Para el semanario Caja de Herramientas (www.viva.org.co),
escribí en abril 6 de 2018(edición número 0582) que, el centrismo se presenta
como una opción moderada de hacer política, como los portadores del consenso y
de soluciones pactadas. Su inserción en el respeto a la institucionalidad hace
a los centristas adoptar actitudes reformistas, contemporizadoras y poco
conformacionales. De esta manera los militantes de izquierda ven a los
centristas como tibios, indecisos y pancistas: querer estar bien con todos. El
centrismo lleva a una mixtura ideológica entre la socialdemocracia, la tercera
vía, un populismo recatado y la incorporación de criterios liberales que no
rompan con las tradiciones. Los partidos de centro se alimentan de políticas
progresistas, moderadas y dentro de los mecanismos de participación
establecidos convocan a las acciones menos riesgosas para sus socios en el
poder.
La Alianza Verde es otra agrupación variopinta
con militantes de centro-centro, de
centro izquierda y trashumantes de otros partidos en disolución que,
viene actuando como partido político desde el año 2010 y no ha podido exhibir
el discurso verde, atomizados por infiltrados de otras formaciones que no
tienen pertenencia real al Partido Verde; y Compromiso Ciudadano, la otra
vertiente de Coalición Colombia, es un movimiento personalista de centro
derecha que ha apoyado a Sergio Fajardo
en sus postulaciones como Alcalde de Medellín y Gobernador de Antioquia; este en varias ocasiones ha
coqueteado con el Partido Verde, pero nunca se ha comprometido de lleno. La
falta de realidad política respecto al momento histórico que vive Colombia les
ha impedido armar una verdadera Coalición Colombia que acerque a todos los
sectores del centrismo, de la izquierda y a los independientes excluidos de
otras confrontaciones electorales. Si lo hubieran hecho habrían obtenido la
presidencia de la República en junio 2018.
Los
centristas tratan de caracterizarse actuando con posturas moderadas, por no
correr riesgos respecto a la movilidad social lograda, o ante los intereses
económicos que han alcanzado. Los centristas de derecha alimentan el discurso
político tomando ideas de varias ideologías, se inspiran en temas de ambos
lados (derecha e izquierda) atemperando o modulando las temáticas; son
descubiertos por los observadores y analistas debido el oportunismo que
destilan; la radiografía final es la de: políticos mutantes.
Sergio Fajardo tuvo la oportunidad de llegar al
poder (como presidente, o vicepresidente o ministro), en las elecciones 2018 de
dos formas:1). Ampliando la Coalición Colombia con movimientos sociales y
sectores sociales, pero se quedó solo con la Alianza Verde y una parte del Polo
Democrático; desde la jefatura del liberalismo amarraron a Humberto de La Calle
y César Gaviria no le dejó hacer la integración a esa Coalición; 2). Aceptando
la invitación que le hizo Gustavo Petro para construir una gran confluencia con
la Colombia Humana, desperdició por indecisión, ambigüedad e incoherencia la
oportunidad de ser el protagonista principal de ese calendario electoral.
Después de haber anunciado su retiro de la
aspiración presidencial, Fajardo ahora aparece activo para las elecciones
departamentales y municipales comenzando a coquetear con candidatos a las
alcaldías de las grandes capitales y acercamientos con candidatos a las
gobernaciones de cara a las elecciones de octubre 2019. En el caso de Cali
Fajardo decidió respaldar a Alejandro Eder que no es del centro político, no ha
sido del partido Verde, ni afecto o cercano a la militancia Compromiso
Ciudadano; con la excusa o el ardid de que Alejandro Eder asumirá y aplicará
todo el programa de gobierno de Fajardo ; una incoherencia visible porque un
programa nacional no calza totalmente en un gobierno municipal; ni siquiera
Gaviria lo hizo al recibir la candidatura de Galán en el cementerio, abortó
luego los principios del nuevo Liberalismo.
Incoherencia porque Eder es un derechista que
ni siquiera es ambientalista que para la elección presidencial no apoyó
abiertamente a Fajardo, por una razón que todos conocen, integró parte del
gobierno de Santos y este tenía dos candidatos, Vargas Lleras y De la Calle,
entonces jugó a no mostrarse. Incoherente porque apoya a un cañicultor y
abandona a quien representa la coherencia, la lucha por la sostenibilidad, la
juventud y la reciprocidad política que representa Michel Maya, fundador del
partido verde en el Valle y aliado de Fajardo en diferentes momentos del
trasegar político.
Incoherencia porque dentro de los 13 temas
ambientales del programa de Fajardo enunciados se encuentran estos aspectos:
lucha contra la deforestación, conservación de la biodiversidad, protección de
humedales, manejo integral de cuencas hidrográficas, conservación de
ecosistemas, de áreas protegidas, reducción de gases de efecto invernadero,
impulso a la agricultura… pero la familia del candidato y sus negocios
representan todo lo contrario.
Alejandro Eder es hijo de un empresario de la
caña de azúcar, Henry Eder, quien ha manejado la CVC como Director en dos
ocasiones, luego en cuerpo ajeno varios periodos a través de Oscar Mazuera, y
desde 1991 como Delegado de todos los Presidentes de la República ante el
Consejo Directivo, todos esos calambures hacen que haya logrado tener
incidencia sobre los directores de la Corporación Autónoma Regional por casi 40
años; para citar dos períodos cercanos, los últimos 7 años ha domeñado y manejado
a los directores recientes, Oscar Campo y Rubén Darío Materón, quienes con
abyección han tolerado los impactos negativos del monocultivo de la caña de
azúcar sobre el territorio plano del Valle y sus planicies, y han hecho lo que
determina Henry Eder, no controlan a los ingenios y por lo tanto han permitido
el daño a los suelos, las aguas y los humedales del Valle geográfico: La
familia Eder son depredadores del territorio plano del valle, y otros ingenios,
con la quema del follaje de la caña de azúcar, la requema, las fumigaciones con
glifosato . En el Valle del Cauca por fuera del glifosato se viene presentando la inadecuada
aplicación y aspersión aérea de pesticidas órganofosforados, en el sector
agrícola con vuelos desde aviones livianos que, de manera anti técnica afectan
cultivos vecinos y aledaños, madurándolos prematuramente, o descomponiendo sus
frutos; la desviación de las aguas superficiales para el riego agrícola, con
trinchos y acequias clandestinas, el uso de las aguas subterráneas sin pagar
las concesiones que deberían tener registro, la destrucción del bosque seco
tropical, la salinización de los suelos; todo por sostener una agroindustria de
monocultivo que ha empobrecido y
espantados a los minifundistas, a la avifauna y alterado la biodiversidad del
Valle, como lo plantea César Acevedo en su película “La Tierra y la Sombra”.
Acevedo obtuvo permios en Europa, entre ellos el Cámara de oro en el festival
de Cannes.
En el Valle geográfico hay 33 municipios con
cultivos de caña que los bordean, y recientemente estos cultivos se han
extendido a las planicies de los municipios con tierras de ladera. El
monocultivo de la caña de azúcar acabó la vegetación y alteró la biodiversidad.
La quema del follaje de la caña alteró la temperatura y bordea e invade con
pavesas a las poblaciones, las partículas submicrónicas son un atentado
permanente contra las vías respiratorias de los residentes, las fumigaciones
aéreas con glifosato acabaron con los minifundistas pudriendo sus frutos y
hortalizas; los ingenios azucareros desecaron los humedales e invadieron la
ronda protectora de las corrientes de agua, por lo tanto no cumplen con las
instrucciones del Ministerio del Medio Ambiente, ni de la ONU sobre los
Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Douglas Laing, agrónomo de la Universidad de
Queensland (Australia) y Ph.D, en Climatología Agrícola y Fisiología de
Cultivos de la Universidad Estatal de Iowa (EE.UU.),crítico del sector
cañicultor, ha explicado en diferentes escenarios,” la importancia para la región
de pensar el futuro de la región en términos de sostenibilidad agrícola y
ambiental. Los cañeros están acabando con el último reservorio de agua
subterránea de la región, que es irremplazable”. Laing propuso, como salida a
una crisis futura por la falta del recurso, el desplazamiento a otras regiones
del país de la caña de azúcar y la ganadería extensiva. “Es clave que el Valle
del Cauca explore su vocación hortofrutícola. Sería una jugada estratégica: 40
municipios, con sus diferentes vocaciones, conectados a través de una magnífica
malla vial existente, exportando frutas, pulpa de frutas y subproductos como
flores exóticas y plantas ornamentales. Será necesario implementar políticas de
producción, incluyendo el sector minifundista, conectado en cadenas productivas
con el mercado internacional y nacional de frutas, legumbres y hortalizas, y
probablemente arroz orgánico y flores exóticas, entre otros rubros apropiados.
Y en la zona de ladera bosques naturales de protección y bosques comerciales, y
cultivos como la mora y otros en sistemas sostenibles con riego moderno de
goteo”. De hecho, hizo énfasis en la necesidad de que la región se especialice
en cultivos libres de herbicidas y pesticidas. El Valle debe procurar un
mercado de productos verdes, libres de contaminantes, que son los más valorados
en los mercados internacionales, afirmó Douglas Laing. (www.univalle.edu.co)
Dentro de la introducción al programa
ambiental, Sergio Fajardo como candidato a la Presidencia de la República
publicó sus propuestas en esta materia exponiendo que, “Llegó el día, es el
momento de escribir la página de las oportunidades por medio de una
articulación profunda con nuestro ambiente. Es el momento de hacer de Colombia
un país a la altura de sus retos y posibilidades ambientales. Nuestra inmensa
riqueza natural debe ser aprovechada y protegida al mismo tiempo, dentro de
límites definidos con criterios serios que le den prioridad al futuro de la
humanidad, es decir, a privilegiar lo esencial para la vida: aire y agua puros,
suelos sanos, biodiversidad y un paisaje que no sea destruido por la codicia;
un uso racional, científico y sostenible de nuestros ecosistemas (www.sergiofajardo.co);
todo lo contrario que realiza la familia Eder con sus prácticas alteradoras del
medio ambiente. Estas incoherencias demeritan la prestancia de Fajardo ante la
nación y ante la coalición Colombia que duda lo que puede pasar en Bogotá,
Medellín y otras ciudades capitales con los candidatos a las alcaldías.
Por: Alberto Ramos Garbiras | Ex Procurador
Ambiental del Valle del Cauca; Magíster en Ciencia Política (Universidad
Javeriana), Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de
Madrid (UNED- España); ha sido profesor de las asignaturas, Derecho ambiental,
“Ciencia Política” y Derecho Internacional de la Universidad Libre.