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12 feb 2012

Guerra y Polvo Blanco


La coca y su rentabilidad explican la concentración de la mayoría de ataques en el suroccidente del país (Nariño, Cauca, Meta, Tolima y Putumayo), desde el año 2008 crecieron las áreas cultivadas  haciendo metástasis cada vez que se fumigaba y erradicaba.
Los paramilitares transformados en BACRIM operan en las mismas zonas: guerra continuada con la misma financiación: la venta del polvo blanco. Los daños también se reflejan en las microcuencas hidrográficas. 

Talan para despejar áreas de cultivo coquero produciendo aflojamiento de los suelos, deslaves y empalizadas que dañan las vías terciarias y la malla vial en general. De contera, alteran la potabilización de  los acueductos urbanos.

Los ataques terroristas ocurridos durante la última semana de enero y los tres primeros días de febrero 2012 en las ciudades de Tumaco, Villarrica, Pradera y Miranda, tuvieron amplia difusión en los medios de comunicación e impactaron a la opinión pública porque recientemente se estaba considerando un gesto de paz con la liberación unilateral de 6 militares. 

Aparentemente es un contrasentido y un exabrupto protagonizado por las FARC; pero desde la lógica de esa guerrilla, la impasividad del Gobierno para facilitar la logística de esas liberaciones y ante la remilitarización de ciertas zonas de combate, produce la lectura de negligencia y falta de motivación política para el diálogo. Como las FARC si están diezmadas militarmente pero no acabadas, entonces acuden al terrorismo para mostrar fortaleza y hacer cuestionar al Gobierno nacional porque no puede proteger a la población.

Estos ataques fueron concebidos bajo la forma del terrorismo selectivo (atacando puestos de policía), pero cayeron civiles transeúntes, comerciantes  y habitantes de las zonas aledañas, dañando más de trescientas viviendas. Son ocho ataques sonoros de las FARC desde comienzos del año 2012 (en Tame, Tibú, San Vicente del Caguán, Tumaco, Tambo, Cajamarca, Villarrica y Miranda), sin negarlo en ningún comunicado, y unas 160 acciones armadas en todo el territorio nacional. Entonces la estrategia se presume está centrada en hacer aflojar la presión militar en las zonas opuestas en donde se concentran los ataques. El terrorismo también se usa como método a fin de hacer presencia y no diluirse en medio del conflicto, máxime cuando se extiende la versión de la derrota del grupo insurgente que combina el terrorismo. Lo hacen para demostrar que no han perdido ventaja frente al ejército institucional y para ahorrarse los combates sin exponer guerrilleros rurales, pues los explosivos los colocan milicianos urbanos de células nuevas.

Por: Alberto Ramos Garbiras
 Catedrático de Ciencia Política