Texto de Alberto Ramos Garbiras (*)
Aunque las encuestas muestran que gran parte de los ciudadanos se inclinarían por el centro político, como la de la empresa Cifras y Conceptos, y la consultoría Raddar, donde un 53% de los votantes preguntados, y el DANE, de otro lado, determinó un 41%, este campo del espectro político sigue sin convertirse en eje de atención, y menos, no se avizora una ola de entusiasmo como la ola verde del año 2010. Pero se espera que prospere la Coalición de la Esperanza donde convergen candidatos muy importantes del debate electoral ya rodando como, Juan Manuel Galán, Jorge Enrique Robledo, Humberto de la Calle, Juan Fernando Cristo, Sergio Fajardo, Carlos Amaya de la Alianza Verde(según el compromiso inicial), y esperan se acerque Alejandro Gaviria, lleno de dubitaciones.
El funcionamiento de Colombia ha estado marcado por los gobiernos a nombre de los partidos tradicionales, liberalismo y conservatismo, desde que nació la República (descontando que hasta el primer gobierno de Tomás Cipriano de Mosquera, no habían sido expedidos los estatutos de los dos partidos), excepto los mandatos no bipartidistas de José María Melo (1854) y Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957), aunque tuvieron estos dos protagonistas relación con esos partidos políticos; los demás durante los 200 años de vida estatal después de la ruptura con la imposición colonial, han sido períodos de hegemonía liberal o conservadora, y no gobiernos de terceras fuerzas.
Los historiadores tradicionales también se han
inclinado por uno de los partidos, sesgando y distorsionando la historia, hasta
que aparecieron historiadores independientes de manera saltuaria, y los
investigadores con una visión crítica de los hechos como Indalecio Liévano
Aguirre, Antonio García Nossa, Ignacio Torres Giraldo, Diego Montaña Cuellar,
Fernando Guillén Martínez, Álvaro Tirado Mejía, Jorge Orlando Melo, Gonzalo
España, y otros, así se ha podido visualizar esta realidad cruzada por conflictos armados, fraudes electorales y
conspiraciones. Las desviaciones narradas han podido ser confrontadas con la
nueva historia, pudiendo el lector observar el comportamiento de sujetos
políticos y partidos en competencia electoral.
Viendo todo en retrospectiva, los partidos
políticos que pudieron tener un comportamiento centrista han estado coaligados
a liberales y/o conservadores, y mucho más desde la eclosión o aparecimiento de
los partidos surgidos después de expedida la Constitución de 1991, en estos 30
años han actuado con fachadas o nombres diversos pero conformados por sectores
del bipartidismo y adherentes que se subsumen. El liberalismo solo fue
progresista en estas etapas: En la mitad del siglo XIX con los conversos Tomás
Cipriano de Mosquera, José Hilario López, y Obando; con los radicales de
Rionegro (1863/ 1885), liderados por Murillo Toro, Santiago Pérez, Aquileo
Parra, Eustorgio Salgar desde 1863; luego con Rafael Uribe Uribe y Benjamín
Herrera, que participaron en tres guerras civiles contra Núñez y Caro(1885,
1895 y 1899), por el autoritarismo de La Regeneración que posó de centro pero fue
de derecha; posteriormente con López Pumarejo en 1934/38; luego Jorge Eliécer
Gaitán como líder indiscutible, y con Luis Carlos Galán. De resto, el
liberalismo se ha comportado como un partido político de centro o de derecha,
de manera pendular.
Desde el campo de la izquierda tenemos periodos
cortos de poder regional en alcaldías y gobernaciones, pero no han gobernado
desde el poder central a toda la nación. Pero si ha tenido la izquierda
partidos y movimientos políticos, participando en elecciones, con el partido
socialista, el partido comunista, la UNIR, el MRL (liberales lopistas más
independientes) el Frente Unido (Camilista), la ANAPO, y con la AD-m/19, la UNO, la Unión Patriótica
(UP), el Polo Democrático y Colombia Humana, entre otros.
Este es el cuadro no completo de los partidos
políticos que han copado los campos de la derecha y la izquierda en Colombia.
Partidos identificados como del centro político, con personería jurídica como
tal, y presentados de esa manera bajo ese rótulo, no se ven ni se han inscrito
con ese rótulo, ni obtenido la personería jurídica ante la Registraduría
Nacional del Estado Civil o ante el Consejo Nacional Electoral, con esa
denominación. Desde el año 2018 muchos quieren ser del centro político,
inclusive se mimetizan o camuflan y proclaman ser centristas; se presentan así
para diferenciarse de los protagonistas de la polarización que vive Colombia en
medio de una enorme división ideológica que ha crispado a la Nación y activado
los ataques verbales, las calumnias, las noticias falsas, las elecciones y
hasta factores de violencia. Polarización intensa estos últimos 5 años a través
de las redes sociales, básicamente desde el plebiscito por la paz de octubre
2016, precedido este periodo por los 8 años del enfrentamiento entre Uribistas
y Santistas, ambos encabezados por jefes políticos desertores del liberalismo
donde se formaron y desempeñaron cargos a nombre de ese partido.
Muchos buscan el Centro Político como disfraz o
camuflaje, son de derecha y opacan a otros que quieren organizar un centro político real y decente,
como tercera opción. Tratan de desmarcarse para diferenciarse de los partidos
políticos tradicionales a los que han pertenecido. O son escapistas que se
autoproclaman del centro político, sin desprenderse de su ideología anterior,
ni explicar las nuevas posturas. Son volátiles y maleables que vuelven invisible
la ideología que portaban. Lo único que la gente capta respecto al mensaje de
los centristas es que no quieren identificarse con el extremismo de los dos
campos de la polarización en la que está sumergido el país. El estilo del
centro político es la moderación en el lenguaje y en las acciones, acuden a los
mecanismos institucionales no disruptivos; pero tienen que ser atractivos
motivando pasiones/emociones, y exhibir un discurso incluyente, sino lo hacen
se diluyen ante el electorado y propician el desánimo. Aunque existe también, a
veces, una especie de discurso populista centrista como el populismo
constitucional, entonces surge el interrogante, ¿cómo ubicar el discurso
político del centro político?
La gente
se pregunta cuál es la ideología de los conservadores, de los liberales y de
los verdes que ahora proclaman estar en el centro político, o se despojaron de
su ideología anterior o murieron las ideologías y ahora brotaron otras sin que
muestren la plataforma que los sustente y diferencie de los partidos
tradicionales y de las conductas crónicas aplicadas en el devenir histórico de
Colombia. Pero a los socialistas, los periodistas que no investigan, y la
opinión pública desopinada los tildan de Izquierda como si el socialismo no
pudiera tener un Centro, pero la derecha si puede.
Pero el centro político si es necesario para
equilibrar las acciones políticas y para que la población encuentre una opción
de cambio. Primero tienen que resolver la consulta interpartidista, y luego
definir un programa conjunto en busca de la gobernabilidad .El centrismo si
existe, pero aquí no se ha desarrollado ninguna práctica política intermedia
que saque a la gente de la postración. La prueba del centrismo efectivo es el
partido socialdemócrata europeo que en varios países ha conseguido el bienestar
social como es el caso de Suecia, Noruega, Islandia. Finlandia, Dinamarca, y
otros países. O el partido de la Democracia Cristiana que llevó a Ángela Merkel
a desarrollar durante 16 años en Alemania una política no xenófoba, no
nacionalista y de reconocimiento a las cuotas humanitarias para resolver el
drama de los refugiados. O hay que mirar el centro político respecto a las
propuestas de nuevos modelos económicos que reemplacen el neoliberalismo que
arruinó a las mayorías irredentas y concentró la riqueza en los empresarios y
en las castas que manejan el mercado, ante un Estado no interventor.
En una columna que escribí en abril de este
año, titulada, "Devenir y porvenir
del centro político”, reseñé cómo en Europa emergió el centrismo desde
1948. En Italia, dice Alfio Mastropaolo,
el centro izquierda se formó en la década de los años 60s, ideado por De
Gasperi para excluir del gobierno a la extrema izquierda, a los comunistas y socialistas
ligados por el pacto de unidad de acción; y para excluir a la extrema derecha,
neofascista y monárquica. Y expresé que, es necesario diferenciar tres momentos
de despliegue: El centro político como gobierno, el centro político como
oposición, y el centro político en formación durante una campaña electoral. El
caso italiano del centrismo en el gobierno durante muchos años liderados por la
Democracia Cristiana, es muy ilustrativo de que si funciona este campo
político. El centro político como oposición se presenta como un compás de espera
mientras se registra una próxima elección buscando ser gobierno solos o con
otra coalición. Y el centro político en formación es más un interrogante que
una realidad porque aún no existe, se está creando y proyecta un mecanismo de
selección (consulta, encuesta, convención, colegio electoral u otro) y apenas
concibe un programa de gobierno conjunto para poder desplegar la campaña
electoral. Pero impacta por la expectativa que genera.
Actualmente dentro de la Unión Europea, el
centro derecha tiene 10 gobiernos en Rumania, Países bajos, Lituania, Letonia,
Irlanda, Grecia, Eslovenia, Eslovaquia, Croacia, y Chipre. Los gobiernos de
centro derecha, tienen la mayoría en el parlamento; regularmente acompañados de
otros dos partidos, o tres, máximo. Pero no son coaliciones amplias. Algunos de
esos gobiernos en manos del centrismo son de centro derecha, otros de centro
izquierda y donde hay una gran coalición (a veces son de centro centro) como
hoy en Australia, Bélgica, Francia y Luxemburgo. En otros países europeos, pero
no miembros de la UE, hay seis gobiernos de centro, 3 de ellos de centro
derecha (Montenegro, Noruega y Reino Unido), y 3 de centro izquierda (Albania,
Kosovo y Macedonia).
Jorge Enrique Almario, politólogo de la Universidad Javeriana, ex editorialista del periódico El País y del Diario Occidente , ambos del Valle del Cauca, ha expresado para el centro de Pensamiento y Estudios Políticos de Cali, que ante el comportamiento de la derecha concentrando los poderes institucionales y los órganos de control, debería pensarse desde el centro político y desde la izquierda en un Frente Único defensivo de la democracia, en participar con un candidato que resulte de una consulta única interpartidista en marzo 2022, para evitar lo que sucedió en 1946 ante la división del partido liberal entre Gaitán y Turbay Avinader, se perdió la prolongación del período de gobiernos liberales y la extrema derecha Laureano-ospinista desató la guerra civil de mitad del siglo XX; o lo que sucedió en Alemania ante el ascenso del nacional socialismo y la dispersión de los partidos que facilitó el ascenso de Hitler al poder y el entronización del totalitarismo.
(*) Especialización en derecho constitucional,
Universidad Libre; Magister en ciencia política de la Universidad Javeriana;
PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional (UNED) de Madrid España;
ha sido profesor de derecho internacional y ciencia política en la Universidad
Libre. Profesor de la cátedra derechos humanos, en la misma universidad.