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19 feb 2020

Terrorismo disperso


Por: Alberto Ramos Garbiras.

Ante la confrontación entre EEUU e Irán se despertó la irascibilidad, las tensiones rebrotaron y el peligro está más latente. La preservación de la paz y la seguridad es para todos los países del norte del mapamundi una prioridad, paradójicamente los países desarrollados que adquirieron ventajas económicas frente a los países del sur, sus instituciones funcionan mejor, la calidad de vida aumentó en las cuatro últimas décadas, y superaron muchos factores de violencia interna, pero el terrorismo internacional se tomó esos escenarios des- pues del año 2001.

 Este fenómeno plantea emergentes riesgos, amenazas y factores de inestabilidad. Y a veces no depende de la estructura del atraso en cada país, ni de la pobreza extrema o las exclusiones. El terrorismo los afecta directa o colateralmente por razones de política internacional, por acciones de países aliados violando la soberanía de estados orientales, o por el solo hecho de ser loe europeos y americanos occidentales, respecto al islamismo extendido.

El terrorismo internacional y el calentamiento global son las principales amenazas del siglo XXI. El Consejo Europeo de  la Unión Europea (UE) considera que,  terrorismo es una amenaza para la seguridad, los valores de las sociedades democráticas y para los derechos y libertades de los ciudadanos europeos.

 La lucha antiterrorista constituye una prioridad fundamental para la UE y sus Estados miembros, así como para sus socios internacionales. Entre las medidas adoptadas recientemente en este ámbito están: 1) el refuerzo de las normas a fin de impedir nuevas formas de terrorismo. 2) la intensificación de los controles en las fronteras exteriores. 3) un mayor control de las armas de fuego. 4) la creación de un organismo específico destinado a refrenar la propaganda terrorista en línea. Nada de esto es infalible porque se enfrentan a una guerra asimétrica o desigual con un adversario disperso que actúa como ejército invisible y con decisión radical para lograr las reivindicaciones que enarbolan.

El islamismo extremista que acude al terrorismo como forma de lucha sigue creciendo y después de la afrenta contra Irán y del fementido plan de paz para Palestina e Israel, reverdecerá. Los islamistas también tienen en África un continente con algunos países seleccionados para adelantar acciones contra occidentales, y una población cautiva donde pueden explorar más reclutamientos; por las condiciones de exclusión se facilita, unido al fanatismo religioso. Marruecos, Túnez, Mauritania, Argelia, Libia Egipto, Sudán, Eritrea, Somalia, Tanzania, Etiopia, Chad, Nigeria, Guinea; estos son los países donde existen células islamistas; doce de ellos son de mayoría musulmana, los otros dos de mayoría cristiana y animista (religión donde se engloban diversas creencias). Las conexiones con extranjeros se han dado con el transcurso del tiempo por los lazos creados por la población africana migrante  que ha residido en países europeos donde han cooptado aliados, incorporándolos al islam.

A manera de ejemplo, el atentado en el centro comercial de Nairobi, Kenia (West Gate Mall), aterró a toda la población durante cuatro días, según las inferencias de los investigadores, actuaron terroristas de otros estados conectados con la Yihad islámica que adelanta el grupo Al-Shabab, conformado esencialmente por jóvenes muyahidines.