Muammar Al Gadafi amenazó con perpetrar atentados contra casas, oficinas y familias, en Europa si la OTAN no pone fin a los ataques aéreos contra el gobierno en Libia. “Ojo por ojo, diente por diente, niño por niño, familia por familia, casa por casa y sede por sede”, así será la respuesta de Trípoli a los países que desencadenaron la presente campaña militar contra el régimen, según Gaddafi. Señaló de traidores a los rebeldes y los responsabilizó de las dificultades actuales de Libia. Amenazó a Europa con retirarse de la alianza internacional contra el terrorismo.
Agregó que deben agradecerle su lucha contra Al Qaeda para que Libia continúe como un punto seguro en el norte de África y por haber estado conteniendo las oleadas de emigrantes de África hacia Europa. En otras palabras Europa le debe que haya disminuido la inmigración africana afectante del mercado laboral europeo y haber logrado reducir el ímpetu de Al Qaeda en los ataques a targets europeos. Dos insinuaciones que son falsas.
Ni Al Qaeda como red terrorista sería aliada de Gaddafi en esta empresa retaliativa y sangrienta porque no encaja en la lógica del terrorismo global, y eso que coincide con los mismos enemigos. Al Qaeda ejerce otro tipo de presiones, venganzas y reclamaciones; Gadafi lo haría por una venganza personal disfrazada de respuesta del pueblo. Los ataques de la OTAN tienen visos de legalidad internacional por una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU. En cambio los ataques de Gadafi se salen de toda normatividad y hasta de la tipología de las guerras conocidas hasta ahora. Amenaza veladamente con aliarse a la red de Al Qaeda pero al mismo tiempo los acusa de instigar a los rebeldes. Y amenaza salirse de la alianza en la lucha contra el terrorismo internacional.
En estas circunstancias se quedará solo contra Europa, de la cual venia siendo dentro de la ONU un gobernante “aliado”, luego de haber sido por años un díscolo. En síntesis su empresa de venganza es personal pero la está empastelando como respuesta institucional de un Estado que se siente agredido. El desconocimiento de las convenciones internacionales contra el genocidio, del proceso de formación del Derecho Internacional, de la conducción de las hostilidades, lo llevó a amenazar a los países europeos de la OTAN que colaboran en los bombardeos contra las fuerzas oficiales libias por cometer genocidios contra la población rebelde.
Las decisiones jurídicas como arma de combate son tan demoledoras como un misil. La orden de captura proferida por la Corte Penal Internacional lo perseguirá por todos los lugares donde se movilice, es un acoso permanente e implica la acción policial en todos los lugares. La orden del máximo tribunal desesperó más a Gaddafi. Ya no se trata de esconderse de los bombardeos de la OTAN dentro de Libia, ahora tendrá que esconderse en cualquier país donde se radique, como sucedió Slobodan Milosevic, por los crímenes de guerra y limpieza étnica en Kosovo; o a Ratko Mladic, por la masacre se Screbrenica impulsada por su grupo paramilitar los escorpiones, también Radovan Karadzic por el genocidio bosnio.
(*) Relator: Alberto Ramos Garbiras. Politólogo egresado de la Universidad Javeriana.