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1 jun 2019

La democracia afectada


La primacía del neoliberalismo como modelo económico en Europa y su funcionamiento en América Latina ha afectado a las poblaciones desde los estratos medios hasta abajo por las carencias e impotencias ante la falta de ingresos, capitales y réditos, estas poblaciones solo tienen ingresos de subsistencia, y los de peor situación, recursos míseros, otros en la pauperización o en la indigencia.

 Entonces los segmentos de población desamparados nada encuentran en el funcionamiento de la Democracia formal que sostiene el sistema con la marcha de las instituciones; todo este entramado se convierte en un vivero donde afloran populistas de derecha y populistas de izquierda, se presentan como redentores para salvar de esa situación a las inmensas capas de población afectadas por el neoliberalismo que ha astillado la Democracia formal.

 Los populistas surgen para increpar a los partidos y tratar de hace reformas al aparato del Estado incapaz de satisfacer las demandas de clases y sectores sociales. El neoliberalismo pasó a ser el desbaratador de la Democracia. El problema está en el sistema económico que afecta al sistema político. Estas sociedades necesitan cambios en los dos sistemas que han alterado la Democracia. Los votantes reflexionan y se apartan de los partidos políticos que no les resuelven los problemas o sus demandas. Estos miles de personas son los votos cautivos de los populistas.

 El  investigador francés Ranciere, en su libro “El descuerdo, política y filosofía”, define al pueblo como un sujeto político que se ubica en una brecha. De un lado pueblo como un todo de la comunidad, por ejemplo, el pueblo argentino, y de otro lado, una parte de la comunidad, la marginal, los miserables. Por eso toda comunidad política nacional, es una comunidad escindida. De esta forma se pretende descalificar a los populistas desde que aparecen para subvalorarlos. Y esto no es cierto presentado de esa manera esquemática. Por eso hay que evaluar las diferentes formas del populismo.

Como lo expresa Ricardo Sánchez Ángel, en el prólogo a mi libro "Partidos políticos y populismo", los factores que alteran y trancan el funcionamiento de las democracias son: la corrupción, la violencia y las guerras. La democracia, tal como la vivimos hoy en día, es principalmente la expresión de intereses creados en contravía de las expectativas generales de la ciudadanía del común. Esos intereses creados por las élites de los gremios, y de los partidos políticos que, actúan en contubernio, y con correas de transmisión, se apoderan del aparato estatal para manipularlo. Una opción de la población irredenta es ensayar nuevos gobernantes, surgen los populistas de izquierda y derecha, unos otorgan movilidad social transitoria y otros extreman las “soluciones”, alterando la institucionalidad y la carta de derechos constitucionales.

Ricardo Sánchez hace una observación y  disección de la Democracia y sus malformaciones, desde que se inicia la época de la segunda postguerra mundial hasta hoy (1945-2019); precisamente la devastación de Europa hizo repensar la institucionalidad mundial y se creó la ONU como organismo multilateral, desde allí se podría evitar una tercera guerra mundial y monitorear las democracias para hacer cumplir las cartas de derechos de las tres generaciones, las dos en funcionamiento (derechos humanos y derechos sociales), y los nacientes de tercera generación: los derechos colectivos y del medio ambiente. Avanzaron los partidos socialdemócratas para proporcionar bienestar social y ejercer una tercera opción en los sistemas políticos en medio de la bipolaridad que surgió de los tratados de Postman y Yalta, dos sistemas económico-políticos para engrosar áreas mundiales de influencia: Capitalismo y socialismo.

El Estado del Bienestar configurado constitucionalmente por la dinámica socialdemócrata funcionó para calmar, atenuar y mejorar la condición de vida en muchos países, pero la irrupción del neoliberalismo desde los años 80s hasta animar la globalización de la economía en los años 90s y remarcarla, hizo diluir las políticas públicas benefactores de los programas sociales, desmontados gradualmente, dejando la economía en manos de la competencia de los capitales privados que absolvieron también los servicios públicos, hasta pauperizar a ciclópeas capas de población, aumentando la pauperización, y se conformó al precariado.

El Capitalismo se enseñoreó después de la caída del muro de Berlín acompasado por el unilateralismo ante el hegemón norteamericano, insuflando las bases del neoliberalismo. Pero desde el vientre de la guerra fría se venía de un lado frenando los procesos de liberación en los países que querían evolucionar hacia formas de Estado sin los amarres del capitalismo. Las guerras de intervención o de baja intensidad, la represión militar a las revueltas sociales, las dictaduras satelitales que fortalecían el sistema capitalista, la corrupción e incompetencia de esos militares y otros factores impidieron la renovación democrática. El freno de estas revueltas en todos los países donde no prosperó el cambio social hizo que se comprimieran las instituciones de la Democracia.

Quedó la Democracia en manos de los anti-reformadores apareciendo las castas de corruptos que se apoderaron de la dirección de los gobiernos hasta generar las reacciones multitudinarias bajo la forma de protestas sociales reclamando la ampliación de la Democracia, y en medio las crisis solicitaban el relevo de las dirigentes apuntalados en los partidos políticos tradicionales o anquilosados, negados a las transformaciones, esa es una de las razones para que cíclicamente aparezcan los populistas con diferentes ropajes: pero cada forma de populismo debe ser evaluada para comprenderla. Después de comparar varios casos de populismo en diferentes países uno concluye que el populismo no es permanente, más sin embargo, la duración de los populistas en el poder varía dependiendo de la correlación de las fuerzas sociales y los factores económicos de ese Estado. En varios casos, el populismo es necesario para la transición de determinado país, por alguna de las siguientes razones: A) Sin su presencia no habría renovación o corrección para esa coyuntura política. B) Sin su aparecimiento e instalación se habría producido un golpe de Estado. C) Sin su eclosión la crisis que le dio se paso habría podido generar una guerra civil o una revolución generalizada. D). sin su operación no se habrían reformado las instituciones para ampliar la Democracia.

Si la Democracia llegara a un punto de buen funcionamiento y manejo del Estado como aparato político de toda la nación, no habría violencia insurreccional, ni pobreza, ni ciudadanías ninguneadas; habría controles efectivos de las ramas del poder público, operaría la oposición, la justicia, respeto y cumplimiento de los derechos humanos, cumplimiento con los derechos sociales, culturales y económicos y servicios públicos satisfactorios. El neoliberalismo rapaz desvertebró las democracias y angustió a las poblaciones que hoy vemos en muchos países en revueltas tribales, en éxodos transnacionales, protestas recurrentes sin partidos políticos que les garanticen la subsistencia.

Por: Alberto Ramos Garbiras. Abogado de la USC, con especialización en Derecho Constitucional de  la Universidad Libre Seccional Cali; Magíster en Ciencia Política (Universidad Javeriana); Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España); profesor de derecho internacional en la Universidad Libre.