Texto de
Alberto Ramos Garbiras. (*)
Es el
ABC en las cátedras del derecho constitucional relacionarle a los alumnos
cuales son los componentes del Estado. Escritores y profesores se repiten uno
tras otro que, los presupuestos o componentes para que exista el Estado tiene
necesariamente los siguientes aspectos: 1, el territorio, 2, la población,3,
las instituciones y 4, la soberanía.
La
soberanía es un constructo teórico para darle cuerpo al Estado,
acción y relacionamiento desde adentro y hacia afuera. Dinamiza y mueve
gradualmente el aparato del Estado con las políticas públicas y los programas
de gobierno en marcha durante cada periodo presidencial. La soberanía
Estatal nació antes que la soberanía popular, se creó para colocarle
fin a una guerra de treinta años, y nació con la PAZ de Westfalia (1648),
aunando la paz de Osnabruck y la paz en Munster, coincidente con la terminación
de gran conflicto de España respecto a los países bajos que duró 80 años; en
ese momento germinó el derecho internacional.
“La soberanía sigue siendo un concepto
en movimiento. Si la soberanía desapareciera, el derecho
internacional en su sentido lógico y en gran parte de su especificidad
histórica, se esfumaría con ella. La soberanía tiene una imbricación
inherente a la gobernanza, el intervencionismo y la globalización. Las bases
materiales, el sustrato de la soberanía es la sociedad internacional y su
desempeño en ella; las bases formales de la soberanía en el orden interno de
cada país es hacer que funcione el orden constitucional y su derecho
infraconstitucional (leyes y demás normas). Ciertamente los
cambios que están afectando a la sociedad internacional y a su derecho,
provocan requerimientos relacionados de forma directa con la soberanía.
Demandas sobre el irrespeto de los derechos humanos y la ecología cobran una
importancia innegable, y la soberanía desempeña un gran rol. La sociedad
internacional contemporánea, hoy acometida por dos grandes fuerzas históricas:
el nacionalismo y la globalización. (Bravo Boric, 2013).
La soberanía
Estatal dota a los Estados de personalidad jurídica en el plano
internacional, les da cuerpo, configura su existencia dentro del conjunto de
las naciones. Sin la soberanía Estatal las naciones (el pueblo y los demás
componentes), quedarían en vilo, sin reconocimiento, truncos. Miremos la
situación de Palestina, y concentrémonos en la parte de Gaza. Tardíamente hoy,
se está discutiendo la propuesta de Emmanuel Macrom (Francia), de reconocer a
Palestina como un Estado para ser efectivos en el seno de la ONU y frenar el
genocidio de un autócrata y su élite sionista en esta guerra de exterminio. Ya
se sumaron otros Estados a ese reconocimiento. Sin la soberanía el
Estado no funciona y queda al garete.
Hoy al
quedar abatido el derecho internacional por el desorden mundial y el abuso de
autócratas que deformaron las democracias, la afectación a la soberanía de los
Estados, las relaciones internacionales, el caos impera al ingresar vía la
exhibición de las armas nucleares, y devolvernos al derecho pre-parlamentario
medieval, o al poder brutal de las tiranías esclavistas, al uso de las armas de
los más poderosos sin considerar el funcionamiento del derecho.
La
crisis de la soberanía estatal se debe a la globalización neoliberal
sostenida con imposiciones de la banca mundial y el cruce de negocios entre
gobiernos autócratas, después de la pandemia con mayor énfasis, y a los
procesos de desintegración continental o su inoperancia; en el ámbito interno
la soberanía estatal le da coherencia al poder ejecutivo presidencial para no
dejar desintegrar el Estado. Existe una puja voraz de las derechas perdedoras
del poder para desprestigiar a las izquierdas, conllevan a la polarización y al
deterioro de la Democracia que es utilizada con maniobras para impedir el
ejercicio efectivo de la soberanía popular.
El poder político está por encima de cualquier
poder social. El poder político se materializa sobre el territorio por el
monopolio de la fuerza que orienta la rama ejecutiva. Hoy la parte efectiva de
a soberanía se da en el ámbito de lo económico por la expansión del
neoliberalismo que favorece a las Corporaciones Económicas. (Stévez Araujo,
2006)
La
soberanía Estatal se hizo posible por la aparición del derecho
internacional; así como la soberanía popular se logró por la evolución
del derecho medieval, el desprestigio de las monarquías absolutas, la eclosión
de la razón sobre el oscurantismo religioso, el pensamiento contractualista, la
corriente de la ilustración con pensadores progresistas para esa época y la
adopción de cartas constitucionales para crear nuevos Estados con la
positivación del derecho, el derecho escrito surgido de la voluntad popular y
no de parlamentos entregados a lanzarle incienso a los reyes, sin convocar al
pueblo como estamento mayoritario, el tercer Estado.
La soberanía
popular al reemplazar a la soberanía absoluta de las grandes monarquías
medioevales basadas en la fuerza de los gigantescos ejércitos,
justificándola para resolver las guerras
religiosas; se inició el cambio mental gracias la teorización de Rousseau y
luego Sieyés(apoyado por Condorcet),
impulsores de la Asamblea Nacional, con tres estamentos(solo la Nobleza
y el clero tomaban las decisiones), la soberanía popular quedó como la
mayor fuente del poder, para fundar Estados, constitucionalizando el derecho y
colocando los linderos que se requieren para el funcionamiento del Estado, con
las diferentes Ramas del poder público.
Voy a
acudir a un símil para calcular la importancia de la soberanía Estatal,
este componente es a los Estados como la autonomía personal lo es a los seres
humanaos. Sin autonomía individual la persona no decide, es manipulable o queda
a expensas de los más aventajados en mañas, manipuladores que envilecen a las
personas. La autonomía personal tiene límites como los demás derechos humanos;
la soberanía Estatal también tiene límites tanto dentro del marco de sus
fronteras nacionales, como en el exterior al desplegar las relaciones
internacionales.
El riesgo de la distorsión de las democracias
y repúblicas se da por la apropiación de partes del Estado, labor de la
oligarquía que instrumentaliza a la clase política que se mueven con sus
partidos políticos, parcelándolo para si, por ello trancan las reformas
sociales y las formas de expresión popular, dejando sin valor y arraigo el
valor de la soberanía popular. Esta soberanía fundante nacida en el
nuevo lenguaje que impulsó la Revolución Francesa se basó en el
constitucionalismo republicano que desmontó el derecho de la realeza, con el
tránsito de un constitucionalismo monárquico (septiembre de 1789/ enero 1793)
irrespetado por el Rey Luís XVI, lo cual le costó el trono y lo llevó a la
decapitación. La soberanía popular delega el poder en los elegidos con poderes
constituidos para que accionen el Estado, para administrar y gobernar. Por eso
dentro de la Repúblicas, y más dentro de los sistemas presidencialistas, el presidente
es el mayor depositario de la soberanía popular como el poder
constituido más visible que, se traduce y convierte con la realidad para
relacionarse con los electores y con los países del mundo, ejerciendo la soberanía
Estatal.
CITAS.
Bravo
Boric Ivan. “La
soberanía Estatal en el actual contexto internacional. Revisión de su
significado. Universidad Autónoma de Madrid, www.dialnet.unorojaa.es , año 2013
Stévez
Araujo José. CRISIS DE LA SOBERANÍA ESTATAL Y CONSTITUCIÓN
MULTINIVEL. Ensayo del catedrático de filosofía del derecho, en la
universidad de Barcelona-España, www.dialnet.unorojaa.es,
año 2006.
(*) El
autor de esta columna de opinión realizó la especialización en derecho
constitucional, Universidad Libre, seccional Cali; magister en ciencia
política, de la Universidad Javeriana; PhD en política latinoamericana,
Universidad Nacional (UNED), de Madrid-España; estudios de actualización en
ciencia política, Universidad Complutense de Madrid (2013, 2017,2019 y 2025).