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10 may 2019

Esparcir el miedo


Expandir o esparcir el miedo es una característica de los populistas de derecha para aferrarse al poder o seguir relectos, cuatro casos sirven para ilustrar esta afirmación: el ministro de la India, Merendra Modi; el Presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte; el primer Ministro de Israel, Netanyahu; y el presidente de Turquía, Erdogan. Emplean y agrandan el discurso del miedo refiriéndose a los atentados terroristas, a los carteles de la droga, a los conspiradores aliados con agentes extranjeros, insuflando de esta manera un temor generalizado y animando el nacionalismo en tres direcciones: el patriotismo, la xenofobia y el fortalecimiento de la economía interna (proteccionismo).

 Benjamín Netanyahu ganó en abril 2019 por quinta vez la nominación por coalición para seguir como Primer Ministro de Israel; insufló el discurso del odio y venció al exgeneral Benny Gantz; ganó con una coalición de ultra religiosos, nacionalistas y conservadores; un discurso radical que solo acepta judíos puros y busca expandir la soberanía hacia Cisjordania.

Los populistas de derecha acuden a inflar el nacionalismo y el patriotismo para poder crecer ellos como los redentores del país rechazando como lo expone el analista Ian Buruma: La globalización, la tecnología, la desindustrialización, las instituciones pannacionales (integracionistas o multilaterales), y otros aspectos de la mundialización de la economía. Señalan a otros políticos de partidos tradicionales como los culpables de haber vinculado al país a organismos internacionales que les quitan recursos, los perjudican y los opacan.

 Como hizo el político populista Nigel Farage en Inglaterra animando el Brexit para salirse el Reino Unido de la Unión Europea. O como hace Donald Trump atacando la globalización para mostrar que EEUU debe proteger su economía aumentando los aranceles, y no bajar la producción por ello rechaza las medidas sobre cambio climático.

 En otro artículo que redacté expuse que, hoy, el populismo de derecha como lo observamos en el Reino  Unido (con el Brexit), en EEUU (con Trump), en Francia, Austria, Holanda, están acudiendo también a llamar al pueblo para movilizarlo invocando fantasmas, alentando sustos y mintiendo: sin ninguna intención de mejorarles su posición de clase. Las mentiras digitales facilitan el surgimiento del  populismo de derecha porque los populistas de izquierda (que también lo hacen), son más moderados. Si el primigenio populismo  burdo buscaba con promesas atraer electorado, el populismo de derecha y el neopopulismo buscan atraerlo con propósitos torvos y al mismo tiempo buscan espantar el electorado del adversario electoral y absorber el electorado restante.

Ian Buruma, resalta el caso de Thierry Baudet, líder populista de derecha del Partido Foro para la Democracia, en Holanda, un partido nuevo; Baudet propala estos argumentos, “su pensamiento está fuertemente influido por ideólogos de principios del siglo XX, preocupados por la decadencia de la civilización occidental y convencidos de que solo el liderazgo autoritario podría salvarla. Como Mussolini, Baudet cree en una “Democracia directa” en la que la voz del pueblo se exprese en referendos. En opinión de Baudet, los inmigrantes (especialmente los musulmanes) diluyen la pureza de  las poblaciones nativas y debilitan las culturas occidentales con sus extrañas costumbres. Piensa que además la civilización europea enfrenta otra amenaza igual por parte de los “marxistas culturales”, a los que hay que purgar de escuelas e instituciones. Quiere proteger la identidad de su país sacándolo de la Unión Europea. Y como Trump, a quien admira, dice que el cambio climático es mentira”. (Buruma, 2019)

Cómo será la postura extendida de nacionalistas-populistas y xenófobos que en Finlandia el partido Perussuomalaiset (verdaderos finlandeses), donde casi no hay inmigrantes, expresa Antonio Caballero, citando al columnista Albiñana, “…la ultraderecha parroquial y mezquina, antieuropea, xenófoba y racista, que basa su popularidad en el rechazo a los inmigrantes, los cuales en Finlandia son casi inexistentes, constituyen apenas un 1.1 por ciento de la población de cinco millones y medio de habitantes” (Caballero, 2019).

En España la derecha está compuesta por el Partido Popular (PP) y el partido CIUDADANOS que lidera Albert Rivera, quien pretende posar de liberal para despintarse del franquismo que destila. Ambos partidos ejercen la política tradicional de los partidos formalmente establecidos y se autoproclaman con el título de constitucionalistas, como si los otros fueran subversivos. Este movimiento Ciudadanos es la contracara de PODEMOS, resultó de los plantones del 15-M, y desde entonces han apuntalado al Partido Popular, sosteniendo a Mariano Rajoy hasta que fue desinvestido, hoy el PP está dirigido por otro post-franquista, Pablo Casado. Pero ha surgido un partido de ultraderecha, VOX, y agencian, Santiago Abascal Conde y sus socios, una forma de populismo similar a algunos de los rasgos aquí descritos en este apartado. Abascal difunde todas sus ideas, proclamas y ataques sucios a través de las redes sociales, no a través de los medios de comunicación social como lo hicieron Trump y Bolsonaro. Los temas tratados por Abascal son de incorrección política, salidos de tono y punzantes para la garantía de los derechos. Como lo expresa Silvia Mercado , de la página Web Infobae, se refiere a tópicos respecto a, “la inmigración, el derecho a usar armas, la violencia de género y -sobre todo- la unidad de España, puesta en tela de juicio por el separatismo catalán”.

Vox es un partido extremista, la xenofobia es la principal bandera, promueve el anti-feminismo y ataca las autonomías regionales. Según la página Web www.magnet.xataka.com, impulsa un  nacionalismo extremo, animan la apología de la Legión, de las Fuerzas Armadas y del pasado glorioso del Imperio Español, va más allá del patriotismo y se enmarca en la nación española como primer vector de su discurso ideológico. La prioridad básica la unidad de España, o sea, abogan por el fin de la España descentralizada, anulando las comunidades autónomas. También exigen recuperar para el Estado central todas las competencias en materia de Educación y Sanidad, ahora en posesión de los gobiernos regionales, anular sus sistemas judiciales, suprimir las policías autonómicas, y limitar "en todo lo posible la capacidad legislativa autonómica". Quiere eliminar la Ley de Memoria Histórica: no considera los símbolos franquistas como algo problemático, sino como parte del pasado de España y como forma de "homenajear" a “todos los que, desde perspectivas diferentes, lucharon por España”.

Bibliografía:
Buruma Ian. “La revuelta contra la superioridad moral”. Artículo de prensa publicada en el periódico El Tiempo, sección A Fondo, página 2.2, Bogotá, abril 14 del año 2019.
Caballero Antonio. “Un fantasma recorre Europa”. Columna publicada en la revista Semana. Bogotá, abril  de 2019.

Por: Alberto Ramos Garbiras | Con especialización en Derecho Constitucional de  la Universidad Libre Seccional Cali; Magíster en Ciencia Política (Universidad Javeriana); Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España); profesor de derecho internacional en la Universidad Libre.