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25 ene 2010

"EL Libertador"



Alberto Ramos G.

El pasado 17 de diciembre se cumplieron 178 años de la muerte del fundador del Estado colombiano. Recordemos que la nula libertad de prensa fue una de las taras más pesadas para que despegara la guerra de independencia en los territorios de la Nueva Granada porque no había un canal de difusión de las ideas antimonárquicas; en los EEUU si se propalaron más fácilmente y ello aceleró la lucha independentista respecto a Inglaterra. Sin libertad de prensa la educación también sufría un obstáculo inmenso al no existir canales de información. La lectura de textos extranjeros, sobre todo los autores contractualistas, no era de fácil acceso, pues no circulaban traducciones del francés, sólo quienes hablaban el idioma y leían en directo pudieron conocer esa corriente filosófica a tiempo que, alimentó las ideas libertarias. Tampoco conocían el pensamiento de los federalistas, padres fundadores de la nación norteamericana. A manera de ejemplo la publicación de Thomas Paine, “El sentido Común”, se hizo en 1776 y en la Nueva Granada apenas se conoció en 1811, con 31 años de diferencia.

El tesón y empeño libertario de Bolívar estuvo marcado y forjado por el antecedente de las revoluciones burguesas, por la influencia de los teóricos contractualistas que facilitaron la desmitificación de la soberanía de origen divino y proveyeron de nuevos conceptos a la literatura política; por los procesos independentistas desde México hasta Argentina que se acumularon en los Virreinatos hispanoamericanos desde 1809 a raíz de la invasión napoleónica a la península ibérica; todo ello sumado a las lecturas bien asimiladas que Bolívar había realizado sobre los textos de pensadores como Rousseau, Montesquieu, Constant, Adams, Volney, Carnot y Sismondi.

El Bolívar guerrero es anterior al Bolívar constitucionalista, pero esta faceta la apreciamos en retrospectiva como estadista, el constitucionalismo que asimiló le dio el molde de estadista, pudiendo así transplantar instituciones y encontrar un modelo de Estado. Su empecinamiento en la libertad de los habitantes de la Colonia española lo sumerge en el ámbito de los Derechos Humanos, esta es además, la raíz del constitucionalismo