Por: Alberto Ramos Garbiras (*).
El Socialismo del Siglo XXI es una corriente de pensamiento que en Latinoamérica tiene varios presidentes afectos a este propósito económico y político. Rafael Correa en Ecuador acaba de ganar otras elecciones que le preemitirá permanecer más tiempo en el cargo y él es otro adalid de esta corriente política, mezcla de varias formas de pensamiento progresista. En Colombia cuenta con muchos simpatizantes el proyecto socialista Bolivariano, de Chávez que, también es otro ingrediente de esa corriente, mezcla de socialismo, humanismo, socialdemocracia, democracia participativa, y marxismo; sus bases de apoyo son los movimientos sociales y los líderes progresistas. Sorprende que el mayor partido de izquierda, el Polo Democrático Alternativo, una coalición de fuerzas de izquierda, no se encuentre totalmente afiliado al proyecto, las disensiones internas en el Polo Democrático, lo evidencian.
Chávez y otros mandatarios están inscritos en el proyecto Socialismo del Siglo XXI, una tendencia transformadora no violenta que promueve la democracia participativa. La defensa de las fronteras y del territorio es prioritaria porque temen una penetración extranjera que dé al traste con los avances sociales en el campo. Los promotores de esta corriente exponen que es un movimiento a favor de la civilización postcapitalista para vencer a las élites que han secuestrado a la democracia real y la economía solidaria.
El sociólogo Francois Houtart, refiriéndose al carácter especulativo y acumulador del sistema capitalista, dijo, para poner a funcionar el socialismo del siglo XXI, se debe extender la conciencia de que es imposible humanizar el capitalismo, porque la hegemonía global del capitalismo, en su forma neoliberal, permitió universalizar la subordinación del trabajo al capital. Por esta razón el proyecto nuevo debe empezar por una deslegitimación clara y radical del capitalismo. Queremos vivir en una sociedad humana de cooperación y paz. Ya eso significa que no queremos vivir en un mundo de pura competitividad y agresión. Y citando a Karl Polanyi, concluye que es necesario reinsertar la economía en la sociedad.
(*) Profesor investigador de