Desde el 16 de diciembre se inició el cese al
fuego unilateral impartido por las FARC que durará un mes. El delegado Iván
Márquez advirtió que si se presentaren ataques de la fuerza pública, entonces
responderían. Ese mismo día murieron varios guerrilleros en una confrontación.
Entonces la fragilidad para sostener este no fuego unilateral se rompe en
cualquier momento. La otra flaqueza de la negociación está en los ataques
verbales de la ultraderecha al proceso, en los cuestionamientos al marco
jurídico para la Paz, en las trabas para llevar a cabo el referendo, en las
desobediencia internas de miembros de la cúpula militar por un lado y de otro
las actuaciones díscolas de algunos frentes guerrilleros, en la misma
destitución e inhabilidad de Petro que transmite un mensaje negativo a la
apertura de los espacios de participación política, etc.
El carro bomba plantado frente a la estación
de policía de Inzá (Cauca) el 7 de diciembre 2013 a las 5 a.m., indicó al menos
dos aspectos. 1) se trató de un acto de terrorismo local y selectivo, por la
ubicación del explosivo y la hora, para solo causar daño a la fuerza pública
(el contrincante en la guerra interna), como quiera que allí estaban
transitoriamente instaladas tropas de la Brigada-29 del ejército; pero la potencia
de la carga explosiva rebasó los cálculos y afectaron 40 civiles heridos, y 30
casas alrededor del sitio. 2) Este acto de terrorismo de produjo porque pese a
los diálogos de paz no existe el pacto de cese al fuego bilateral y en ese
momento no regía la especie de tregua navideña que se está ensayando. Por lo
tanto los ataques de ambas partes están en marcha pese a la declaración
unilateral porque dependen de la conducta de subalternos y no hay consenso de
cúpulas. Esto afecta el proceso de paz, al gobierno desgastado ante los
guerreristas a ultranza, afecta a la comunidad en general rural y urbana y a
las mismas FARC por la sensibilidad de la opinión pública.
De todo esto se puede inferir una
descoordinación entre algunos frentes guerrilleros, el Secretariado de las FARC
y los delegados en La Habana. Concretamente el Frente 6 con asiento en El
Cauca, puede estar en desconexión o en claros actos de indisciplina respecto a
la cúpula de esta guerrilla. O pudo ser un acto planeado para buscar el cese bilateral
del fuego. El acto de terrorismo local en Inzá es la constatación de la
crueldad del terrorismo, pero como quiera que es una forma combinada de lucha
en medio de la guerra irregular interna (por la desigualdad de unidades, de los
combates, de instalaciones, por la inhospitalidad de los sitios donde se
muevan…), entonces la guerrilla no abandona este procedimiento para poder
mostrar capacidad de ataque.
Los diálogos deben proseguir porque la fuerza
pública no ha podido vencerlos durante 50 años, la guerrilla tampoco se pudo
tomar el poder, la justicia no pudo procesarlos, el derecho no funciona y la
economía cada día esta peor generando gruesos contingentes de personas
indignadas que hacen parte de un precariado fragmentado.
Por: Alberto Ramos Garbiras.
Profesor de ciencia política, Universidad Libre.