El
uso del camión de la muerte utilizado en Niza (como si se tratara de una
película de George Miller, (”Guerrero en la Carretera”), es solo explicable en
una guerra asimétrica donde los terroristas sin aviones responden a los
bombardeos de la coalición occidental contra el Estado islámico o ISIS. En medio de los ataques demenciales de ambos
lados (terror estatal y terrorismo islámico), la ONU debe buscar la forma de
explorar más en las causas y raíces de todo este entramado violento para llegar
a concertaciones sobre lo que pretenden unos y otros y evitar que continúe esta
tercera guerra mundial irregular, que mirada de conjunto con todas las fases
desde el año 2001 va a proseguir hasta que unos destruyan a los otros o pacten
sobre las pretensiones territoriales y de soberanía. El miedo expandido por el
terrorismo busca hacer abstener a los
países de la coalición para que no los ataquen en la región donde
construyen el Estado Islámico. O sea atacar para evitar más ataques: esta es la
lógica de la destrucción.
El
ataque terrorista de un lobo solitario en Niza, el tunecino Bouhlel, tomó por
sorpresa a los visitantes del malecón en la noche del 14 de julio después de
presenciar los fuegos pirotécnicos. Un ataque súbito de una manera demencial es
difícil de prever porque lo ejecuta un suicida o kamikaze que, no para hasta
causar el mayor daño posible y porque lo hace en un lugar público, a cielo
abierto, donde las medidas de seguridad son burladas. Lo único que se podría
criticar después de tantas medidas adoptadas en aeropuertos y edificios, es que
debieron peatonalizar el lugar hasta que la concentración de personas se
disolviera.
La
masacre de Niza fue un acto de guerra en medio de una guerra mundial irregular,
donde los ataque son súbitos, espaciados, sin ejército y con la utilización de
todos los medios al alcance del atacante. La modalidad con el uso del camión
patentiza la irracionalidad de esta confrontación irregular sin batallas. Y
seguirá siendo más brutal cada que las medidas de seguridad se extremen porque
los terroristas acuden a lo que esté a su alcance y puedan convertirlo en
letal.
Un
ejército invisible actuando con Lobos Solitarios reclutados en campos de
preparación o conscriptos de manera virtual atrayendo a islamistas aburridos
con las sociedades occidentales donde viven. Se observa con frecuencia que son
de origen marroquí, argelino, tunecino, o de cualquier país musulmán pero
afectos al islamismo, han estado vinculados a trabajos no formales, viven o
nacieron en Francia o en un país europeo, han cometido delitos menores, viven
en situación de escasez o precariedad; ese vivir con exclusiones y siendo
tratados como ciudadanos de tercera categoría los llena de resentimiento. Sus
nexos con el estado islámico van aflorando de repente, de manera virtual o
presencial, y se radicalizan. Lo hacen como convencidos de la causa por la
construcción de un Estado Islámico (E.I) que sus antepasados o afines perdieron
desde 1919.
Como
lo expone el investigador Raad Salam , el (E.I) anuncia la unificación formal
de los territorios que controlan en Siria e Irak, proclamando el Califato
Islámico independiente de Irak y Siria en los territorios bajo su control,
desde Alepo (Siria) hasta Diyala (Irak), pero las fronteras ideales del
califato islámico que tienen en mente se extienden desde el golfo Pérsico hasta
el Atlántico y reclaman que todos los musulmanes del mundo le juren fidelidad y
que sería pecado para un musulmán que no apoyarlo. Al frente del Califato
Islámico de Irak y Siria, estará un califa para todos los musulmanes, en este
caso el líder del ISIS, Abu Bakr Al Baghdadi.
La
guerra asimétrica entre el terrorismo global islamista y los estados de la
coalición es una fase posterior al terrorismo que Al Qaeda lideró entre los
años 2001 y el 2011. El (E.I) por la doble condición como actúa desde el año
2013 , como guerrilla en Faluya, Alepo, Raqa, Tikrik… y como terroristas en Europa,
hace más bárbaras las confrontaciones acudiendo a cualquier método de muerte:
con comandos entrenados, o utilizando a células durmientes, a lobos solitarios,
y declarando como objetivo militar para atacar a toda la población de los
países europeos y de EEUU, de la coalición (Francia, Reino Unido, Italia,
Alemania, Holanda y Australia) , visualizándolos como infieles por no reconocer
a Alá y a Mahoma.
En
la lucha contra el (E.I) los actores bipolares de la guerra fría (EEUU y
Rusia), como eje cada uno de dos bloques en lo político-económico (Capitalismo
y Comunismo), están ahora de acuerdo
para combatir al Estado islámico, Entonces, a simple vista, cualquier
observador no puede utilizar las
etiquetas de siempre para señalar a un
sujeto político al referirse a la expresión: derecha o izquierda. Estas
etiquetas no sirven para caracterizar o perfilar a los miembros del estado
islámico. El análisis debe partir sobre los objetivo, mirarlas causas o las
raíces de su accionar y de esta manera ubicar la clase de guerra internacional
que enfrentan para alcanzar unos propósitos.
La
captación de adeptos o seguidores se da por la mezcla de información global
incontrolada, por el efecto de la situación caótica de desorden mundial, de las
guerras encendidas en varias partes del planeta que en suma esa información
trastorna algunas mentes, por la fácil difusión de las ideologías radicales,
por el fanatismo sobredimensionado de pastores, predicadores, islamistas y
vociferadores de todas las religiones; por la distorsión propiciada por los
medios de comunicación sesgados; por la xenofobia propalada ante la oleada de
refugiados desamparados, por la homofobia e intolerancia contra una minoría que
reclaman igualdad en un imposible histórico; por la falta de respeto a los
derechos humanos en el mundo ante el desorden mundial de las relaciones
internacionales, y la poca justicia penal internacional, impracticada. Todos
estos son insumos que puedan afectar a una persona perturbada para inclinarse a
un acto final fatal.
Por:
Alberto Ramos Garbiras.
Magíster
en Ciencia Política Universidad Javeriana;
PhD, Doctorado en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de
Madrid (UNED- España); profesor de las asignatura "Derecho
internacional", en la Universidad Libre;
autor del libro “Terrorismo y nuevo orden mundial”.