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2 feb 2019

Golpe de Estado: Melo apoyado por los artesanos.


Muchos de los políticos del siglo XIX eran a la vez militares, no existía la prohibición para participar en actividades políticas que solo se estableció después del gobierno de Rafael Reyes a principios del siglo XX. La politica y la guerra conformaban un binomio y los partidos políticos estaban influidos por los militares. Los tres presidentes desde 1849 hasta 1854 eran militares, López, Obando y Melo. Este es el periodo de las más grandes reformas después de fundado el Estado colombiano, y cubre los años de fundación estatutaria del partido conservador y del partido liberal. José María Melo llega a la Presidencia por un golpe de Estado atípico apoyado por los artesanos que deseaban una dictadura popular.

Melo no pudo gobernar con tranquilidad la contraofensiva no se hizo esperar, se coaligaron varios generales y expresidentes, varios fueron militares de la última fase de la campaña libertadora liderada por Simón Bolívar, incluido Melo. Las escaramuzas y confrontaciones se extendieron hasta diciembre de 1854, y la población campesina no apoyo el golpe de estado pues no se sentían interpretados en esa disputa comercial.

Los artesanos de la mitad de siglo XIX realizaban toda clase de productos, movían el comercio, no había industria consolidada, la más próspera era la tabacalera por los conductos de exportación que se habían abierto desde la colonia después de legalizado y convertido en renta. Los artesanos por su asentamiento urbano eran un potencial electoral apetecido por liberales y conservadores; pero el avance de los librecambistas ingresando mercadería inglesa los tenía acogotados por la pérdida de consumidores para los productos nacionales.

El activismo político a mediados del siglo XIX que debería estar en la cabeza de los partidos políticos en formación fue rebasado por las Sociedades Democráticas de grupos sociales organizados, una rara paradoja, seguramente porque ya comenzaban a verlos como aparatos de guerra. A José Hilario López en calidad de Presidente le correspondió ver nacer estatutariamente a los dos partidos políticos tradicionales, al partido conservador en 1849 con los estatutos redactados por Mariano Ospina Rodríguez y al partido Liberal con los estatutos redactados por Ezequiel Rojas; existían dos corrientes políticas con sus formas de ver y hacer las cosas y de actuar en la vida pública desde que se fundó el Estado: corrientes ideológicas, el liberalismo y el conservatismo, pero no eran aún partidos políticos organizados y estructurados.

En la investigación realizada para escribir el libro “Bolívar y el Constitucionalismo”, en coautoría con Héctor Alonso Moreno, abordamos el tema de los partidos políticos, encontrando que, Si hay algo claro en el desarrollo de la historia política colombiana, es que los partidos políticos fueron antecedidos por la forma como los caudillos civiles y militares abordaban cada una de las coyunturas históricas a partir de la propia independencia. En torno a la figura de Bolívar muchos historiadores marcan el origen del Partido Conservador, sin embargo, desglosando sus cartas y proclamas, se encuentra que él trató de mantener cierta distancia frente a las formaciones prepartidistas. Bolívar alcanzó su figuración y la cima de su gloria en su condición de militar, evolucionó a estadista, y se convirtió en un político integral. La acumulación de títulos otorgados en el decurso de su vida lo ubicó en el pináculo del poder. De sus expresiones se desprende que no insufló la construcción de ninguno de los partidos.

Las disputas entre Bolívar y Santander también pueden mirarse como un choque ideológico sobre el modelo de desarrollo aplicable a la construcción del nuevo país como» Gran Colombia». Santander fue un defensor de  los  privilegios de  la aristocracia criolla que surgió después de la guerra de independencia, y un fervoroso admirador de las instituciones que resultaron de la expedición de  la constitución de Cúcuta, como quiera que en parte de ellas se adosaron hábilmente los intereses de los primeros propietarios de la tierra y el comercio que, Bolívar no pudo evitar a través de sus amigos delegados, ni tampoco, el sector progresista integrante del Congreso Constituyente de 1821, que intentó la preservación de varias normas redactadas por Bolívar para la Constitución de Angostura que sirvió de guía. De aquí se desprende su distanciamiento de las conductas partidarias y se colige su actitud suprapartidista como estadista y político, además de su percepción de los partidos como facciones lideradas por caudillos militares y civiles belicosos, que buscaban posicionamiento y movilidad dentro de la incipiente república.

Afloraron las sociedades democráticas como grupos sociales de activistas y sociedades de artesanos porque estos fueron formas de participación prepartidistas ante la falta de partidos orgánicos, así se expresaban en las principales ciudades republicanas de la mitad del siglo XIX, y porque a nombre de los partidos las élites venían actuando de manera excluyente y defendían los temas de interés de castas de manera belicosa. Entonces lo que se vivió antes del golpe de Estado de José María Melo, desde el gobierno de José Hilario López, y dentro del Gobierno de Obando, fue un enfrentamiento social entre la burguesía comercial naciente aliada de los terratenientes, frente a sectores sociales de artesanos ante la falta de un proletariado porque la industrialización era incipiente.

Los sectores sociales se coaligaron, y de activistas políticos se transformaron en rebeldes aliados del ejército institucional liderado por un militar progresista /socialista, el primer socialista granadino formado en Europa, José María Melo, apoyado por el primer periodista socialista, Joaquín Posada Jr, director de El Alacrán, y El Orden, dos periódicos que guiaron la acción política de los artesanos para formarlos y aclararles los hechos que se iban presentando.

A José María Melo no lo dejaron gobernar porque la contraofensiva al golpe de Estado atípico (sin proponérselo), fue inmediata, se fue armando una coalición paulatina de la burguesía criolla exportadora y de latifundistas, una mezcla de las élites liberales y conservadoras que, así se podían mirar como resultado de la reciente formación estatutaria de esos dos partidos políticos. Se configuró al final de todos estos brotes armados desde mayo de 1854 hasta diciembre del mismo año, la llamada Guerra Civil entre Proteccionistas y Librecambistas. El malestar de los artesanos liberales-draconianos-proteccionistas contra los comerciantes liberales-gólgotas-librecambistas, aliados con los conservadores, se puede explicar también por la doble reforma constitucional de 1853 entre el 7 de marzo y el 21 de mayo que hizo el Congreso para acabar de cambiar la Constitución de 1843, e incorporar y validar los contenidos de  la inconclusa reforma constitucional de 1851 que permanecía sin sanción presidencial, la Constitución del año 43 fue expedida durante la presidencia de Pedro Alcántara Herrán.

Lo que más perturbaba a los artesanos-draconianos sobre la Constitución reformada en mayo de 1853 por ello deseaban que el Presidente Obando actuara a favor de ellos con el autogolpe que le impulsaron, se refería a las facultades que tenía en el artículo 10 numeral 3 y 6, más el artículo 34 numerales 3 y 4. Con esta normativa el Presidente de la República tenía la potestad, facultad y función de decidir “todo lo relativo al comercio extranjero, puertos de importación y exportación, canales o ríos navegables, que se extiendan a más de una provincia; y los canales y caminos que se construyan para poner en comunicación los océanos Atlántico y Pacífico”. Esa facultad complementada con la autorización para decidir sobre,” las relaciones exteriores y la consiguiente facultad de celebrar tratados y convenios”, lo mismo que el poder de “negociar y concluir los tratados y convenios con otras naciones y cuidar de su exacta y fiel observancia, desde que sean debidamente ratificados y canjeados”.

 Los artesanos que habían votado por Obando tenían la esperanza que con estas facultades el Presidente diera un giro hacia la protección de las manufacturas y productos artesanales, extremando las medidas para evitar tanta mercadería extranjera circulando en la República de la Nueva Granada (así se llamaba Colombia), porque los empobrecía y debilitaba. Máxime cuando esa burguesía exportadora como clase social en formación se empoderaba al tener mayoría en el Congreso, actuaban sin amarres como librecambistas y se apoyaban también en los ingleses que aquí vivían o llegaban, se residenciaban y negociaban con los mismos derechos de los granadinos, garantizada estas actividades según el artículo 8 de la Constitución.

La revolución industrial que empezó en Inglaterra muchos años antes ya estaba en apogeo mientras que aquí se organizaban las primeras empresas industriales. La burguesía criolla se iba consolidando de varias maneras, por ejemplo, acaparó una renta estatal, el tabaco, logrando el otorgamiento de licencias para las fábricas tabacaleras porque habían desmontado el estanco oficial con una ley animada por ellos mismos. Los hacendados ya se habían beneficiado con la compra de tierras a bajo precio después de lograr la desarticulación, vía expropiación, de los grandes resguardos indígenas. Y con la libertad de los esclavos que afectó a los terratenientes, de otro lado los comerciantes sacaron provecho para reclutar asalariados a bajo precio contratando mano de obra afrodescendiente que no quiso seguir bajo los amos esclavistas, aunque ya tenían que pagarles, porque querían alejarse del entorno que les traía nefastos recuerdos.

De la convulsión social vivida  entre los años 1849 y 1854, en nuestro país llamado Nueva Granada, con una división enorme del liberalismo en medio de tres presidentes que despertaron muchas expectativas por los cambios que se dieron , de esa flujo de ideas y de hechos resultó una mezcla ideológica que produjo el llamado Olimpo Radical, caracterizados por las cláusulas de la Constitución de Rionegro de 1863 y que gobernaría federativamente al país durante 22 años con presidentes liberales radicales de manera hegemónica, apartados del conservatismo hasta 1886, con otro nombre de república : los Estados Unidos de Colombia.

Por: Alberto Ramos Garbiras. Magíster en Ciencia Política Universidad Javeriana; PhD, Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España); profesor de derecho internacional en la Universidad Libre.