“La presencia norteamericana en bases militares de Colombia no solo ofende la dignidad de América Latina sino también la inteligencia”
En la quiteña Avenida Amazonas, a pocos pasos del hotel donde se aloja, encontramos como cualquier transeúnte en la noche del un domingo 9 de agosto a Eduardo Galeano (....).
Como siempre, Galeano responde a las preguntas con ironía y no poco humor, por eso es que sus reflexiones se salen de lo común. Como latinoamericanista consumado, el escritor uruguayo en diálogo con CRONICON.NET
Hace un peculiar análisis de la realidad sociopolítica de nuestro hemisferio.
Tiempo abierto de esperanza
¿Después de 200 años de la emancipación de América Latina, se puede hablar de una reconfiguración del sujeto político en esta región, habida cuenta los avances políticos que se traducen en gobiernos progresistas y de izquierda en varios países latinoamericanos?
Sí, hay un tiempo abierto de esperanza, una suerte de renacimiento que es digno de celebración en países que no han terminado de ser independientes, apenas si han empezado un poquito. La independencia es una tarea pendiente para casi toda América Latina.
¿Con toda la irrupción social que se viene dando a lo largo del hemisferio se puede señalar que hay una acentuación de la identidad cultural de América Latina?
Sí, yo creo que sí y eso pasa por cierto por las reformas constitucionales. A mí me ofendió la inteligencia, aparte de otras cosas que sentí, el horror de este golpe de Estado en Honduras que invocó como causa el pecado cometido por un Presidente que quiso consultar al pueblo sobre la posibilidad de reformar
Usted reivindica la figura del presidente Barack Obama por su condición racial, ¿pero el hecho de mantener o ampliar la presencia norteamericana mediante bases militares en América Latina, como está ocurriendo ahora en Colombia con la instalación de siete plataformas de control y espionaje, no desdice de las verdaderas intenciones de este mandatario del partido demócrata, y simplemente sigue al pie de la letra los planes expansionistas y de amenaza de una potencia hegemónica como Estados Unidos?
Lo que pasa es que Obama hasta ahora no ha definido muy bien que es lo que quiere hacer ni en relación con América Latina, las relaciones nuestras, tradicionalmente dudosas, ni en otros temas tampoco. En algunos espacios hay una voluntad de cambio expresa por ejemplo en lo que tiene que ver con el sistema de salud que es escandaloso en Estados Unidos, te rompes una pierna y pagás hasta el fin de tus días la deuda por ese accidente. Pero en otros espacios no, él continúa hablando de ‘nuestro liderazgo’, ‘nuestro estilo de vida’ en un lenguaje demasiado parecido al de los anteriores. A mí me parece muy positivo que un país tan racista como ese y con episodios de un racismo colosal, descomunal, escandaloso, ocurridos hace quince minutos en términos históricos tenga un presidente seminegro. En 1942, o sea medio siglo, nada, el Pentágono prohibió las transfusiones de sangre negra y ahí el director de
No se puede ser tan hipócrita
La reina británica que introdujo por todos los medios en el siglo XIX el opio a China a través de comerciantes de Inglaterra y Estados Unidos…
Sí, la celebérrima reina Victoria de Inglaterra impuso el opio en China a lo largo de dos guerras de treinta años, matando una cantidad inmensa de chinos, porque el imperio chino se negaba a aceptar esa sustancia dentro de sus fronteras que estaba prohibida. Y el opio es el papá de la heroína y de la morfina, justamente. Entonces a los chinos les costó todo, porque China era una gran potencia que podía haber competido con Inglaterra en los comienzos de la revolución industrial, era el taller del mundo, y la guerra del opio los arrasó, los convirtió en una piltrafa, de ahí entraron los japoneses como perico por su casa, en quince minutos. Victoria era una reina narcotraficante y los Estados Unidos que tanto usan la droga como coartada para justificar sus invasiones militares, porque de eso se trata, son dignos herederos de esa fea tradición. A mí me parece que es hora que nos despertemos un poquito, que no se puede ser tan hipócrita. Si van a ser hipócritas que lo sean con más cuidado. En América Latina tenemos buenos profesores de hipocresía, si quieren podemos en un convenio de ayuda tecnológica mutua prestarles algunos hipócritas propios.
Hace nueve años exactamente, usted le dijo en una entrevista en Bogotá concedida a este reportero la siguiente frase: “Dios guarde a Colombia del Plan Colombia”. ¿Cuál es ahora su reflexión respecto de este país andino que enfrenta un gobierno autoritario entregado a los intereses de los Estados Unidos, con una alarmante situación de violación de derechos humanos y con un conflicto interno que lo sigue desangrando?
Además con problemas gravísimos que se han ido agudizando con el paso del tiempo. Yo no sé, te digo, no soy quien para darle consejos a Colombia ni a los colombianos, además siempre estuve contra esa mala costumbre de algunos que se sienten en condiciones de decir qué es lo que cada país tiene que hacer. Yo nunca cometí ese imperdonable pecado y no lo voy a cometer ahora con Colombia, solo puede decir que ojalá los colombianos encuentren su camino, ojalá lo encuentren, nadie se lo pueden imponer desde afuera, ni por la izquierda, ni por la derecha, ni por el centro, ni por nada, serán los colombianos quienes lo encontrarán. Y yo lo que puedo es decir que doy testimonio. Si hay un tribunal mundial que alguna vez va a juzgar a Colombia por lo que de Colombia se dice: país violento, narcotraficante, condenado a violencia perpetua, yo voy a dar testimonio de que no, de que ese es un país cariñoso, alegre y que merece mejor destino.
Reivindicando memoria de Raúl Sendic
Hace muchos años, siquiera unas cuatro décadas, había un personaje en Montevideo que se reunía con un joven dibujante llamado Eduardo Hughes Galeano con el propósito de darle ideas para la elaboración de sus caricaturas, llamado Raúl Sendic, el inspirador del Frente Amplio del Uruguay…
Y jefe guerrillero de los Tupamaros, aunque en aquella época todavía no lo era. Es verdad, cuando yo era un niño, casi de catorce años, y empecé a dibujar caricaturas, él se sentaba a mirar y me daba ideas, era un hombre bastante mayor que yo, con cierta experiencia, y todavía no era lo que después fue: el fundador, organizador y jefe de los Tupamaros. Recuerdo que le dijo a don Emilio Frugoni que por entonces era el jefe del Partido Socialista y director del semanario donde yo publicaba unas caricaturas tempranas, señalándome: “Este va a ser o presidente o gran delincuente”. Fue una buena profecía y terminé siendo gran delincuente… (Risas).
¿El hecho de que hoy el Frente Amplio esté gobernando el Uruguay y que un ex guerrillero como Pepe Mujica tenga posibilidades de ganar las elecciones presidenciales constituye una reivindicación a la memoria de Sendic?
Sí, y de todos los que participaron en una lucha muy larga para romper el monopolio de dos, el bipolio ejercido por el Partido Colorado y el Partido Nacional durante casi toda la vida independiente del país. El Frente Amplio irrumpe hace muy poquito en el escenario político nacional y me parece muy positivo que esté gobernando ahora, aparte de que yo no coincido con todo lo que se hace y además creo que no se hace todo lo que se debería hacer. Pero eso no tiene nada que ver porque al fin y al cabo la victoria del Frente Amplio fue también una victoria de la diversidad política que yo creo que es la base de la democracia. En el Frente coexisten muchos partidos y movimientos diferentes, unidos por supuesto en una causa común pero con sus diversidades y diferencias, y yo las reivindico, para mí eso es fundamental.
¿Qué representa para usted como uruguayo el hecho de que un dirigente emblemático de la izquierda como Pepe Mujica, ex guerrillero tupamaro, tenga amplias posibilidades de llegar a
Con algún chance, no va a ser es fácil, vamos a ver qué pasa, pero creo que es un proceso de recuperación, la gente se reconoce justamente en el Pepe Mujica porque es radicalmente diferente de los políticos nuestros tradicionales, en su lenguaje, hasta en su aspecto y todo, por más que él ha tratado de vestirse de fino caballero no le sale bien, y expresa muy bien una necesidad y una voluntad popular de cambio. Creo que sería bueno que él llegara a
Baldositas de colores para armar mosaicos
¿Tras sus reputados libros Las venas abiertas de América Latina publicado en 1970, y Espejos, editado en 2008, que relatan historias de la infamia, el primero sobre nuestro continente y el otro de buena parte del mundo, hay espacio para seguir creyendo en la utopía?
Espejos lo que hace es recuperar la historia universal en todas sus dimensiones, en sus horrores pero también en sus fiestas, es muy diferente a Las venas abiertas de América Latina, que fue el comienzo de un camino. Las venas abiertas es un ensayo casi de economía política, escrito en un lenguaje no muy tradicional en el género, por eso perdió el concurso de Casa de las Américas, porque el jurado no lo considero serio. Era una época en que la izquierda solo creía que lo serio era lo aburrido, y como el libro no era aburrido, no era serio, pero es un libro muy concentrado en la historia política económica y en las barbaridades que esa historia implicó para nosotros, como nos deformó y nos estranguló. En cambio, Espejos, intenta asomarse al mundo entero recogiendo todo, las noches y los días, las luces y las sombras, son todas historias muy cortitas, y hay una diferencia también de estilo, Las venas abiertas tiene una estructura tradicional, y a partir de ahí yo intenté encontrar un lenguaje mío, propio, que es el del relato corto, baldositas de colores para armar los grandes mosaicos, un estilo como el de los muralistas, y cada relato es una pequeña baldosita que incorpora un color, y uno de los últimos relatos de Espejos evoca un recuerdo de infancia mío que es verdadero y es que cuando yo era chiquito creía que todo lo que se perdía en la tierra iba a parar en la luna, estaba convencido de eso y me sorprendió cuando llegaron los astronautas a la luna porque no encontraron ni promesas traicionadas, ni ilusiones perdidas, ni esperanzas rotas, y entonces yo me pregunté: ¿si no están en la luna, dónde están? ¿No será que están aquí en la tierra, esperándonos?