes, contra la derechización del Gobierno, la
crisis generada por la desatención a los refugiados, la renta básica
incondicional. Desde lo laboral existen antecedentes con protestas contra el
contrato del primer empleo (2006) y la reforma a las pensiones (2010).
Estos
manifestantes son los más golpeados por la situación económica, por las
condiciones de empleo temporal sin perspectiva y por la degradación de la
política. El problema está en la falta de organización porque temen que un
partido, un sindicato, u otra forma de organización se tome la dirección de los
reclamos y desvirtué los objetivos. En esto se parecen a los indignados de las
manifestaciones del año 2011.
El
movimiento “Nuit Debout” ocupa plazas públicas de noche en París, Rennes,
Nantes, Toulouse…, y trata de hacerlo sistemáticamente, así no perturba las
calles y la protesta se conoce contra la falta de acciones gubernamentales. Y
propugna por la toma de decisiones en las asambleas generales, una forma de
Democracia directa para ejercer el poder con controles porque han concluido que
en la democracia representativa los delegados no cumplen a satisfacción y se
desconectan de la población.
Las
protestas sociales en las plazas públicas han mostrado su efectividad y a
diferencia de las huelgas de fábrica tienen la ventaja de la ampliación de los
reclamos, no solo las mejoras puntuales de una convención. A las plazas
públicas llegan manifestantes de diverso origen que no están subyugados a un
patrón o dirección empresarial por lo tanto no se atemorizan por la pérdida del
empleo, además de los que llegan a la plaza, la mayoría, no lo tienen. Desde la
plaza y las calles se solidarizan con otros sectores sociales afectados que son
susceptibles de aparecer en la resistencia civil.
Los
participantes de “La Nuit Debout”, en su gran proporción son miembros del
precariado y están resueltos a ser oídos, a que se les resuelva su situación de
indefinición. Pertenecen a una nueva clase social en la cual no nacieron porque
esa clase social no existía, tampoco ingresaron voluntariamente a ella, fue la
situación económica la que los arrojó a esa nueva clase social al no tener
estabilidad laboral y perder lo que tenían o les había proporcionado sus
familias que, a muchos siguen sosteniendo como un gravamen familiar.
Con
estas congregaciones nocturnas y la organización que se vayan dando, los
precarios están creando un movimiento social en Francia que puede extenderse a
varios países. El precariado por todas las carencias y sufrimientos que padecen
son también indignados, menos politizados ideológicamente, el status económico
de hecho los impele a protestar y se encuentran sin conocerse, per irán
ideologizándose en la medida que se perfilen los conductores que los guíen. La
rebelión del precariado debe ser atendida antes de que se mezclen otros
ingredientes que los desvíen o se desfigure el sentido de sus reclamaciones.
El
analista Noel Mameré dice, “no les atosigan las ideologías del pasado, los
“ismos” diversos y variados que sin duda dieron un bagaje de carga política a
las generaciones militantes posteriores al 68, pero que les separaron de la
realidad. Los de la “Noche de Pie” no quieren hacer la revolución, pero se
niegan para empezar que los de arriba sigan llenándose los bolsillos con la
evasión de impuestos ilimitada; las jubilaciones blindadas, las remuneraciones
indecentes, la especulación, las pequeñas y grandes comisiones a costa de los
de abajo. Quieren otro mundo en el que la economía satisfaga las necesidades de
la gente y respondan a los recursos del planeta, en lugar de buscar el máximo
beneficio. (Mamaré, 2016).
El
mismo Mameré expone que los miembros de la “Nuit Debout” muestran una voluntad
claramente reformista y radical de cambiar las relaciones de producción y
consumo, de poder y dominación. “Ante la precariedad sin salida están decididos
a abrir las puertas, romper su aislamiento, para acabar su individualismo
mortal. Para estos jóvenes la elección se hizo evidente. Vivir de pie día y
noche en lugar de morir en la cama. La necesidad de autonomía, de
empoderamiento, se ha convertido en una fuerza política en construcción”.
En
Brasil rebrotan las protestas, las manifestaciones se presentan de ambos lados
con impulsores de la salida de la Presidenta Rousseff, y, al contrario, por los
simpatizantes, más las bases de apoyo que ven la gestión social iniciada desde
el Gobierno de Lulla como benéfica y no la consideran corrupta por los
traslados presupuestales.
Las
manifestaciones y protestas de los simpatizantes de ella y Lulla, saldrán a las
calles, más los miembros del partido PT, segmentos populares y los integrantes
de los movimientos sociales y sectores sociales que sienten un golpe bajo
propiciado por la derecha enquistada en el partido PMDB y con aliados en otros
partidos aliados de grupos descompuestos con asiento en el Congreso que, insuflaron el impeachment como un proceso con visos de legalidad cuando
lo que tenían entre manos era un golpe de Estado revestido de juicio político.
De unos 530 miembros del Congreso, al menos 330 están implicados en los
escándalos de corrupción y quieren frenar las investigaciones que ella había
admitido. El PMDB nunca ha obtenido el poder por la vía electoral sino por la
vía necrofilia o por las destituciones de los titulares. El sr Temer se aprestó
a asumir la Presidencia convirtiéndose en conspirador para salir de la zona
gris donde se encontraba.
Todos
los sectores que se beneficiaron durante los dos gobiernos de Lulla y el de
Dilma rechazarán su apartamiento por 180 días del poder y la destitución que se
vendrá encima porque tienen agradecimiento con ellos por las políticas de
inclusión social que cubrieron necesidades en alimentación vivienda, salud,
cubriendo a unos 40 millones de habitantes.
En
Brasil va a ocurrir algo similar a lo sucedido en Egipto después del 3 de julio
2013 cuando el ejército defenestró al Presidente elegido, Morsi. Las calles se
llenaron un día de manifestantes y protestas a favor del reintegro y otro día
en contra, solicitando nuevas elecciones. La confusión puede extenderse para muchos
desinformados porque las protestas en la calle enarbolan consignas y lemas que
enredan a quien no tenga claridad. En Brasil la manipulación de los medios de
comunicación pueden contribuir a esta confusión. Contra el atenazamiento que
está padeciendo la Sra Rousseff de parte de las mayorías parlamentarias
envueltas en la corrupción, el clamor popular y la constancia en los reclamos
puede hacer reflexionar a otros medios y a la comunidad internacional para
hacerle un seguimiento a este juicio político que durará 6 meses.
En
Venezuela la oposición sale a la calle reclamando el trámite a un proceso de
referéndum revocatorio como mecanismo de participación para enfrentar el
aferramiento de Maduro al poder y la
instrumentalización de la rama judicial que nulita todas las actuaciones del
legislativo. La OEA ha sido llamada para e aplique los contenidos de la Carta
Democrática Interamericana, un instrumento que apareció en el año 2001 para
dizque revitalizar a la OEA.
Hoy,
en muchos países, las protestas populares sirven de indicador o medidor para
conocer la intención social sobre el funcionamiento del mandato de los
gobernantes. A veces son más certeras las protestas que las encuestas de
opinión. En algunos casos van a la par. Son dos formas de medición, las
protestas sociales permiten observar en vivo el malestar, en cambio, las
encuestas solo a través de las estadísticas. La ventaja de las protestas
sociales es la certeza de lo que está pasando, y la desventaja de las
encuestas, es la posible manipulación de los datos si la empresa encuestadora
no es honesta.
Las
protestas en un país se pueden sopesar y medir por el número de habitantes que
salen a las marchas, el número de ciudades donde se producen y los efectos del
malestar creado en los medios de comunicación y las redes sociales. O por la
duración de las protestas. En cambio, las encuestas diseñadas desde las
oficinas, se hacen por teléfono o por internet o se aplican en las calles, pero
sobre un reducido número de personas que se supone es significativa la muestra
frente al universo de habitantes. Como se trata de una técnica y un método que
se desprende de las matemáticas, las encuestas se suponen exactas, pero son
aproximadas y si se hacen seriamente son acertadas. Pero corren el riesgo de
ser hechas por mercantilistas al servicio de una campaña o de un Gobierno. Ese
es el albur que se corre para desubicar a la población.
De
otro lado, Las protestas sociales si se miran los guarismos reportados en
cálculos de la gente que salió a la calle, o los videos y las fotografías de
las marchas y plantones, también son una muestra del total de la población
porque no toda la población nacional sale a las marchas o protestas. Miles de
inconformes se quedan en sus casas porque no pudieron llegar. Pero son una muestra
preocupante para los gobernantes porque es más difícil manipular la realidad de
las protestas que las cifras recolectadas en una encuesta. La gente que sale a
la protesta es de carne y hueso, no son figuras inflables aunque porten
Dummies. Hoy es cada vez más difícil y costoso trastear manifestantes. Aunque
continúe el trasteo de electores, son dos cosas distintas. En los países
desarrollados no hay trasteo de electores.
Por|
Alberto Ramos Garbiras.
Abogado
titulado de la Universidad Santiago de Cali (USC), con especialización en
Derecho Constitucional de la Universidad
Libre Seccional Cali; Magíster en Ciencia Política Universidad Javeriana, PhD,
Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED-
España).