Guerra Religiosa en Egipto |
El ataque armado a los acampados de Egipto desató una ola de violencia y la
declaratoria de un estado de excepción para reprimir como lo hizo Mubarack
durante treinta años. A sangre y fuego fueron desalojados. Ahora lo que se
presentará será una abierta guerra religiosa destruyendo templos y atacando
símbolos entre las iglesias egipcias, antesala de una guerra civil.
Los militares aprovecharon la situación presentada durante los primeros
meses del año 2013 por las deficiencias en los servicios de agua y electricidad
y la inconformidad creciente por el hostigamiento a las mujeres promovido
por la administración islamista. Los aspectos negativos del Gobierno
Morsi, cometidos en un año, lo vieron como la oportunidad para retomar el
poder y no intervinieron ara corregir. Si el ejército hacia parte de la
administración Morsi como gobierno civil, o como parte de la institucionalidad
estatal, debió intervenir oportunamente para equilibrar la administración,
conservar el orden público y no para protagonizar el golpe de Estado. A los
miembros del partido “Justicia y Libertad”, de los hermanos
musulmanes, les faltó tolerancia en el obrar administrativo durante el
año de ejercicio en el poder, y a los militares que lo derrocaron, también.
El problema no es ser musulmán ni islamista, el problema es ser intolerante,
sectario, radical y no pluralista. El otro problema es convertir las religiones
en partidos políticos. Y peor, manejar el Estado como una iglesia. Coranizar o
islamizar el aparato del estado es excluir a las otras religiones, a los
civiles y a los laicos, y de contera a los militares.
A los islamistas politizados les falta ética de la tolerancia. Y esa
es parte de la explicación del choque de civilizaciones. Y el problema de
los EEUU es el capitalismo engullidor operando en el contexto de la
globalización. Hacer un Estado p ara moldear una sociedad de acuerdo con el
Corán es como pretender que en un país de mayoría católica todos las personas
se tengan que comportar como lo describe la biblia y querer tener instituciones
extrapoladas de l a antigüedad. Lo que sucede en Siria también se explica con
el mismo argumento. Hay extremismos religiosos en varias iglesias y sectas. En
Irlanda han llevado una guerra religiosa medieval entre católicos y
protestantes. Los islamistas se pasan de la raya al ubicarse en un punto de no oír
al otro y descalificarlos como impíos por no creer en el Corán. Buscar el
funcionamiento del Estado que garantice la libertad religiosa, de cultos y las
libertades individuales es la solución.
Por: Alberto
Ramos Garbiras