Por: Alberto Ramos Garbiras (*)
La Casa de la Cultura de Sevilla (Valle) y la
Alcaldía Municipal, en el marco de las fiestas conmemorativas del cumpleaños
número 118 de esta municipalidad, rendirá un homenaje al artista sevillano,
conocido ampliamente por ser el ilustrador de la Revista Semana desde hace 8
años y por su destacada carrera dentro de las bellas artes a nivel
internacional, ha realizado exposiciones de su obra en muchos países de América
y Europa, obtenido una serie de reconocimientos, nacionales e internacionales,
por su labor artística; mención especial en el XII Festival Internacional de
Caricatura Cartoon Rendón; segundo puesto en la XV bienal de Humorismo Gráfico
en San Antonio de los Baños, Cuba; primer puesto en la categoría de caricatura
personal en el Cartoon Rendón de 2008 y 2011.
Usualmente un artista se aplica y especializa
en un solo género y una corriente o escuela de expresión: Pintores, dibujantes,
escultores, etc... Y tratándose de la caricatura mucho más, por ejemplo, Osuna
siempre en El Espectador ha trabajado con los mismos trazos que son
identificables por sus seguidores; Matador, en El Tiempo tampoco cambia las
líneas de expresión y sus formas; Luisé en El País de Cali, lleva más de 35
años delineando personajes con las mismas formas de trabajo; muchos así lo
hicieron: J.M. Espinosa, Uscátegui, Pombo, Gómez Leal, Lisandro Serrano, Pepón,
Alfredo Greñas, Rendón, y otros.
En el caso de Jorge Restrepo Hernández, podemos
observar una artista polifacético, pintor, ilustrador, caricaturista, muralista
y retratista. Ya en el campo de la caricatura y la ilustración uno lo puede
identificar por la perfección de las líneas, sin vulgarizar el rostro del
caricaturizado sorprende la similitud de la persona y finamente le imprime
humor, sin mordacidad, pero si con aguda inclinación para denotar que papel
desempeña en la sociedad o en ese momento que va a ilustra un artículo de
prensa o un análisis internacional. Cuando hace retrato-caricatura es más
complejo su arte porque sin deformar o exagerar en los rasgos, el caricaturizado/retratado
se parece mucho pero el sincretismo que logra deslumbra por la finura del
trabajo en una mixtura que estampa al personaje con más rasgos similares que lo
destacan. El resultado puede ser burlesco, divertido, sin ser mordaz ni
virulento, pero si urticante. La caricatura ha sido definida como una pieza
exagerada de la persona, y algunos la han llamado arte/retrato. Todos los
mencionados en el primer párrafo han sido caricaturistas de prestigio durante
los siglos XIX, XX y XXI en Colombia, pero no han sido retratistas. El caso de
Jorge Restrepo, por su destreza al combinar ambos géneros o fusionarlos, logra
un resultado diferente, distorsionando sutilmente ciertas características.
Quien busque información sobre Jorge Restrepo,
ilustrador de la revista Semana durante 8 años, podrá encontrar datos de su
prolífica obra artística en las plataformas digitales, para mencionar solo
algunos datos, puedo resaltar que ha realizado exposiciones de su obra en
muchos países de América y Europa, obtenido una serie de reconocimientos,
nacionales e internacionales, por su labor artística; mención especial en el
XII Festival Internacional de Caricatura Cartoon Rendón; segundo puesto en la
XV bienal de Humorismo Gráfico en San Antonio de los Baños, Cuba; primer puesto
en la categoría de caricatura personal en el Cartoon Rendón de 2008 y 2011.
Igualmente, ha publicado tres libros de dibujos, pinturas y caricaturas: Tuluá
y el mundo, 2005, La gracia que uno tiene, 2008 y Restrepo caricaturas, 2013.
Sus dibujos, ilustraciones y caricaturas han sido publicados en los periódicos
El País de Cali; El País de España; El Tiempo de Bogotá; la revista Humoris
Causa de México; Perrocolato de Perú; y, SoHo y la revista Semana de Colombia.
El caricaturista-retratista Jorge Restrepo ha
dicho en una entrevista a un periodista de Galicia (España) que este arte
gráfico, “señala otras maneras de abordar la realidad, de interpretarla. Y
por ese camino puede criticar, divertir, exaltar, castigar. Su pasión por el
dibujo lo llevó a la figura humana, al retrato, y luego a la caricatura que
libera de la tiranía de las proporciones reales, volviendo más verdadero al
caricaturizado afirmando lo que es esencial en él”. En un intercambio de
frases vía WhatsApp, el artista me dijo: Un amigo a esa mezcla de
retrato/caricatura puede mejor llamarla retratura, y me gustó. En todo caso mi
trabajo está en un punto medio entre el retrato y la caricatura. Aunque gran
parte de mi obra se inclina decididamente hacia la caricatura. Me gusta
explorar no solo la fisonomía, también incorporo el universo de los personajes,
mi oficio es una manera de conocer, acotó. Le expresé que allí estaba el quid
del trabajo artístico que el ejercía, conocer y estudiar a los personajes para
poder incorporar mensajes que salen de sus gestos, o apoyarlos e incorporarles
objetos como adminículos del mensaje.
Veamos dos caricaturas donde se cumple esta
descripción que considero se acoplan a la frase que le escribí al artista. 1).
En una caricatura sobre Jorge Eliecer Gaitán, lo estampa con el gesto que
indica el grito famoso de “A la carga”, y en vez de la lengua al
pronunciarlo, sale el brazo derecho desde su boca con una multitud adherida. La
imagen refleja la frase clave de Gaitán: Yo no soy un hombre, soy un pueblo.
2). Alejandro Ordoñez, ex Procurador General de
la Nación, aparece vestido de monseñor con un gesto regañón, y un dedo
señalador del cual sale fuego, tiene un rosario cogido a dos manos, y una
Constitución marcada con una cruz. La caricatura tiene 6 indicadores que
resaltan una personalidad parecida a la de Torquemada.
La caricatura política es caricatura de opinión
y sirve para motivarlas conciencias por el mensaje que dejan. El nivel estético
de la caricatura depende de los trazos, los contornos, las siluetas, si el
dibujo deforma demasiado pierde estética. Un dibujante puede logar asimilar y
asemejar a un mandatario con un objeto o con un animal sin distorsionarlo del
todo, dejándolo reconocible, y allí empieza la sátira delineada. La caricatura
política denuncia al gobernante que se excede y con la síntesis de unas
imágenes delineadas logra cuestionarlo; el arte bien trazado es transmitir el
mensaje sobre lo que se le critica y logar que el público lo identifique. Puede
ser una caricatura sardónica o una estampa de su trabajo público.
La caricatura antes de que existiera la
fotografía y el cine, sirvió para transmitir imágenes de los personajes que
irían a ser cuestionados, llevaban las figuras y los contenidos, a veces sin
textos explicativos, solo expresiones y gestos. En la misma medida que las
técnicas del grabado avanzaron, progreso la caricatura y sus formas o
modalidades. Desde el siglo XVI, gracias a la aparición de la imprenta
descubierta por Gutemberg, s facilitó la difusión de dibujos que comenzaron a perfilar
las caricaturas y se emplearon para comunicar la pugna y crítica que generó la
proclama de Martín Lutero, para que la iglesia católica corrigiera, por esas
sátiras, el rumbo de su conducta por los atropellos con las indulgencias y
otras prácticas abusivas con los feligreses, esto conllevó a la realización de
Concilio de Trento.
Beatriz González, autora del libro “Historia
de la caricatura en Colombia”, vincula a Jorge Restrepo como uno de los
grandes en este arte, nos dice en su obra que, “La conciencia del poder de la
caricatura política se originó en Francia; Stendhal lo ilustró en La cartuja de
Parma (1839) al narrar cómo, durante la invasión de Napoleón a Italia, un joven
soldado —el pintor Gross— con un retrato caricaturesco del tirano regional,
contribuyó a derrocarlo. El romanticismo le otorgó a la caricatura en Francia
un poder inusitado. Charles Philipon se inició en la práctica del recién
difundido proceso de la litografía; fundó en 1830 el periódico La Caricatura y
dos años después El Charivari.; desde este periódico asedió al gobierno de dos
discutidos soberanos: Luis Felipe y Napoleón III. Descubrió a Daumier,
Grandville, Gavarni y a un buen número de grabadores con quienes organizó la
"armada de Philipon", y pasó a la historia por desarrollar la
metamorfosis de Luis Felipe en forma de "una pera", y Daumier,
por realizar con esa misma imagen las litografías que, según la opinión,
tumbaron al soberano. Allí nació la verdad y el mito del poder de la
caricatura.
“La caricatura política es desde entonces un
sistema de lucha dirigido con virulencia contra personajes de la vida pública,
con el ánimo de ridiculizarlos para corregir sus errores. Corregir con la risa
es la fórmula más civilizada de educar; a diferencia de la caricatura que busca
diversión a costa de los demás, la caricatura política usa la risa y el dibujo
como un arma. La caricatura política, por su carácter ético, es un arte propio
de la opinión pública, cuyo objetivo es agitar las conciencias. Su nivel
estético ha planteado serias reflexiones, porque no siempre una buena idea se
acompaña de un gran dibujo y viceversa; por ello se la ha definido
recientemente como "la hija bastarda del arte y de la prensa".
(*) Especialización en derecho constitucional,
Universidad Libre; Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana;
PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España;
ha sido profesor de derecho internacional y ciencia política en la Universidad
Libre. Profesor de la cátedra derechos humanos, en la misma universidad.