Por: Alberto Ramos Garbiras. (*)
La Constitución que redactó el Libertador para
el naciente Estado de Bolivia en 1826 se aplicó en el Perú, y calculó Simón
Bolívar que debería también adaptarse en La Gran Colombia (Venezuela, Colombia
y Ecuador), con la idea de conformar una confederación de naciones regidas por
la misma Carta Magna con 5 vicepresidencias y una presidencia vitalicia, pero
no hereditaria. Propuesta que le surgió al calcular los peligros que corrían
los 5 territorios liberados del yugo español y que sin unidad podrían
disolverse por la retoma que llegaren a alcanzar los españoles o por las
rencillas de los caudillos regionales que alentaran la separación en virtud a
los nacionalismos despertados, o los apetitos de poder agenciados por
camarillas de aduladores que rodeaban a los líderes de la independencia.
No fue
el napoleonismo que lo devoró como han dicho los críticos de esta propuesta,
para rebatir este señalamiento se puede indicar que la presidencia de La Gran
Colombia no la ejerció desde1822, se la dejó a Francisco de Paula Santander,
para continuar la guerra a fin de expulsar a los invasores españoles que
estaban aún en Ecuador y en el Perú. Cuando culminó el trabajo militar que
inició el General San Martín, que terminó el Protectorado, la dirección militar
de Bolívar triunfó en Junín y Ayacucho con la ayuda de Antonio José de Sucre, y
valientes soldados; procedió a rechazar títulos ostentosos que pretendieron
darle, similares a monarca o emperador; cuando triunfo en el alto Perú y fundó
Bolivia, le entregó la presidencia a Sucre. Desde Angostura propuso una
presidencia republicana normal para reemplazar las instituciones monárquicas,
precisamente.
La insistencia de aplicar la constitución de
Bolivia deviene de las condiciones de ingobernabilidad que estaban tomando los
estados liberados que no supieron desarrollar las instituciones republicanas
que él impulsó. Los sucesos entre 1827 y 1830(conspiraciones, corrupción,
secesionistas, caos en la legislación, desatención de la población, élites
discriminadoras, desprecio por los afrodescendientes, los indígenas y los
campesinos…), reseñados por los biógrafos, le dan la razón a Bolívar sobre lo
que pretendía en ese momento. La Constitución de Bolivia fue pensada para un
momento de excepción con el objeto de resolver una crisis en desarrollo y para
contener un proyecto multinacional confederativo, a la par que impulsaba la
Liga de las Naciones con el Congreso Anfictiónico de Panamá (una especie de OEA
para encausar la política exterior de las naciones latinoamericanas recién
liberadas).
La
Constitución de Bolivia contemplaba un gobierno fuerte, pero contenía los
mismos frenos al poder desbordado, y creó una cuarta rama del poder, la rama
electoral. Como lo expone el biógrafo John Lynch, “La nueva Constitución preservaba la división de poderes clásica
(legislativo, ejecutivo y judicial) y añadía uno más, el electoral, que
permitía a los grupos de ciudadanos de cada provincia nombrar electores que
formaban colegios encargados de elegir representantes y nombrar a los alcaldes
y los jueces. El poder legislativo se dividía en tres órganos compuestos por
tribunos, senadores y censores, todos ellos elegidos por voto popular. Los
Tribunos se encargaban de iniciar las leyes relativas a las cuestiones
financieras y a las principales cuestiones políticas; los Senadores eran los
guardianes de la Ley y se ocupaban de los reglamentos eclesiásticos; los
Censores eran los responsables de la preservación de las libertades civiles, la
cultura y la Constitución (con lo que resucitaba su anterior y problemática
idea de un poder moral)”.(1)
El Libertador desde que escribió la Carta de
Jamaica, estampó su visión geopolítica que debería tener la guerra de
independencia. En 1815 la geopolítica no existía como disciplina de la ciencia
política, y esta como ciencia autónoma pero relacionada con las ciencias
sociales, tampoco existía. O sea, Bolívar fue un adelantado futurista en el
ámbito de las relaciones internacionales. Ambas, la ciencia política y la
geopolítica nacieron a finales del siglo XIX, se adelantó 70 años a la
conformación de estas. Seguramente sus lecturas sobre Voltaire, Rousseau,
Montesquieu, Condillac, D Alembert, Lalande, Mably, Rollin, Helvetius, Locke,
Fergusson; los autores griegos, los romanos, etc, le permitió formarse
criterios y asimilar conceptos que procesó y adaptó a su época para resolver el
enfrentamiento con un imperio y concebir la formación de un Estado republicano
de gran tamaño. Se formó una visión continental de la independencia, de un
subcontinente (América Latina), oprimido durante casi 300 años por los miembros
de un país que pertenecía a otro continente (Europa), y desde allá se volvieron
potencia a expensas de los territorios dominados en medio de la sociedad feudal
mercantilista.
Esa misma visión futurista con el componente
geopolítico la permitió prevenirse ante los EEUU para enfrentarlo por lo que él
barruntaba tendrían intentos de absorbernos a pesar de que eran un Estado
naciente. Al comienzo pensó que sería apoyado por haber surgido los EEUU
también de una guerra de independencia; trató de lograr la ayuda o cooperación
para enfrentar a los españoles en 1818 y 1819, pero no encontró respuestas
positivas, ejecutaron actos contrarios a la neutralidad y toleraron la venta de
armas a los españoles y fue denostado por periodistas de ese país. Lo atacaron
al burlarse de la liberación de La Florida que había estado en manos de los
españoles, una negociación turbia con compra simulada le permitió a los norteamericanos
desconocer es independencia; no reconocieron el nacimiento de La Gran Colombia
con la ley de Angostura; las relaciones con James Monroe fueron hoscas; por eso
no quería invitarlos al Congreso Anfictiónico de Panamá en 1826; y muchas otras
trabas que se narran en las biografías sobre Bolívar.
Terminada el viernes 20 de diciembre de 2019 la
presentación de la serie Bolívar producción de Netflix, que el canal Caracol
programó a las 9 pm con 60 capítulos que los colombianos acogieron para conocer pasajes de la historia de
Colombia, los tres últimos capítulos destacan la incomprensión de muchos
contemporáneos sobre el proyecto continental y de una presidencia fuerte que
Simón Bolívar comenzó a diseñar desde 1826 para evitar la disolución o desbaratamiento
de la gran República que el concibió, previendo que la derrota de los españoles
debía reafirmarse con un Estado grande y fuerte para no ser retomado nuestro
territorio como había ocurrido en 1815 cuando se produjo la reconquista y el
extermino que trajo Pablo Morillo con 12.000 militares para someter a los
patriotas de la primera fase de la guerra de independencia (1810- 1815). Un
rumor difundido con perfidia extendió la versión de querer Simón Bolívar
convertirse en dictador. Voy a intentar explicar por qué no fue Bolívar un
Dictador como se entiende la palabra hoy.
El
Libertador Bolívar a partir de la guerra de independencia y luego con el diseño
constitucional logró fundar un enorme Estado llamado en los libros de historia,
La Gran Colombia, fundado por partes. Liberó la Nueva Granada (hoy Colombia),
con las Batallas de Gámeza, Pantano de Vargas y Boyacá (1819); luego Venezuela
con la batalla de Carabobo (1821), y después liberó a Ecuador con las batallas
de Bomboná (en Consacá para poder entra al Ecuador) y Pichincha (1822);
extendió las instituciones definidas en la Constitución de Angostura (1819)
aplicadas en considerable medida a la Constitución de Cúcuta (1821), y durante
su vigencia aplicó algunas normas homologándolas con sobresaltos en el Perú, durante
los años 1824 hasta 1825, luego redondea y ajusta las instituciones en la
Constitución de Bolivia (1826) que buscó convalidar en el Perú y posteriormente
en la Gran Colombia con la más cuestionada figura de la presidencia vitalicia
para poder controlar los 5 estados, por ello propuso un plebiscito que
permitiera la unión confederativa de los 5 Estados, con el fin de bloquear
definitivamente a los españoles ya derrotados pero con deseos de regresar.
La guerra espaciada que Bolívar sostuvo desde
1811 hasta 1824, y luego en el Alto Perú, derrotando a Pedro Antonio Olañeta,
para fundar Bolivia, esta guerra espaciada nos permite afirmar a la manera de
Norberto Bobbio que, llevó a cabo la guerra como fuente del derecho, creía que
esa guerra era justa o necesaria para lograr independizarnos de 300 años de
sometimiento y vejámenes. Colombia nació de una guerra de liberación y para
ensanchar o ampliar el Estado grande que él deseaba, lo hizo con una guerra
subcontinental, y para sostener ese Estado en crecimiento necesitaba del uso de
la fuerza pública, con el ejército guerrillero que organizó, lo llevó a
ejército patriota y al gobernar lo convirtió en ejército institucional, o
Fuerza Pública estatal, ejército al que él consideraba en verdadero fundador
del Estado. Al hacer actuar la Fuerza Pública con medidas fuertes para evitar
el desorden, buscaba conservar la unión de las 5 regiones, hoy 6 estados (con
Panamá), para evitar la secesión o separación, como en efecto se empezó a dar y
se consumó después de su muerte.
Estos
fueron algunos de los tropiezos y dificultades que se le presentaron a Bolívar
para terminar de construir el Estado grande que fundó. Todo se hundió en la
posguerra colonial (después de derrotar a los españoles), en medio de la
implementación. El Libertador Bolívar al querer mantener despejado de españoles
el territorio liberado, endureció las medidas para conservar el territorio, a
la vez que sin españoles en la escena, los “liderazgos” de oportunistas o
ambiciosos para querer gobernar cada Estado liberado (Venezuela, Colombia,
Ecuador, Perú y Bolivia), se destaparon las ansias de poder regional, y
emprendieron un forcejeo que terminó en disolución. Todo se enrevesó con
alegatos “legales”, constitucionales y embriones partidistas.
En
efecto, para frenar las conspiraciones internas tenía Bolívar que tomar
determinaciones drásticas como el fusilamiento de los autores del atentado
septembrino, etc. Y los que no entendieron la actitud de Bolívar posteriormente
lo vieron, equivocadamente como el fundador del partido conservador. Los grupos
regionales del poder, sus anteriores colaboradores en la guerra de
independencia, se volvieron jefes de fracción y facciosos, para asumir el poder
cada uno (Páez, Mariño, Peña, Santander, Juan José Flórez, Bustamante, La
Mar...), desarticulando el Estado Grande o subcontinental que Bolívar forjó.
Capítulo aparte es el tema de Los criollos, mestizos y nativos colaboradores
con las autoridades españolas, entreguistas o colaboracionistas que actuaron
como realistas, cientos de pastosos, ecuatorianos y peruanos, pusilánimes y
erráticos; esos una vez se vence y expulsan a los españoles, se convierten en
insidiosos ( como Camacho, Saldarriaga y otros...), y con intrigas, chismes y
mal interpretaciones pérfidas, retorcieron a personajes que lo acompañaron en
la campaña libertadora y fueron sus
amigos con los que concibió el proyecto independentista, como el General
Santander o el General Páez, entre otros.
Sobre la
presidencia vitalicia, trato de ubicar el contexto más amplio que le
correspondió actuar a Bolívar porque él pensó que era la forma de evitar la
desagregación y fortalecer el subcontinente. Un Republicano que no declinó el
nuevo sistema mientras que San Martín y O Higgins querían una Monarquía constitucional
con un príncipe Inglés, para el resto de la Región subcontinental. Bolívar una
vez concluyó de vencer a los españoles en El Alto Perú, procedió a fundar
Bolivia, o sea se inició la etapa del postconflicto o posguerra colonial, debiendo
reconvertir el Estado colonial en Estado Republicano, pero dentro de un Estado
inmenso que necesitaba no solo el cambio de normas monárquicas por normas
Republicanas, requería además la implementación de un sistema político nuevo,
encontrándose con los apetitos de caudillos que querían regionalizar el poder
para sí, para grupos con apetitos personalistas sin visión amplia.
(1) Lynch John. “Simón Bolívar”. Editorial Crítica,
Barcelona, serie mayor. Barcelona, España, 2008.
(*) Magíster en Ciencia Política (Universidad
Javeriana); PhD en Derecho con énfasis en Política Latinoamericana, Universidad
Nacional de Madrid (UNED- España); profesor de derecho internacional en la
Universidad Libre.