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7 feb 2020

Irán, EEUU y la geopolítica


Por: Alberto Ramos Garbiras (*)
Cuando realicé una investigación en el año 2010 para mi libro sobre terrorismo internacional, manifesté que, en agosto 2005, Irán en medio del cambio de gobierno (porque había terminado el mandato de Mohamed Jatami y se inició el gobierno de Mahmud Ahmadineyad), este decidió anunciar la reanudación  del programa  de producción de tecnología nuclear con “fines pacíficos”, con el objeto de generar energía eléctrica; así, ordenaron desprecintar o retirar  los sellos prohibitivos de la central nuclear  de Ispahán, lo cual fue visto por algunos países  como un casus belli, porque el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con una junta directiva integrada por 35 países de la ONU, aún no había dado la orden  de levantar los sellos.

 Despertaron muchas expectativas la etapa de negociaciones que se iniciaron en Ginebra, noviembre 24 del año 2013 (con el G-5 más 1), después de 34 años de tensiones entre EEUU e Irán, con los hechos de la toma de la embajada (1979), y mucho más en los últimos 10 años por las imputaciones mutuas sobre los aspectos en el ámbito nuclear por el uso que se le pueda dar al uranio enriquecido. El G-5 más 1 está conformado por los países que tienen asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU (los atlantistas y China), más Alemania que, fue adversario de los aliados atlánticos en la segunda guerra mundial. Estos seis países iniciaron los diálogos con Irán, diseñaron un plan de acción. Barack Obama se mostró como garante para no dejar prosperar iniciativas de sanciones durante las conversaciones. Y sostuvo un cordial entendimiento con el presidente de Irán, Hassan Rohaní.

 En gracia de discusión el G-5 más 1, admitió que Irán procesa uranio para cumplir solo objetivos de desarrollo nacional tecnológicos y científicos, y que no debe sobrepasar el enriquecimiento del uranio por encima del 5%. Las sanciones económicas anteriores afectaron a Irán al punto que, para iniciar esta negociación se levantaron simbólicamente algunas de ellas. Cursando el año 2018 Trump desconoció el acuerdo nuclear impulsado por Barack Obama y avalado por el G-5 más uno, total la tensión comenzó a  crecer pues revivió las sanciones económicas contra Irán para asfixiar su economía.

Es preocupante por no decir alarmante la conducta de Donald Trump por lo intempestivo, impulsivo y falto de tacto. Desde que se inició su gobierno lo expuse en una columna de análisis en el año 2017. Trump recién posesionado no conocía los intersticios de la política internacional, y sigue sin entenderlos; hace a un lado las reglas de la diplomacia y presiona desmedidamente a los dirigentes de otros países con un comportamiento imperial. En el caso de Irán, se ha empeñado desde el año 2018 en desconocer el acuerdo nuclear suscrito por el presidente Obama en el 2015 para la suspensión de la producción de armas nucleares, Trump revivió unas sanciones económicas y ha hostigado al régimen coránico de los ayatolas.

 Prueba de la conducta inapropiada ha sido la reticencia de los otros 5 países (Gran Bretaña, China, Francia, Alemania y Rusia), suscriptores del acuerdo que no han celebrado esa aptitud. Bajo el marco de acuerdo, se dijo en ese momento, “Irán detendría más de las dos terceras partes de sus centrífugas que producen uranio, material que puede ser usado para fabricar una bomba, desmantelaría un reactor que puede producir plutonio y aceptará verificaciones internacionales en su territorio”.

Desde 1979 persiste esa confrontación entre EEUU e Irán, cuando el Ayatola Jomeini asumió el poder y expulsaron al Sha Pahlevi aliado norteamericano; se produjo luego la guerra Irak Vs Irán (8 años, alentada o instigada por los EEUU). Esa guerra binacional fue brutal porque los iraquíes al mando de Sadam Hussein utilizaron armas químicas para causar genocidios contra la población iraní. Para el año 2003 a raíz del ataque a las torres gemelas, año 2001, con aviones de la línea aérea American Air Lines convertidos en “misiles” por Al Qaeda, EEUU después de llevar a cabo la acción vindicativa contra los talibanes en Afganistán, decidieron entre Bush Jr y Dick Cheney, imputarle a Sadam Hussein gobernante de Irak, la posesión de armas nucleares, y después procesar, juzgar y ejecutar al antiguo aliado. Algunos analistas apuntaron que la guerra contra el terrorismo desde el 2001 configuraba una especie de tercera guerra mundial irregular por la confrontación múltiple de aliados entre ambas partes: coalición de terroristas de varios países contra países occidentales coaligados. Y en medio de esta confrontación espaciada y letal apareció en el año 2014 ISIS o Estado Islámico, actuando en doble sentido. Como ejército subversivo en Siria e Irak para reclamar territorios indebidamente demarcados al final de la primera guerra mundial y como terroristas dispersos en los países de la Unión Europea.

Irán apoya al régimen sirio de Bachard Al Assad y ha ayudado a combatir a ISIS. Qassem Soleimani era uno de los organizadores y estrategas de los ataques contra ISIS. Pero también era el artífice y planeador de las acciones de Irán en la región aledaña al Estado iraní, en los estados vecinos para sostener la presencia de la influencia chiíta. Y en los últimos años de esas actividades desplegadas en Siria e Irak. Como lo expuso la analista Jana Beris, existe un complejo mosaico regional en la zona (Irán, Irak, Siria, Jordania, Líbano Israel, y otros), alentado por el empuje hegemónico-militar de irán que cuenta con tropas locales aliadas como las milicias Chiíes en Irak, los Buties en Yemen, Hezbollah, en el Líbano, sectores del Hamás en Gaza (Palestina), tropas proxies. Entonces se prevé una vietnamización en la zona por la confrontación Irán- EEUU.

El 3 de enero de 2020 Trump decidió ordenar la eliminación del jefe de la fuerza armada Quuds, el Sr Qassem Soleimani en Bagdad, utilizando un Dron- MQ-9 Reaper para impactar el vehículo donde se trasportaba. La retórica guerrerista de Trump se materializó jugando con fuego para subir en las encuestas en la campaña electoral por la reelección, sin consultar con el Congreso donde se estaba tramitando un juicio político por el Ucraniagate (trató de enlodar a su competidor Joe Biden), ni consultó a los aliados europeos de la OTAN; y no se sabe que pueda ocurrir con la reacción posterior de los aliados que tiene Irán: Rusia y China. Craso error encierra esta intrépida decisión porque no hizo bien el cálculo. Una cosa es, dentro de la guerra contra el terrorismo, la muerte de Osama Bin Laden (2011), o la de Al Bagdadí (2019), y otra cosa es ordenar la eliminación de un funcionario, jefe militar de un Estado miembro de la ONU, sin cumplir los protocolos para ordenar el ataque. El ataque de EEUU es un acto de terrorismo estatal, e indudablemente la conducta de Soleimani en la zona la hacía apoyando milicias terroristas para vietnamizar la región. De esta manera el terrorismo proviene de ambos lados alterando el orden mundial. Trump se ha convertido en un problema para las relaciones exteriores de EEUU con la Unión Europea y expone no solo a los gobernantes de esos países, sino a la población en esos territorios. Todos los ciudadanos de EEUU que deambulan y residen en Europa, están expuestos a cualquier ataque súbito.

 El jefe supremo del régimen iraní declaro que habrá venganza no concluida con el ataque a las bases militares. El parlamento de Irak aprobó la salida de las tropas norteamericanas, así lo confirmó el primer ministro, Al Del Magdi. Qué puede suceder, sin incluir el pronóstico catástrofista de una tercera guerra mundial, como especulan muchos, tenemos como escenarios posibles: 1) Que EEUU ataque las bases nucleares de Irán. 2) Que Irán lance una ofensiva regional contra los vecinos aliados de EEUU, luego se vinculan otras potencias y se trenzan, como ocurre en Siria. 3) Que se presente una alianza de terroristas con un Estado nuclear, podría ser Hezbollah esa organización que ejecute actos de terrorismo nuclear, ellos luchan por la descolonización y la autodeterminación de los pueblos. 4) Que se acelere la confusión en la región ante la presentación del impostado “Plan de Paz” para Israel y Palestina expuesto el 28 de enero, truncando las aspiraciones territoriales para el reconocimiento de los dos estados y arrinconando más a los habitantes de Cisjordania; lo cual constituye otra agresión a los iraníes que respaldan a los palestinos.

Se está registrando a la par una situación interméstica, o un conflicto interno de cada país trenzado en el conflicto. Es decir, Irán aprovechará para responder más a Trump (como lo hizo Irán atacando las bases militares que tiene en Irbil y Al Asad, de territorio iraquí), como respuesta. Y viceversa, Trump presionará más a Irán (con sanciones económicas), y distorsionando la realidad del derribo de un avión ucraniano con misil, por error, para que el gobierno de Ali Jameini, se debilite ante la comunidad interna e internacional. Los problemas domésticos de ambos gobernantes influyen. Y de esta manera está expuesta la región a un conflicto extendido y vehiculado con las milicias aliadas, los proxis.

El orden mundial (ONU) que nació después de la segunda guerra mundial, buscó ante todo que no se repitiera algo semejante, tenía entre su misión, propósitos y otras tareas, hacer respetar la soberanía de los estados, promover la convivencia, el desarrollo, y: evitar la guerra entre naciones. Qué está haciendo la ONU, o qué puede hacer ante la enorme tensión y las agresiones entre EEUU-Irán. La gobernabilidad mundial no funciona. El multilateralismo es una ficción, un espejismo o una pantomima. Las decisiones no son de origen múltiple para guardar el respeto de las normas internacionales. El Consejo de Seguridad bloquea las decisiones de fondo para proteger, a algún socio comercial de parte de alguna potencia con asiento permanente. Allí estriba el óbice mayor. Lo írrito de las solicitudes porque no toman decisiones de fondo para evitar masacres y caos humanitarios, el caso más patético fue el de Ruanda en 1994.

(*) Magíster en Ciencia Política (Universidad Javeriana); PhD en Política Latinoamericana, Universidad Nacional de Madrid (UNED- España); profesor de derecho internacional en la Universidad Libre.